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Por cierre de frontera se pierden 400.000 dólares cada día

El congelamiento del comercio afecta a cien mil personas en Norte de Santander.

EL TIEMPO
Camiones que se quedaron atrapados con su carga, envíos de carbón interrumpidos y hasta el paso de vehículos particulares en busca de servicios mecánicos y de repuestos están entre las actividades económicas que han recibido un impacto inmediato por la crisis que desató el cierre de la frontera con Venezuela.
Se estima que para el momento del cierre unos 250 tractocamiones colombianos quedaron apostados en la frontera, donde se mueven 10.000 millones de pesos al día. Un primer golpe es para los productos perecederos, señala Germán Umaña, director de la Cámara de Comercio Colombo Venezolana (CCCV), mientras que un alto número de transportadores se quedará sin carga durante el tiempo en que no haya solución. El impacto del cierre de la frontera en Cúcuta, dice Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), alcanzó a ser aminorado por la opción de salida de los camiones de carga hacia Venezuela por la frontera de Paraguachón, en La Guajira.
Cuando el cierre completaba sus primeras 72 horas, el gobernador de Norte de Santander, Édgar Díaz, estimaba que para ese momento había afectado a unas 100.000 personas y que “las pérdidas estimadas (eran) de cerca de 400.000 dólares diarios”.
En declaraciones a Efe, Díaz dijo que esa cifra corresponde al envío de unas 4.000 toneladas diarias de carbón con destino a Europa que Colombia exporta a través del puerto de la ciudad venezolana de Maracaibo. El gerente de Asocarbón en Norte de Santander, Jaime Rodríguez, afirmó que el cierre afecta a los dos países porque el mineral es producido por 7.000 familias colombianas, y este luego es transportado por personal y vehículos venezolanos.
De otro lado, el presidente de Asopartes, Tulio Zuloaga, dijo que por la frontera de Cúcuta, desde Venezuela pasan a diario hacia Colombia 250 propietarios de vehículos a buscar servicios de taller y repuestos, dinámica que mueve 154 millones de dólares al año.
Por ello, calcula la pérdida diaria por el cierre de la frontera, en ese sector, en unos 422.000 dólares. Desde el punto de vista de las industrias exportadoras, no hay quejas específicas sobre la coyuntura actual, pues el deterioro de sus ventas viene de años atrás, advierte el presidente de Analdex. En ese sentido, para estos empresarios aún es difícil medir el impacto. “El cierre del mercado en Venezuela desde el 2009 ha causado ya una baja ostensible en las exportaciones, y este año solo serán de 1.500 millones de dólares. Llegaron a ser de 6.000 millones de dólares anuales”, explica Díaz. Y es que antes de las crisis diplomáticas recientes con el país vecino, las exportaciones eran el ‘coco’ si el Gobierno de Venezuela amenazaba con restringirlas. Por ejemplo, en el 2008 representaron el 16,2 por ciento de las exportaciones totales de Colombia, al sumar 6.092 millones de dólares. No obstante, en los seis primeros meses del 2015 solo fueron el 3,2 por ciento, con 1.012 millones.
Una importante razón para el descenso de las ventas es la falta de divisas para pagarles a los empresarios. Por tanto, los exportadores colombianos han restringido sus despachos y exigen pagos en efectivo. Por su parte, el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Simón Gaviria, dice que el preocupante panorama económico en el país vecino puede producir complicaciones comerciales, cambiarias y logísticas. “A la coyuntura actual de desplazamiento de nuestros compatriotas por causas políticas se le suma la posibilidad latente de un fenómeno de refugiados económicos en el mediano plazo”.
Por esa razón, considera que el país debe prepararse para este nuevo escenario. Y que el Plan de Desarrollo programó inversiones para el periodo 2015-2018 del orden de 57,8 billones, entre las cuales se incluyen iniciativas como el Contrato Plan de Norte de Santander y el Contrato Plan de Arauca, por 1,72 billones. Así mismo, el Conpes 3805 de Fronteras incluye buena parte de estas inversiones.
“Aparte de esto, ya estamos construyendo un plan de acción económico y humanitario para los próximos dos años por si la economía venezolana y su política se deterioran aún más”, dice.
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