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'Clan Úsuga', el principal despojador de tierras en el Urabá

'Clan Úsuga', el principal despojador de tierras en el Urabá

Centro de Memoria Histórica y Policía documentan maniobras de la banda para quedarse con predios.

04 de noviembre 2015 , 10:00 p. m.

Los grupos armados que quedaron tras el fin de la desmovilización de los paramilitares, en el 2006, y que hoy son conocidos como bandas criminales, son los azotes para la restitución de tierras.

Un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica coincide con los hallazgos de la Policía, según los cuales el ‘clan Úsuga’ es uno de los despojadores y enemigo de que legítimos propietarios regresen a sus tierras. También están los ‘Rastrojos’; el antiguo Erpac, dividido entre Vichada y Meta, y la ‘Empresa’.

Consultada por EL TIEMPO, la Unidad de Restitución de Tierras señala que a la fecha esa entidad ha recibido 83.637 solicitudes de restitución, en las cuales 1.966 víctimas identificaron al despojador como miembro de una banda criminal. De ese total, cerca de 600 casos corresponden a predios en Antioquia, donde el ‘clan Úsuga’ consolidó su poderío.

La Policía, por su lado, ha documentado cómo esa banda sigue despojando y trata de imponer una especie de ‘reforma agraria’ como la ejecutada por los paramilitares a través de Funpazcor.

Investigadores aseguran que una de las instrucciones de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel –máximo jefe del ‘clan Úsuga’–, es entregar a familias campesinas dos hectáreas para que levanten una casa y trabajen la tierra. Esto, con el compromiso de que construyan una habitación exclusiva que sirva de refugio a ‘Otoniel’ y de que entreguen información del movimiento de tropas. Así han creado corredores estratégicos entre fincas, por los que el narco se mueve a lomo de mula.

“Por eso es común que encontremos una finca humilde con una habitación con cama grande en material teca, colchón ortopédico, baño privado, televisor de pantalla plana, ventilador, en ocasiones aire acondicionado y con dos puertas que facilitan la huida”, dice un oficial en el Urabá.

Explica que pese a que la banda criminal entrega las tierras a familias, los dueños son los jefes de esa estructura criminal, que tiene en armas unos 3.000 hombres en 13 departamentos.

Tres vías de despojo

“Si una cabecilla decide moverse de zona, obligan al propietario de la finca a salir para ubicar a otra familia”, señala otro investigador. Ese desplazamiento fue detectado en Nueva Antioquia (Urabá) cuando ‘Otoniel’ se movió por ese corregimiento. También por el sector conocido como El Tomate, hace un par de años, cuando desde Córdoba alias Gavilán huyó, primero al Urabá antioqueño y luego al chocoano, donde permanece.

El despojo de tierras del ‘clan Úsuga’ se da amenazando a la gente para que abandone su propiedad, obligando a una familia a dejar su finca para ubicar a otra que considera leal y presionando la venta de la tierra por un precio bajo.
La banda criminal, según la Policía, se habría aliado con notarios para hacer el traspaso de bienes.

Un documento de inteligencia indica que “el ‘clan Úsuga’ ha encontrado una forma para apropiarse de bienes inmuebles mediante el contacto permanente y buenas relaciones sociales con los notarios y encargados de las oficinas de instrumentos públicos de la región (Urabá), con el fin de alterar los valores reales de bienes inmuebles que son de interés para los cabecillas, y borrar anotaciones de compra venta suplantando personas”.

El informe agrega que “a través del ofrecimiento de cantidades importantes de dinero a estos funcionarios, la organización puede disponer de sus servicios para la alteración de escrituras públicas, donde se vincula a supuestos compradores de parcelas y fincas que aparentan haber comprado el inmueble con una inversión menor de dinero”.
Una de las tareas actuales de investigación es la detección de los notarios y funcionarios vinculados a esta mafia, y se supone que ya hay al menos dos identificados.

La Policía y la Fiscalía indagan quiénes son los propietarios de al menos 13 lujosas haciendas, con piscina y canchas, ubicadas en Urabá, y que habrían sido entregadas al ‘clan Úsuga’ como pago por negocios de cocaína.

Alias Otoniel habría dividido entre sus hombres las tierras que está controlando, de acuerdo con la influencia y control de cada uno. Si uno de ellos es capturado, la red criminal ‘indemniza’ a sus familias entregando una o dos casas para el sustento. Eso pasó con alias el Negro Sarley y con alias Tierra.

Exintegrante de la banda delató campamento

Hace tres meses un exmiembro del ‘clan Úsuga’ se salvó de un atentado con explosivos en Medellín, que había sido ordenado por el tercero al mando de la banda criminal: alias Nicolás.

Luego de eso, se convirtió en un testigo protegido de las autoridades y su información fue clave para que en la madrugada del martes la Policía y la Fuerza Aérea Colombiana bombardearan un complejo del ‘clan Úsuga’ conformado por cinco campamentos, en zona rural de Unguía (Chocó).

En la intervención 12 personas murieron y una más resultó herida.

Fuentes que participaron en la operación dijeron que esa persona contó que había estado en el campamento, entre las veredas Peyé y Tilupo, y que este era frecuentado por dos de los jefes de la organización criminal. Se refería a Roberto Vargas, ‘Gavilán’, y a Carlos Antonio Moreno Tuberquia, ‘Nicolás’.

La investigación, en la que pobladores de la zona y otros exmiembros de la banda criminal también entregaron información, indicó que en los campamentos el ‘clan Úsuga’ había creado una alianza con el Eln.

Allí se entrenaban en tácticas de guerra y almacenaban armamento pesado. En el lugar fueron incautados 14 fusiles, abundante material de intendencia, una ametralladora, 1.269 cartuchos, un mortero y medicamentos.

La Policía dice que los cinco campamentos fueron montados por los Úsuga hace al menos seis meses, y que estos servían de corredor estratégico para el envío de cargamentos de coca hacia Panamá.

Además, que entre la infraestructura afectada estaba una que llamaban ‘escuela’, donde los nuevos integrantes de la banda criminal recibían entrenamiento táctico.

JUSTICIA

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