Por tercera noche consecutiva, la aviación francesa atacó al grupo Estado Islámico en Al Raqa, feudo del grupo Estado Islámico en Siria, que el viernes cometió varios atentados en París con un saldo de 129 muertos y 300 heridos, mientras que una serie de amenazas, homenajes a las víctimas, investigaciones y medidas para dar con los responsables de los hechos se intensificaron. (Lea también: Todo lo que usted debe saber sobre los atentados en París)
Ayer, los países de la Unión Europea respaldaron de forma “unánime” la petición de Francia de activar la cláusula comunitaria para la defensa colectiva por los atentados de París, y acordarán bilateralmente con ese país qué aportaciones pueden hacer a su acción contra el Estado Islámico o en operaciones internacionales.
“Hoy (ayer) la UE, a través de todos los ministros de Defensa de todos los Estados miembros, expresa de manera unánime su total apoyo y disposición a conceder toda la ayuda y asistencia requerida y necesaria” a Francia, dijo la alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, en conferencia de prensa.
Francia invocó en el consejo de ministros de Defensa celebrado ayer el artículo 42,7 del tratado europeo, tal como lo había solicitado su presidente, François Hollande. Es la primera vez que se utiliza este artículo –formulado en el Tratado de Lisboa, en vigor desde diciembre de 2009–, según el cual si un Estado miembro es “víctima de una agresión en su territorio”, los demás “le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance”, de acuerdo con el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas.
Fuentes comunitarias especificaron que los Estados miembros deberán ver bilateralmente con Francia la ayuda que pueden aportar, mientras que el papel de la UE se limitaría a una coordinación.
El endurecimiento de la posición de Francia frente a los hechos es un camino que provoca entre algunos analistas el temor a que el país esté imitando la polémica Patriot Act estadounidense.
El presidente François Hollande, quien pronunció un histórico discurso belicista ante el parlamento reunido en pleno el lunes, no dudó en “retomar propuestas de la derecha, casi de extrema derecha”, dijo el diario Le Monde en su editorial. Entre esas medidas, cuyo debate arrancó tras los atentados de enero, está el prolongamiento por tres meses del estado de emergencia (una medida rarísima), el refuerzo de los medios policiales y militares, la disolución de mezquitas extremistas y la ampliación de las condiciones para perder la nacionalidad.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos adoptó una legislación antiterrorista inédita, la Patriot Act, que creaba todo un nuevo arsenal de agencias y de poderes excepcionales, como la detención sin límite y sin inculpación de cualquier persona sospechosa de preparar actos terroristas.
El Sindicato de Magistratura (asociación de jueces) francés manifestó su preocupación ante lo que sería una “suspensión del Estado de derecho”, incluso temporal. El estado de emergencia permite registros policiales día y noche sin permiso, el arresto domiciliario y otras medidas de privación de libertad excepcionales.
Noveno atacante
Un video, filmado durante los atentados del viernes, acredita la existencia de un noveno asaltante, que formaba parte de uno de los comandos, responsable de los ataques a cafés y restaurantes, afirmaron fuentes cercanas a la investigación. Ese comando estaba integrado además por el francés Salah Brahim Abdeslam, que provocó el estallido de su carga explosiva en un restaurante y estaba acompañado por su hermano Salah, quien sigue huyendo y es buscado por toda Europa.
Ayer, la policía alemana detuvo a siete personas en la frontera con Holanda y Bélgica, pero fueron liberadas al no encontrarse evidencia de un vínculo con los atentados del viernes.
Así mismo, el partido amistoso de fútbol entre Alemania y Holanda en la ciudad de Hannover fue suspendido, pues se creía que había un objeto explosivo, aunque la policía alemana lo descartó y tampoco detuvo a nadie.