En Guapi, donde las lluvias tienen en emergencia a 1.662 familias por la creciente de varios ríos, una racha de incendios en los últimos 19 días tiene preocupadas a las autoridades locales.
“Es una novedad que ha sorprendido a todos. Nos tiene como mucha preocupación”, dijo Cilso Carabalí, personero de Guapi.
Hasta ahora cinco conflagraciones se han registrado con un saldo fatal de cuatro personas muertas.
La racha trágica arrancó el 24 de octubre pasado en una vivienda de la vereda Bocas de Napi, en San Francisco, cuando un tarro con gasolina se prendió, al parecer con una veladora o una lámpara de mecha.
Sixto Orobio, director del Consejo Municipal de Atención del Riesgo, dijo que el incendio se registró en una vivienda donde viven 12 personas. “Ese día en la madrugada se les prendió la casa mientras dormían. En ese episodio cuatro personas, una niña y un niño, y dos mujeres resultaron con graves quemaduras”, relató el funcionario.
Un niño de 5 años, con quemaduras en el 95 por ciento de su cuerpo, murió dos días después en el hospital local. La niña fue trasladada a Cali y las dos mujeres al hospital San José de Popayán. Las tres están bajo observación médica.
Al finalizar octubre otros dos incendios en zona rural dejaron dos viviendas destruidas.
El 4 de noviembre, en otra vereda, se registró otro incendio en el cual resultaron seis quemados. Tres menores de edad de 4, 16 y 17 años murieron. Familiares y vecinos del sector no pudieron hacer nada para rescatarlos. Se trata de zonas donde hay mucha pobreza, indicó Orobio.
“Se trata de zonas donde la gente es muy pobre por las mismas circunstancias. Se vive una emergencia silenciosa y la gente se mantiene al vaivén de la naturaleza. Es contradictorio en medio de las inundaciones estos casos”, precisó el director del Consejo Municipal de Riesgo.
Para completar las tragedias de estas familias el fin de semana en el barrio Las Flores, en el casco urbano, un corto circuito ocasionó un incendio estructural.
Cuatro casas de madera fueron consumidas por las llamas y seis más resultaron afectadas. Como no se cuenta con maquinaria ni equipos para atender las emergencias, la comunidad con baldes ayudó a sofocar el incendio.
Entre los damnificados de esa nueva emergencia se encuentra una escuela de música que atiende a 60 estudiantes.
Las llamas consumieron seis marimbas, cinco bongos, cinco cununos, así como el vestuario de los jóvenes artistas. Además de los instrumentos musicales perdidos, los jóvenes se encuentran sin actividades que les permita ocupar el tiempo libre.
Comunidad, a la espera de más ayudas
El fin de semana la Unidad Nacional de Atención del Riesgo y Desastres y la unidad regional empezaron la entrega de ayudas humanitarias en Guapi y Timbiquí, las dos poblaciones costeras más afectadas por las inundaciones causadas por las crecientes de los ríos de la zona.
A cien familias les entregaron alimentos, elemento de aseo y equipos para la cocina. Las comunidades están a la espera de más ayudas, en una zona donde más de 1.600 familias han sido afectadas.
A las comunidades afectadas se han sumado otras en los sectores de Napi, Buenavista y Calle Honda, con la creciente del río Gualí, dijo el director del CRGDR.
Pero en esta ocasión los más afectados son los cultivos de pancoger en las riberas de los ríos.
CALI