Con una favorabilidad del 24 por ciento en las encuestas frente a los demás candidatos a la nominación presidencial republicana, el magnate inmobiliario Donald Trump no solo ha generado controversia por su plan migratorio, sino por otras propuestas que no tienen en cuenta relaciones diplomáticas, políticas o económicas y además por los insultos a figuras prominentes de la política nacional e internacional.
El candidato considera que si llega a ser elegido presidente de Estados Unidos podrá obligar a otros Gobiernos, utilizando el poder económico y político de la superpotencia y con su carácter, a plegarse a sus deseos y convicciones.
A continuación presentamos un menú de la plataforma con la que el millonario candidato ‘se vende’ y que generaran rechazo por muchos sectores de la opinión pública nacional e internacional, pero que lo tienen, de momento, liderando en los sondeos.
Construir un muro en la frontera sur
Fue una de sus primeras propuestas de campaña y defiende la construcción de la obra en la frontera sur con México para taponar los flujos de inmigración clandestina. “México debe pagar el muro”, precisó Trump, al alegar que “los líderes de México se han aprovechado de EE. UU. al usar la inmigración ilegal para exportar el crimen y la pobreza de su propio país (al igual que en otros países latinoamericanos)”, hecho que ha supuesto un costo “extraordinario” para el contribuyente estadounidense. Hasta que México se haga cargo del gasto, un gobierno presidido por el millonario “confiscará los pagos de remesas derivadas de sueldos ilegales” y, entre otras medidas, “incrementará los precios de todos los visados temporales de primeros ejecutivos y diplomáticos mexicanos (y, si fuera necesario, los cancelará)”.
Hay que recordar que la frontera entre Estados Unidos y México mide 3.185 kilómetros, lo que implicaría que la obra tendría un costo gigantesco, de miles de millones de dólares.
La medida de subir el costo de los visados ocasionaría una violación del Tratado de Libre Comercio firmado por EE. UU., México y Canadá de 1994 que eliminó la mayoría de los aranceles y otras barreras para el libre comercio entre esos países.
Expulsar a todos los inmigrantes sin papeles
Esta propuesta, lanzada el pasado fin de semana, también ha generado muchos comentarios, pues en Estados Unidos hay 11 millones de inmigrantes indocumentados que se emplean en cualquier tipo de oficio con tal de sobrevivir a la falta de recursos.
En este sentido, la economía estadounidense sufriría por la falta de esa mano de obra –que además es barata- y adicionalmente por los enormes costos (entre 400.000 y 600.000 millones de dólares que llevaría esa gigantesca labor, según el grupo conservador Action Forum) en los que incurriría el Gobierno.
Pero Trump dijo que dejará sin efecto las órdenes ejecutivas del presidente estadounidense, Barack Obama, que impiden expulsar tanto a los jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños (los llamados “dreamers”, o “soñadores”), como a los padres de ciudadanos estadounidenses o hijos con estatus legal. “Mantendremos a las familias unidas, pero tienen que irse”, aseguró Trump en una entrevista con la cadena televisiva NBC
Hacer más difícil las condiciones de ingreso a EE. UU.
El magnate también propone endurecer las penas para los “millones de personas que vienen a EE. UU. con visados temporales, pero se niegan a marcharse”. En su batalla contra la inmigración ilegal, el político quiere igualmente “terminar el abuso de las prestaciones sociales” y exigirá a los solicitantes de entrada en el país “certificar que pueden pagar su propio alojamiento, su propia atención sanitaria y otras necesidades antes de venir a Estados Unidos”.
Controlaría a Irán
Trump, contrario a lo que dice su propio partido y sus competidores por la nominación, dijo que no “haría añicos” el acuerdo entre las grandes potencias e Irán y en cambio “controlaría de manera tan dura ese acuerdo que no tendrían chance” de obtener una bomba nuclear, dijo. El texto acordado en Viena en julio por el grupo de potencias P5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia más Alemania) con Irán debe garantizar que Teherán jamás podrá construir una bomba atómica, a cambio de la flexibilización progresiva y condicional de las sanciones económicas internacionales. La mayoría republicana en ambas cámaras del Congreso se opone al acuerdo, pero también varios legisladores demócratas, en particular debido a la feroz oposición de Israel al mismo.
De todas formas, Trump dijo que el acuerdo es catastrófico y que no impedirá a Irán fabricar la bomba atómica. "Irán se hará increíblemente poderoso e increíblemente rico e Israel se convertirá en un problema", dijo, aludiendo al eventual incremento de las exportaciones de petróleo iraní. "Serán una nación tan rica, una nación tan poderosa, que tendrán armas nucleares. Van a controlar partes del mundo que no tenemos idea y pienso que eso provocará un holocausto nuclear", aventuró, pese a que la sobreoferta actual de crudo hizo caer su cotización a menos de la mitad en dos años.
Otra operación militar
El precandidato presidencial republicano también es partidario de enviar tropas de EE. UU. a combatir sobre el terreno al grupo Estado Islámico (EI) en Irak y señaló que la clave para derrotar a ese grupo pasa por arrebatar al grupo yihadista los pozos petroleros que controla en Irak, a fin de acabar con sus finanzas. Trump también indicó que los iraquíes deberían recibir “algo” de sus campos petroleros, si bien, dijo, esa riqueza debería ayudar asimismo a soldados de Estados Unidos.
Que Arabia Saudí le pague a EE. UU.
Sobre Arabia Saudí, uno de los aliados clave de EE. UU. en Oriente Próximo, Trump indicó que el país árabe debería pagar por su alianza diplomática con Estados Unidos. “Defendemos a Arabia Saudí. Enviamos nuestros buques. Enviamos nuestros aviones (...). Nosotros no obtenemos nada. ¿Por qué? Ellos (los saudíes) ganan 1.000 millones (de dólares) al día”, argumentó el millonario. “La razón principal por la que estamos con Arabia Saudí es porque necesitamos petróleo. Ahora, no necesitamos tanto el petróleo”, aseveró, al remarcar que “ellos deberían pagarnos”, pues, sin el respaldo de EE. UU., “no existirían”.
Redacción Internacional con EFE y AFP