Amenazas de bombas, evacuaciones, suspensión de partidos, entre otras acciones han sido habituales la última semana en Europa tras los ataques del Estado Islámico, el pasado viernes 13 de noviembre, en París. Uno de los artefactos explosivos iba a ser detonado en el Estadio de Francia donde se llevaba a cabo un juego amistoso entre las selecciones de fútbol de Alemania y Francia, y además en la semana se suspendieron varios amistosos.
¿Por qué el terrorismo tiene como blanco los eventos deportivos? Precisamente en Francia, blanco de los ataques de los radicales, está pactada la Eurocopa donde se reunirán 24 selecciones de fútbol del Viejo Continente, a su vez, en EE. UU. se jugará la Copa América Centenario, una edición especial del torneo más antiguo de selecciones que cumple un siglo de existencia y en Río de Janeiro, se disputarán los Juegos Olímpicos donde se reunirán unos 500.000 turistas.
La masividad
Nada más el pasado sábado durante el clásico español entre Real Madrid y Barcelona en el estadio Santiago Bernabéu en Madrid,los asistentes estuvieron protegidos por 1.000 policías y 1.400 vigilantes de seguridad privada, un esquema sin precedentes en España.
Bajo esta sensación de miedo en el deporte, Francisco Barbosa, profesor de la Universidad Externado de Colombia y doctor en derecho público asegura: “Los deportes son los escenarios predilectos donde la gente se encuentra y hay una mayor cantidad de público. Esto hace que sea un blanco predilecto, además no es solamente el estadio, son los cafés, los teatros, que son blancos para romper la unión social que es lo que quieren los atacantes”.
Impacto mediático
Por su parte, Rosembert Ariza, profesor de la Universidad Nacional de Colombia y doctor en sociología jurídica, considera que además de un golpe mediático hay que analizar qué tipo de mensaje quieren dar quienes atacan. “El deporte es uno de los escenarios que más quiere la sociedad europea y al golpear este tipo de eventos busca que el otro me ponga atención, me encuentre como enemigo y decirle aquí estoy”.
Así mismo, más allá de esquemas de seguridad para llevar a cabo los eventos deportivos del próximo año, Ariza manifiesta que “bajo ninguna circunstancia hay que cancelar las actividades, pero el deporte debe asumir una posición que evidencie que le duelen los muertos de lado y lado y que está para construir una fraternidad global”.
Otras tragedias
Los Juegos Olímpicos en Múnich 1972 se mancharon de sangre cuando el grupo palestino ‘Septiembre Negro’ asesinó a siete atletas y cuatro entrenadores de la delegación de Israel. Esa vez, a pesar de la gravedad del hecho, se decidió continuar con los Juegos. Eso molestó mucho a los israelíes quienes decidieron abandonar Múnich.
El terror también se sembró en el 2013 en la Maratón de Boston cuando los hermanos Tamerlán y Dzhojar Tsarnáev pusieron artefactos explosivos cerca de la línea de meta. En total murieron tres personas y hubo 264 heridos. Finalmente, Tarmelán murió en una persecución días después de haber perpetrado el hecho, mientras que su hermano, Dzhojar, fue sentenciado a pena de muerte.
CAMILO MANRIQUE V.
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @camilomanriquev