A la entrada de la estación de TransMilenio (TM) de la calle 85, norte de la ciudad, la Defensoría del Pueblo contabilizó 89 ventas ambulantes, mientras que en San Mateo fueron 49.
Este es uno de los graves problemas que afronta el sistema actualmente y al cual la Alcaldía Mayor ha sido incapaz de encontrarle solución. Así lo revela un informe entregado por la Defensoría, el cual concluye que la serie de falencias halladas está atentando contra la integridad de los usuarios. (Lea también: Apuñalan a policía por evitar que jóvenes)
Para hacerse una idea del problema, ese organismo señala que de los 82 puentes con acceso a TM existentes, solo en cuatro no hay presencia de ambulantes. De las estaciones, la más afectada es la de la avenida Jiménez, donde regularmente hay 12 ambulantes, seguida por Ricaurte, con siete.
Muchos de ellos exhiben sus productos sobre las barandas de los viaductos, lo cual representa un riesgo para la integridad de los pasajeros, advirtió William Suárez, defensor del pueblo regional.
Como se ha denunciado hasta la saciedad, la inseguridad es otro elemento que contribuye al desprestigio del sistema, según relataron los usuarios a representantes de la Defensoría. Hay 196 policías para salvaguardar a las personas, 154 de los cuales son bachilleres. Y sobre la cantidad de uniformados que resguardan los puentes, de los 80 que hay, 54 son bachilleres y 26, patrulleros.
Dentro del sistema hay 2.721 puertas, 2.531 de estas normales y 190 de seguridad o anticolados; 382 se encuentran averiadas, que corresponden al 14 por ciento del total.
“Aquí encontramos otro problema, ya que estas puertas abiertas son un peligro para los discapacitados. Pueden caerse a la plataforma donde transitan los articulados y perder la vida”, señala Suárez.
Varias estaciones y sus alrededores se han convertido en muladares, pues no hay canecas de basura dispuestas para quienes hacen uso de TM.
El estudio también destaca que el 100 por ciento de los cruces semafóricos peatonales cuentan con rampas que garantizan el acceso a las personas en condición de discapacidad.
De estas, el 99 por ciento están en buen estado para su uso y solo el 1 por ciento requiere de algún mantenimiento; se trata de la estación la Campiña, en Suba.
Sin embargo, Suárez asegura que lo observado durante el estudio es que el 22,8 por ciento de las cebras que están en los cruces semafóricos se encuentran en regular estado y el 37 por ciento, en malas condiciones. “Deben ser marcadas, ya que tienen doble efecto: uno, que los carros les den el paso a los peatones y que estos últimos sepan por dónde deben cruzar sin peligro”.
Semáforos peatonales
Para las personas que sufren de discapacidad visual solo hay un semáforo peatonal sonoro dentro de todo el sistema. Otros seis se encuentran fuera de servicio y el de la estación calle 80 con carrera 47 se encuentra obstruido por un árbol.
“Para los invidentes no hay una ruta de piso que los guíe –añade el defensor–. Pero no solo ellos quedan relegados cuando llegan a la estación; observamos que no les dan la prelación que se merece por la congestión que se registra. Deberían ser recibidos por algún funcionario del sistema y llevarlos hasta el articulado”.
En cuanto a seguridad industrial, el informe descubrió que de las 135 estaciones visitadas, siete no cuentan con extintores y tres no cuentan con botiquín ni camilla. La estación Terminal es la única que no reporta ninguno de los tres elementos.
“El promedio general indica que por cada estación existe un botiquín, una camilla y 1,5 extintores, esto es algo positivo”, relató el defensor.
No hay baños públicos
Solo en ocho estaciones de todo el sistema hay baños, lo que obliga a que los trabajadores tengan que acudir a lugares cercanos, generalmente establecimientos comerciales, donde deben pedir permiso o pagar para acceder al servicio.
Esta situación, además de vulnerar los derechos laborales, también atropella los derechos humanos, a juicio de la Defensoría.
En cuanto a las frecuencias que señalan los tableros, esta no parece ser la real. “Es como si cada minuto fuera de 140 segundos, y esta demora hace que la gente se desespere. El tablero electrónico toma del pelo a las personas”, puntualiza el funcionario.
Estas falencias son las que han llevado a la administración entrante a decir que entre sus prioridades está rescatar a TransMilenio de estos males.
Visitas duraron cuatro días
La Defensoría del Pueblo señaló que 17 funcionarios visitaron durante cuatro días todo el sistema para encontrar los detalles señalados en el informe. Las visitas se realizaron de 7 a. m. a 7 p. m., manifestó el defensor del Pueblo regional William Suárez.
El estudio será entregado mañana a las directivas de TransMilenio para que tomen los correctivos del caso.
“Algo que nos faltó detallar dentro de lo que entregaremos es que en las estaciones San Mateo (Soacha) y el portal de Usme solo hay una entrada, lo que hace que estas siempre estén congestionadas y, en caso de emergencia, se pueda registrar algún accidente”, agregó el funcionario.
Humberto Gómez, gerente de comunicaciones del sistema, señaló que frente a la problemática de las ventas ambulantes, los usuarios son quienes deben abstenerse de patrocinar la actividad.
JOHN CERÓN