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Eso es lo que hay

Los ciclistas extranjeros mandan la parada en las vueltas ciclísticas colombianos.

A la luz de los resultados, lo que ha pasado en el ciclismo colombiano en los últimos años hay que analizarlo. Un español, Óscar Sevilla, ha sido el campeón de la Vuelta a Colombia en las últimas tres ediciones. Un boliviano es el actual campeón del Clásico RCN y un ecuatoriano, Richard Carapaz, ganó el año pasado la Vuelta de la Juventud.
¿Qué pasa? Es claro: hay mejores y no se gana, como se dice en el fútbol, de ‘camiseta’. Acá no se puede mezclar lo que hacen los Nairos, Rigos, Henaos y demás en Europa con lo que pasa en el concierto local. Que Colombia ocupe el tercer puesto por nacionales en el escalafón de la Unión Ciclista Internacional (UCI) no quiere decir que los ciclistas nacionales tengan que dominar las carreras locales. Que Quintana sea cuarto en el ranquin del World Tour y Urán 15, no impide que los extranjeros vengan y ganen en las pruebas nacionales.
El ciclismo de esta zona del mundo se ha emparejado, y mucho, pero Colombia se da el lujo de exportar pedalistas, verdaderos campeones. Tal vez estemos hablando de otro cuento si Nairo, Rigoberto, Sergio Luis, Sebastián y demás no se hubieran ido tan jóvenes a correr en Europa y hubieran podido hacer parte del lote local y ganar, pero es que no hay cómo detenerlos: son unos superdotados y los que quedan no son como ellos.
Un consuelo sería saber que los belgas no han encontrado el sucesor de Eddy Merckx y que los franceses anhelan ganar un Tour con uno de sus ciclistas, algo que no celebran desde 1985 cuando el triunfo fue para Bernard Hinault, pero lo cierto es que pasa algo y no deja de inquietar, más cuando el ciclismo colombiano ha sido el referente siempre.
La Vuelta a Colombia dejó enseñanzas. No fue una carrera ‘normal’, tal vez fue ‘loca’, porque el campeón perdió una contrarreloj en el terreno llano, donde siempre ha sido imbatible. Mauricio Ortega, quien llegó de líder al último día, cedió el título en una cronoescalada, su terreno; y Flóber Peña, un escalador, fue el campeón de las metas volantes.
Sí, inquieta aquél tema del dominio extranjero, pero que el país tenga corredores que ganen el Giro, sean segundos en esa misma carrera y subcampeones del Tour, por solo traer esos ejemplos, no garantiza que localmente exista la imbatibilidad, porque acá, sencillamente, eso es lo que hay.
LISANDRO RENGIFO
Enviado especial de EL TIEMPO
Medellín
@LisandroAbel
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