Un despliegue muy interesante y merecido fue el que le dieron a la figura del periodista, político, artista y pensador Álvaro Gómez Hurtado al cumplir 20 años de su magnicidio. La periodista Margarita Vidal, cuando tenía un programa al que invitaba a personajes en diferentes áreas, decía que entrevistar a Álvaro Gómez era entrevistar a la inteligencia. Muy acertada definición. Sus partidarios lo apreciaban y sus detractores no podían negar que se encontraban ante un personaje que dominaba muchos temas, e igualmente trataba con personas muy cultas como con las que no lo eran tanto, y a todas les hacía entender conceptos profundos de economía y política. Comentan que dormía tres o cuatro horas, pues consideraba que no era justo perder tanto tiempo durmiendo cuando había demasiados libros por leer.
Celina Acevedo Plata
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Señor Director:
Al cumplirse 20 años del magnicidio de Álvaro Gómez, su legado es de suma importancia para la democracia, que se debe fundamentar en la ética, el pluralismo y la razón. El país le debe en gran medida a este hombre las transformaciones institucionales de las que gozamos, que pueden ser imperfectas pero persistentes para que los ciudadanos vivan en concordancia con la ley. El asesinato de Gómez Hurtado no puede quedar impune, a pesar de los años. Hay que llegar a la verdad para que nunca más el atentado personal sea un arma política.
Ariel Peña
Las tareas de Peñalosa
Señor Director:
En referencia a su editorial dominical, efectivamente son muchas tareas las que tiene el nuevo burgomaestre de Bogotá, sobre todo en obras de infraestructura vial. Les faltó señalar también los ingresos y salidas de la capital por la calle 80-autopista Medellín, calle 13, La Calera, la avenida Villavicencio, la vía a Choachí, entre otras. También temas importantes como el aseo, mejorar en su totalidad el parque Santander, atender a los indigentes y habitantes de la calle, etc. Parece que cuatro años son poco.
Álvaro Villamarín G.
Reconciliación política
Señor Director:
Llegó el momento de la reconciliación. No pueden seguirse alimentando en nuestros municipios odios y rencillas, producto de un ejercicio democrático donde alguno de los aspirantes deberían ganar por expresión voluntaria de los sufragantes. Si bien es cierto que la contienda política da para todo, entre otras cosas para el visceralismo y los ataques desproporcionados contra el oponente, llegó la hora de parar esas acciones propias de otros escenarios, menos el político, y de que nos reconciliemos como ciudadanos civilizados. No olvidemos que la amistad es una virtud moral y la política, una circunstancia de la vida. Como colombianos, debemos seguir construyendo una sociedad respetuosa y laboriosa. Ese debe ser el ejemplo para nuestros hijos. Lo que tiene que seguir son la amistad, el respeto y la paz.
Édgar Guillermo Bejarano Chávez
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