Santa Fe llegó este jueves de Barranquilla, luego de caer 2-0 en la primera final de la Copa Águila, y en la tarde retomó trabajos para preparar el duelo del domingo en Montería, frente a Jaguares, compromiso que, de ganarlo, podría darle una clasificación anticipada a los ocho mejores de la Liga II.
El equipo albirrojo, que está bajo las órdenes de Gerardo Pelusso, fue citado en un club privado a las afueras de la capital. Y en el parqueadero del recinto se encontraron con un personaje arrepentido: Luis Quiñones. El atacante, quien fue licenciado el pasado domingo por ingerir bebidas alcohólicas y faltar a la disciplina, se presentó para pedir perdón.
Terminada la práctica, en la que claramente no estuvo Quiñones, el jugador abordó al entrenador uruguayo para pedir una nueva oportunidad en el equipo ‘cardenal’ y así poder estar presente en el remate de los tres campeonatos que afronta. Sin embargo, el técnico fue claro y le dijo que “no”.
Pero luego de recibir la negativa, el caleño habló con algunos líderes del grupo, para tratar de convencerlos de que iba a cambiar y que intercedieran por él ante el cuerpo técnico. Pero los jugadores, los mismos que lo aconsejaron y lo mimaron para que se portara bien, también tuvieron que decirle que no, pues debía entender la gravedad de su falta y el pésimo ejemplo que le estaba dando a los más jóvenes del equipo.
El intento de amnistía de Luis Quiñones fracasó. El jugador sigue castigado y nadie cuenta con él en Santa Fe, que este viernes entrenará para empezar a definir el elenco que visitará a Jaguares.
¿Volverá a aparecer Quiñones? No se sabe, lo que parece estar claro es que ni con serenata volverá a ‘enamorar’ a sus compañeros ni a su riguroso técnico.
Redacción Futbolred