Bucaramanga. En cambuches cubiertos con plásticos, representantes de 50 familias vecinas a Hidrosogamoso cumplieron tres meses instalados en un parque céntrico de Bucaramanga para protestar, según ellos, por supuestos incumplimientos de Isagén luego de la puesta en marcha de la hidroeléctrica.
Frente a las sedes de la Alcaldía y la Gobernación de Santander, los agricultores y pescadores realizan mítines para insistirle al Gobierno en que realice estudios para determinar las incidencias que puede ocasionar la inundación de 7.000 hectáreas con capacidad para almacenar 4.800 millones de metros cúbicos de agua.
Habitantes de los sectores conocidos como La Playa, San Luis, La Cascajera, El Peaje y Tienda Nueva, ubicados en la vía que comunica a Bucaramanga con Barrancabermeja, afirman que el embalse desplazó a los pescadores, lo cual generó desempleo, malos olores y cambios de temperatura.
“La disminución del oxígeno disuelto y la acidez, producto de la descomposición de la materia orgánica, originaron fuertes olores y una mortandad de peces. Hemos tenido enfermedades respiratorias, brotes en la piel y hay proliferación de zancudos que nos pueden contagiar de dengue y chikunguña”, dijo Claudia Ortiz, líder de los manifestantes.
Según un informe sobre mediciones realizado por estudiantes de la maestría en Ciencias y Tecnología Ambientales de la Universidad Santo Tomás, aguas abajo de la represa podría existir cierta responsabilidad del embalse en la escasez de los animales acuáticos.
El estudio reporta una posible disminución de oxígeno disuelto en el río después de medianoche, el cual se reduce a 3,4 miligramos, cuando la norma establece que debe ser superior a 4 miligramos.
Sobre el porcentaje de saturación del espejo de agua, el cual debe superar el 70 por ciento para uso primario (baño) y secundario (pesca y deportes náuticos), la investigación encontró que, al parecer, a mediodía, en este punto del torrente el nivel de saturación es inferior al 50 por ciento, lo que impide desarrollar cualquier tipo de actividad.
Isagén se defiende
Pero para Isagén, constructora del embalse, la situación no es tan crítica. Luis Fernando Rico, gerente general de la empresa, indicó que “esa cantidad de oxígeno disuelto no ha impedido la existencia de peces en el río, eso se ha podido observar directamente en las muestras que se han realizado. El afluente tiene 75 kilómetros desde la presa hasta su desembocadura; de esos, hay baches de mala calidad en los primeros 4 kilómetros. Este caso lo conoce la autoridad ambiental y se está trabajando para recuperarlos”.
Frente a la demanda que instauraron cerca de 100 campesinos y pescadores por los malos olores que despedía el embalse, y que generó que el Tribunal Administrativo de Santander ordenara la remoción de la cobertura vegetal y toda la materia orgánica, Rico aseguró que la complicación ya fue solucionada.
“La remoción de la madera se realizó antes del llenado del embalse. No se retira la materia orgánica porque no es necesario hacer eso en los embalses. Lo que dice el Tribunal es que debemos seguir haciendo el mantenimiento a la represa, y lo vamos a hacer porque es nuestra obligación”, señaló Rico.
El defensor del Pueblo de Santander, Kadir Pilonieta, dijo que el Ministerio Público, a través de una acción popular, busca que el Gobierno realice un estudio técnico a fondo para determinar si hay o no algún tipo de incidencia del embalse en la comunidad. “Ha habido inercia de las alcaldías, y no se han hecho inversiones para que los pescadores hagan la reconversión de sus actividades”, añadió.
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