Un grupo de investigadores publicó el primer mapa sobre agua subterránea en la Tierra, que estima un volumen total de casi 23 millones de kilómetros cúbicos, de los cuales 0,35 millones de kilómetros cúbicos tienen menos de 50 años.
A partir de modelos computacionales, científicos de las universidades de Texas (EE. UU.), de Calgary (Canadá) y de Gotinga (Alemania), liderados por Tom Gleeson, de la Universidad de Victoria (Canadá), estimaron que menos de un seis por ciento, y tal vez apenas un uno por ciento, del agua hallada cerca de la superficie de la Tierra es renovable durante la vida de una persona.
“Esto no se sabía antes”, dijo Gleeson en un comunicado. El líder de la investigación añadió que este mapa permite conocer cuánta agua subterránea hay y cuánta se está agotando, lo que llevaría en el futuro a estimar cuánto tiempo quedará antes de agotarla. Para ello, Gleeson encabezará un nuevo estudio con un modelo a escala global.
“Ya sabíamos que los niveles de agua en muchos de los acuíferos estaban disminuyendo. Estamos usando nuestros recursos subterráneos demasiado rápido, más rápido de lo que se renuevan”, agregó.
El estudio, publicado esta semana en la revista científica Nature Geoscience, señala que la mayor parte del agua subterránea –uno de los recursos naturales más preciados, pero a la vez de los más explotados– se halla en regiones montañosas y tropicales, y los depósitos más grandes están en la cuenca del Amazonas, el Congo, Indonesia y a lo largo de las fronteras occidentales de América del Norte y Suramérica.
De acuerdo con el informe, las latitudes altas del norte están excluidas de los datos debido a que el satélite no cubre con precisión esas áreas.
Gleeson explicó que aunque el agua hallada más cerca de la superficie se renueva más rápido que la encontrada a mayor profundidad, la primera es más sensible a la contaminación y al cambio climático, pero también podría servir para atenuar el clima extremo, ya que si se maneja adecuadamente puede llegar a los ríos en tiempos de sequías.
El agua hallada a más profundidad con frecuencia se usa para la agricultura y la industria. Puede contener arsénico o uranio y a veces es más salada que el agua de mar, dijo Gleeson.
Más allá de localizar y calcular los mayores depósitos, este estudio otorga información importante para quienes gestionan el uso de este recurso natural, para quienes formulan políticas y para los científicos en áreas como la hidrología, las ciencias de la atmósfera, la geoquímica y la oceanografía, de cara a darles un manejo sostenible a los recursos hídricos subterráneos.
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