El asesinato de tres integrantes de su propio grupo criminal, el Erpac (Ejército Revolucionario Popular Anticomunista), impedirá que se abran las puertas de la cárcel para dos de los jefes de esa poderosa banda que se sometieron a la justicia en diciembre del 2011 y que a pesar de haber sembrado la violencia en el Llano fueron condenados apenas a seis años de cárcel.
José Eberto López Montero, alias Caracho, quien asumió el control de la banda tras la muerte de Pedro Oliverio Guerrero, ‘Cuchillo’, en diciembre del 2010, se sometió a la justicia un año después junto a 268 de sus hombres, entre ellos Germán Ramírez Devia, ‘Vaca Fiada’, otro de los jefes del grupo. Ambos eran exparamilitares desmovilizados.
Aunque la banda era señalada por la Policía como responsable de narcotráfico, extorsión y decenas de asesinatos en Guaviare, Vichada y Meta, al momento de su entrega ‘Caracho’ y ‘Vaca Fiada’ no confesaron ninguno de esos delitos y fueron judicializados solo por cargos de concierto para delinquir y tráfico de armas. Fue el mismo camino que siguió el temido ‘Pijarvey’, por cuya captura en el 2009 se pagaron 1.700 millones de pesos de recompensa y que salió de la cárcel solo tres años después. De allí volvió por su grupo criminal en el Llano. En septiembre murió en una operación especial de la Policía.
Ahora, cuando ‘Caracho’ y ‘Vaca Fiada’ estaban haciendo cuentas para pedir su libertad por completar la mayor parte de su pena, dos de sus hombres los acusaron del crimen de otros tres delincuentes.
Los testigos dijeron que por orden de ‘Caracho’, alias ‘Aguachica’, ‘El Burro’ y ‘el Paisa’ fueron ejecutados frente a los demás integrantes de la organización como un escarmiento para evitar deserciones.
La Fiscalía les dictó medida de aseguramiento por los delitos de homicidio y tortura, y aunque en principio ‘Caracho’ y ‘Vaca Fiada’ no aceptaron cargos, el primero negoció un preacuerdo para bajar su condena, que estaría por los 30 años. En una semana se llevará ese preacuerdo ante un juez.
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