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Las estrafalarias armas de los mafiosos colombianos, más que un mito

Desde Pablo Escobar hasta 'Megateo', la mafia criolla ha portado armas de plata, oro y diamantes.

Para un mafioso, portar un arma deslumbrante, lujosa, de exclusivo diseño, con piedras preciosas incrustadas e imponente presentación es un símbolo de poder, riqueza y hasta protección contra la mala suerte.
La mafia colombiana no es ajena a este tipo de cultos, que se convierten hasta en una devoción religiosa, casi que por herencia de los capos mexicanos. Estos hombres empleaban sus armas para imponer su supremacía a costa de lo que fuese,  a sangre y fuego. Tras este macabro negocio de las armas hay miles de víctimas, personas asesinadas y heridas, que sufren la violencia a diario.
Hace poco se conoció el fusil con mira telescópica que cargaba Víctor Ramón Navarro Serrano, alias Megateo, abatido en una operación de la Fuerza Pública en el Catatumbo. En esta zona, este hombre sembró el terror durante 25 años, por él Estados Unidos ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares. Con su poder, a través de la ostentación de su fusil, obligó a sus habitantes a sembrar matas de coca, el campesino que se negaba era desterrado o moría en la defensa de sus derechos.
Este narcotraficante portaba un fusil M-4, una versión en carabina, desde hacía cinco años. Una fuente de los servicios de inteligencia le dijeron a EL TIEMPO que esta sofisticada arma llegó a manos del peligroso mafioso a través de sus contactos del ‘Cartel de Sinaloa’. Una parte de su precio lo pagó con droga y la otra con dinero en efectivo. Su accionar dejó más de 20 policías muertos. A varios de ellos con su M-4 les propinó tiros de gracia.
El día que le trajeron dicho fusil de asalto armó una parranda porque se la habían traído, decía, tal y como él la había encargado. Es un arma utilizada en su versión militar por el Ejército de los Estados Unidos. Su valor se estima por lo fácil de cargar, por su precisión y porque se puede utilizar en espacios reducidos. Es una verdadera arma de guerra. Con ella, alias Megateo infundía terror.
El fusil de asalto de 'Megateo'.
Sin embargo, no es el único caso, la historia mafiosa de Colombia está plagada de este tipo de extravagancias. Uno de los grandes capos de la historia colombiana que salpicó sus páginas de sangre y terror, Pablo Emilio Escobar Gaviria, murió sin soltar una pistola de fabricación alemana, una Sig Sauer 9 milímetros fundida en plata maciza, la misma que llevaba a todo lugar, como intentando afrontar con ella el peligro que siempre tuvo al acecho.
La conservaba como un tesoro, pues había sido un regalo que un amigo mafioso le trajo de Alemania. En ese momento, ese tipo de armas era de uso exclusivo de la Policía de ese país. Era su amuleto de la buena suerte.
La pistola con la que murió Pablo Escobar. Foto: LEO MEDINA
Esta pistola la exhibió por primera vez en público el 19 de junio de 1991. Ese día, el extinto capo y jefe del ‘Cartel de Medellín’ se la entregó a las autoridades. La dejación de su arma favorita fue toda una ceremonia y se convirtió en ese momento en un gesto de arrepentimiento de lo que él mismo llamó como “el fortalecimiento de los derechos humanos (…), la búsqueda de la paz de su familia”. A Escobar se le cuentan unos 4.000 muertos, entre civiles y policías. 
Sin embargo, el día que fue baleado sobre el tejado de una casa de Medellín, el 2 de diciembre de 1993, la llevaba en su cinto su 'amuleto', mientras otra pistola, una Glock automática, la portaba cruzada en su axila, como los grandes capos de las películas. Murió con ella.
Luis Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño, el poderoso mafioso del llamado ‘Cartel del Norte del Valle’, que fue extraditado a los Estados Unidos para pagar una pena de 30 años de prisión, también tenía un arma predilecta que era una escopeta de colección. Fue su invaluable tesoro, pues la había recibido de manos de Armando Carrillo Fuentes, el llamado ‘Señor de los cielos’, capo del 'Cartel de Juárez', en México, quien murió en un quirófano durante una cirugía de cambio de rostro.
Miguel Ángel Mejía Múnera, alias el Mellizo, exjefe paramilitar del bloque Vencedores de Arauca, también preso en una cárcel de los Estados Unidos, llevó siempre consigo una pistola automática hecha en oro fundido, con munición 2,25. También estuvo entre las pertenencias de su hermano Víctor Manuel Mejía abatido en abril de 2008 en un operativo de la Policía.
Esa arma, que pasó de mano en mano como símbolo del poderío mafioso y llamada el 'Águila del desierto’, fue  propiedad de Hernán Giraldo, alias el Patrón –paramilitar del Magdalena Medio– que se las obsequió. Además, para Miguel Ángel era de su gusto llevar consigo una pistola de polímero hecha en Bélgica.
Pedro Oliveiro Guerrero, alias Cuchillo, nunca abandonó sus dos armas, un cuchillo con el que degolló a cientos de personas y su pistola enchapada en oro con diamantes incrustados. Esta arma de fuego tuvo sus orígenes en los carteles mexicanos. Hacía parte de sus extravagancias. Para el mafioso significó un trofeo de guerra, porque la misma le había pertenecido a Héctor Buitrago, alias Martín Llanos, a quien derrotó a sangre y fuego.
En esa balacera murió Miguel Arroyave y ‘Llanos’ se dio a la fuga. En medio del enfrentamiento entre las estructuras criminales que ambos ostentaban la pistola fue abandonada en el macabro escenario y desde ese momento ‘Cuchillo’ la llevó consigo como símbolo de victoria.
Una herencia de los capos mexicanos
No existe la menor duda que la presunción mafiosa de llevar un arma de incalculable precio y brillo tiene sus raíces en México. Uno de los hombres más buscados de este país y del mundo, Joaquín el 'Chapo’ Guzmán, cargaba en su cinto una reluciente pistola que las autoridades incautaron luego de que se produjera su captura en febrero del año pasado. Una pistola Colt 45 GoldCup de oro y diamantes incrustados.
Una de las armas incautadas al 'Chapo' Guzmán.
Esta arma está contramarcada con la insignia ‘Billionarie Phorbes 701', que tiene relación con la distinción que le entregó la revista 'Forbes' al mafioso, hoy prófugo de la justicia luego de un cinematográfico escape, de ser uno de los hombres más ricos del mundo con una fortuna que supera los 1.000 millones de dólares. El precio de esta arma se estima en unos 350.000 dólares.
En México existe un museo en donde se exhiben todas estas armas incautadas a los miembros de los carteles de la droga. Allí se enseñan desde fusiles enchapados en oro hasta pistolas con la talla de la Virgen de Guadalupe, adornada con diamantes en sus cachas.
Las costumbres y extravagancias mafiosas van desde el norte hasta el sur. En Colombia, cada vez que es capturado un bandido se destapan sus secretos, entre estos, las armas como joyas de inmenso valor y símbolo de supremacía.
LEO MEDINA JIMÉNEZ
Redactor de Justicia
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