Si bien la Secretaría de Educación muestra avances en la ampliación de la jornada 40 x 40 y hay una evidente mejora en la calidad de los colegios públicos frente a los privados, en materia de infraestructura el balance no es halagüeño. (Ver infografía: Ocho colegios entregados venían de administraciones anteriores)
A 42 días de que Gustavo Petro deje la alcaldía, los objetivos que se trazó en este frente –entregar mil jardines infantiles y 100 colegios– hoy encabezan la lista de lo irrealizable.
El incumplimiento que más se le cuestiona es el de los colegios. Petro no ha entregado uno nuevo en su mandato. A esa conclusión llegó la Contraloría de Bogotá en un informe reciente.
En efecto, Petro reevaluó el objetivo que se había trazado, de 100 a 63 colegios que supuestamente serían nuevos. En un comunicado del 24 de diciembre del año pasado dijo que serían “63 colegios comprados y habilitados, construidos y terminados, y obras en ejecución con avance físico mayor al 50 por ciento”.
En total, la Secretaría de Educación (SED) contabiliza 48 instituciones intervenidas durante estos cuatro años. De estas, solo hay 25 listas, y siete corresponden a compras de infraestructura que ya existía; otras 10 son restituciones –demolición de planteles viejos para rehacerlos– y las ocho restantes son terminaciones de obras iniciadas en otras administraciones.
Las otras 23 instituciones que entran en las cuentas de la entidad están en obra. Hay por lo menos cinco planteles donde no han empezado los arreglos o su avance es mínimo.
La obra del colegio Britalia Fiscal (Kennedy), por ejemplo, está en proceso de adjudicación, mientras las de Piloto Fátima (Tunjuelito) y San Cristóbal no han comenzado porque les falta la licencia de construcción.
En cambio, en el colegio Quiroga Alianza (Rafael Uribe Uribe) la obra se está adjudicando de nuevo, tras declarar la caducidad del primer contrato, por 13.974 millones de pesos, en marzo de este año. El contratista responsable, Fagar Servicios 97 SL Sucursal Colombia –de acuerdo con la Secretaría de Educación– , alcanzó a recibir 3.862 millones de pesos y abandonó las obras con un avance de apenas el 28 por ciento.
En cuanto a la institución La Merced (Puente Aranda), el avance de las mejoras vale 16.197 millones de pesos y está en un 47 por ciento, a pesar de que debió ser entregada en marzo. El Distrito declaró el incumplimiento del contratista, Consorcio ACR Herrán, pero quedará en manos de la próxima administración la suerte de la obra.
Por el lado de los jardines infantiles, Petro prometió hacer mil y recién posesionado hablaba de adecuar 600. Sin embargo, en total, ha entregado 178 entre adecuaciones, compras, arriendos, colegios con jardín, reorganizaciones –adaptar aulas inutilizadas de educación básica– y jardines modulares (prefabricados).
En ejecución hay solo tres. Pero en el tiempo que le queda, aspira a contratar las obras de otros nueve jardines modulares, 33 adecuaciones y seis diseños.
Eso quiere decir, en conclusión, que la Bogotá Humana intervino apenas 229 jardines de los mil que prometió, en cuentas de la SED.
Pese a los resultados y a que Petro ha destacado los resultados en esa materia, la Secretaría de Educación insistió en que la administración “se ha dado la pela” por conseguir lotes para infraestructura educativa, pero en la ciudad no hay suelo suficiente.
Por eso, la entidad ha contado como nuevos los colegios comprados o derribados y reconstruidos, pero estas obras crean muy pocos cupos nuevos, en comparación con los que aportarían colegios recién construidos.
La U. Distrital quedó a medias
La Universidad Distrital se quedó esperando la inauguración de su nueva sede en Bosa. La obra está en un 75 por ciento de avance, por lo que su inauguración se aplazó para el 2016.
No obstante, Petro escribió el domingo en su cuenta de Twitter: “15 años de bonanza petrolera y no fueron capaces de hacer una universidad pública. Bogotá Humana entrega tres sedes nuevas”. Se refería a esta obra inconclusa y a la adjudicación de otras dos, que no han empezado a construir, en Ciudad Bolívar y Kennedy.
La última ha sido polémica porque se planeó sobre los predios del colegio Inem Francisco de Paula Santander. Estudiantes y profesores del plantel protestaron contra ese proyecto y chiflaron al alcalde en marzo de este año. En respuesta, Petro prometió hacer una consulta para definir su futuro.
Según Educación, las manifestaciones contra el proyecto fueron impulsadas con fines políticos. “A quién no le va a interesar que le construyan una universidad cerca”, le dijo una funcionaria a EL TIEMPO.
Según ella, sí hubo una reunión con la comunidad para explicarles que la sede se construirá en un lote aledaño al colegio y no, como se había interpretado, tumbando en plantel o adecuándolo para educación superior.
El logro de Petro en este punto fue la culminación de la obra que restauró el antiguo matadero Municipal y que lo convirtió en la Biblioteca Ramón Eduardo D’Luyz Nieto.
BOGOTÁ