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Concentración con seguridad

Algunas preguntas que deben ser resueltas para evitar las zonas de 'Caguanes'.

HUGO ACERO
La concentración de los guerrilleros de las Farc como condición para un cese bilateral del fuego tiene puntos que hay que dejar claros para poder realizar una adecuada verificación. En primer lugar hay que mencionar la definición de si será un gran territorio o serán varios en el país. Las Farc seguro van a querer varios y grandes territorios, inclusive contar con corredores estratégicos. Por el contrario, el Gobierno limitará estas aspiraciones para que no pase lo del Caguán.
Segundo, la definición del territorio o de los territorios debe pasar por que en ellos no haya o sean mínimas otras actividades ilegales como narcotráfico, minería ilegal, contrabando, etc., para que el Estado pueda seguir desarrollando las acciones de control hacia estas actividades criminales.
Sin embargo, en casi la mayoría de los territorios donde hoy operan las Farc se ejecutan estos negocios ilegales y ellas, en gran parte, los controlan y se lucran. Ellas argumentarán que han estado por largos años en esos territorios y allí se sienten seguras, pero ¿quién controlará esos negocios? Hay que anotar que se considerará violación del cese bilateral no solo las acciones de guerra y terroristas, sino también cualquier acto ilegal que sigan desarrollando las Farc.
Tercero, el Estado tiene que definir la estrategia para controlar y permanecer en los territorios que van a abandonar las Farc, para que otros grupos no los ocupen y exploten con las actividades al margen de la ley.
Cuarto, esta es una buena oportunidad para que los guerrilleros concentrados se dediquen a la erradicación manual de cultivos ilícitos, para desminar el territorio y acabar con la minería ilegal. En esta misma línea, ¿será que los miembros de las Farc están dispuestos a dar información sobre otros grupos criminales que disputan o comparten esos territorios y negocios, para que el Estado pueda asumir plenamente las funciones constitucionales y legales que le corresponden en materia de seguridad y justicia? En este caso, las Farc también tendrán que tragarse algunos sapos y en ocasiones convertirse en eso, si de verdad quieren que una vez se firmen los acuerdos comience a disminuir la violencia y ellos tengan menos riesgos.
Los miembros de esa guerrilla tienen que ser conscientes de que el camino y consolidación de la paz suponen pasos importantes hacia la legalidad, donde ellos estarán en la obligación de colaborar con las autoridades estatales para que se pueda enfrentar de una mejor manera los grupos criminales que van a seguir delinquiendo.
Quinto, ¿si algunos frentes deciden no concentrase en los territorios seleccionados, se considerará que ya no harán parte de las Farc y el Estado podrá combatirlos en el Marco del Estado de Derecho y estas acciones legítimas no se considerarán violaciones del cese bilateral?
Sexto, una vez concentrados, ¿cómo se abordará el problema si algunos grupos criminales ingresan a las zonas de concentración para atacar a los miembros de la guerrilla o huir de la persecución de las instituciones de seguridad y justicia? ¿El Estado podrá combatirlos en caliente? ¿Las Farc los van a combatir, o los dos van a desarrollar esa labor coordinada?
Estas son solo algunas preguntas que deben ser resueltas antes de embarcarse en las zonas de concentración para que no se conviertan en ‘Caguanes’ donde la criminalidad se multiplique sin que el Estado pueda hacer nada y los colombianos tengamos que sufrir mayor inseguridad. Si las Farc en realidad quieren desmovilizarse y reintegrarse a la vida democrática del país, tendrán que apoyar al Estado o ser parte de él para enfrentar y disminuir los problemas de violencia y delincuencia que hoy aquejan al país.
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