Tras la escalada de ataques que tuvieron lugar la noche de ayer en varios sectores de la capital francesa, especialmente donde se encuentran el estadio de fútbol Saint Denis y los distritos 10 y 11 (reconocidos por su alta actividad nocturna), varios colombianos le contaron a EL TIEMPO, cada uno por su cuenta, sus testimonios de cómo vivieron esos minutos de angustia.
“Lo primero que sentí fue que sonaron cientos de disparos. Muchos. Muy repetidos. Dicen que eran de fusil Kalashnikov. Yo no sé de eso, ni tengo experiencia, por eso lo único que hice fue correr al baño y esconderme. Solo se oían tiros, pero no sirenas. Y eso que la policía está a dos cuadras de donde vivo”. Así comenzó su relato la maquilladora profesional Amparo Gaviria, una paisa que vive hace 30 años en París y que anoche fue testigo de excepción de los ataques terroristas en varias zonas de la capital de Francia.
“Estaba segura de que eran terroristas. Dicen que acá fue donde comenzó todo. El primer ataque. Pero yo sentía que las balas podían entrar en cualquier momento por la ventana, porque vivo en un segundo piso. Es como si ahora estuviera viviendo en París lo que no viví en Medellín”, relata.
Eso cambiará desde anoche. La noche de terror que se tomó Francia. A pocos metros de su casa, un grupo de terroristas ingresó a un bar y atacó a los asistentes. La muerte, los gritos y el tableteo de las ametralladoras hicieron que Amparo creyera que el ataque era en su propia casa.
Por su parte, César López, un economista caleño que vive en París hace más de 10 años, cuenta que se supo de los hechos por WhatsApp. “Nos enteramos por mensajes de texto de lo que ocurría. Varios amigos estaban en el estadio viendo el partido amistoso entre Francia y Alemania y nos informaron de las explosiones. Los dejaron encerrados por mucho tiempo. Creo que hasta el Presidente estaba allá”.
López, quien se encontraba en ese momento en el Bulevar Saint-Germain, muy cerca de la zona donde ocurrió uno de los hechos, departiendo con amigos, salió a la calle para confirmar los fuertes rumores. “Las ambulancias pasaban a toda velocidad y la gendarmería (cuerpo militarizado) y la Policía iban superarmados para la zona de los hechos. Todo era confuso y todo el mundo tenía una versión diferente de lo que sucedía, pero por suerte las personas con las que me encontraba no entraron en shock. Pánico llama más pánico. Todos nos mirábamos y no entendíamos por qué pasaban esas cosas”, agregó a este diario.
“Hablamos con mis amigos y decidimos todos quedarnos en el restaurante un rato más, por miedo a que pasaran más cosas. Varios de ellos viven en el distrito 10 y creo que se quedarán esta noche en mi casa o en la de otros amigos porque no es conveniente ir a esa zona. Además, todo está cerrado”, explica López.
David Trujillo, quien desde hace más de dos años llegó a la capital parisina para realizar un máster sobre energía y medioambiente en la Universidad de París, relató también lo sucedido.
“Los dueños de todos los restaurantes de la zona cerraron las puertas y nos encerraron a todos los clientes por seguridad. Bajaron las rejas y ventanas. La idea era que nadie estuviera en la calle por miedo a más atentados”, finalizó Trujillo.
“Tenía un ensayo de teatro en el barrio 18, pero vivo en el décimo y por suerte no estaba allí. Todos estamos en pánico. Nadie se ha ido a la casa, porque la Policía indicó que no podemos salir por los otros tiroteos. Es probable que el grupo de siete personas con las que estoy pasemos la noche aquí. He recibido muchas llamadas de personas preocupadas en Colombia”, puntualiza también Ángela Cubillos, colombiana residente en París.