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Woody Allen, 80 años de genialidad

Este martes llega a las ocho décadas de vida este artista, cuya carrera es muestra de creatividad.

JULIO CÉSAR GUZMÁN
Contar la vida de un personaje como Woody Allen, cuya figura está en el museo de cera de Madame Tussaud en Times Square, en una estatua de cuerpo completo en Oviedo (España), en múltiples memes de Internet y en el corazón de millones de sus fanáticos, no es tarea fácil.
Y el reto es mayor cuando quien la cuenta es un escritor que busca una semblanza objetiva, dejando de lado su cercanía personal con el director, dramaturgo, intérprete de jazz e ícono de la intelectualidad neoyorquina.
El escritor y gestor cultural español Natalio Grueso emprendió dicha tarea en su libro 'Woody Allen, El último genio', como una manera de celebrar los 80 años de Allen, que se cumplen este martes, pero sobre todo como un festejo personal por los momentos inolvidables que le depararon sus películas. “Recuerdo que la primera que vi fue Manhattan –anota Grueso desde Madrid–. Yo era un adolescente y me enamoré de la ciudad, de la persona, y me di cuenta de que en la vida a uno le dan unas cartas y si las juega bien, puede ganar. El personaje de Allen es un tipo pequeño, torpe, de gafas, y a pesar de todo eso, consigue un triunfo personal”.
Manhattan se estrenó en 1979, en el Festival de Cine de Cannes. Para entonces, Woody Allen ya tenía 43 años, tres premios Óscar (por Annie Hall, que un año antes había ganado una cuarta estatuilla por la actuación de Diane Keaton), un Globo de Oro, tres Bafta, nominaciones a los Emmy, los César y otro montón de galardones, además de dos obras teatrales en Broadway, dos libros y dos matrimonios. Y apenas iba por la mitad de su carrera.
El autor, nacido en el barrio del Bronx, en Nueva York, ha participado en otras cuarenta películas, enlazando una impresionante racha de al menos un largometraje por año, desde 1982. No todos han recibido el beneficio de la crítica, pero sus fieles espectadores le perdonan hasta sus ‘descaches’. “Incluso, la peor película de Woody Allen es de lo mejor que se puede ver en la cartelera de una ciudad. Siempre hay una frase inteligente, y en casos extremos, una obra maestra”, se justifica Grueso.
El escritor cita una reflexión que le hizo Allen a otro biógrafo, Eric Lax, sobre la motivación de su filmografía: “El cine me ha brindado un modo de evasión en la vida, pero al otro lado de la cámara, en lugar de hacerlo del lado del espectador. Resulta irónico que haga películas con fines de evasión, pero no es el público quien se evade, sino yo”.
Desde Manhattan, ha cosechado otros cien premios (no solo de cine, sino de música, como un Grammy), dos nuevos matrimonios y resonantes escándalos mediáticos. Pero el personaje en la vida real está muy lejos de la conflictiva personalidad que refleja el cine, como hace notar Grueso: “Es completamente diferente. Todos tenemos esa idea de un personaje caótico, pero no tiene nada que ver. Es una persona que controla absolutamente todo lo que hace en la vida.
Natalio Grueso recibe a Woody Allen en Oviedo, en 2010.
Hace una película al año y eso ya demuestra su sentido de organización. Además, de lograr doblarle el brazo a las grandes productoras para hacer las películas que él quiere”.
El autor de la biografía conoció a Allen en Nueva York, en los años 90, cuando ambos vivían allí. Luego de entablar amistad, Grueso fue jefe de producción en Asturias, en 2008, cuando el cineasta rodó allí escenas de Vicky Cristina Barcelona.
“Es muy complicado definir cuál es mi película favorita, porque soy un amante de su obra. Pero diría que es La rosa purpura del Cairo, porque nos introduce en esa ficción de que los personajes de una cinta pueden atravesar la pantalla y vivir la vida real. Es absolutamente magistral”, comenta el escritor, que además fue director del Teatro Español y de Artes Escénicas, de Madrid.
Allen ya tiene prevista otra película para el próximo año (en la que están confirmados Kristen Stewart y Jesse Eisenberg) y no se sabe hasta cuándo seguirá esa racha interminable. “Estoy convencido de que estará filmando hasta su último día –concluye Grueso–. Estoy seguro y lo he hablado con él”.
Woody Allen, más allá de sus películas
Su nombre real es Allan Stewart Königsberg y es hijo de inmigrantes judíos llegados de Rusia. Su única hermana, Letty Aronson, ha sido productora de muchos de sus filmes. Se casó con Harlene Rosen (1956), Louisse Lasser (1966) y Soon-Yi Previn (1993), además de sus relaciones sentimentales con Mia Farrow y Diane Keaton. Ha escrito libros de humor como ‘Getting Even’ y ‘Without Feathers’; obras teatrales como ‘Don’t Drink The Water’, y hasta una tira cómica, publicada en 180 periódicos.
JULIO CÉSAR GUZMÁN
Editor Cultura y Entretenimiento
JULIO CÉSAR GUZMÁN
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