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González en Venezuela, dos días para exponer a la 'revolución'

González es un hombre de Estado que no vino a faltarle el respeto al poder. Análisis.

Algunos dirían que la visita del ex presidente español Felipe González a Caracas fue demasiado rápida, que no luchó lo suficiente para ver a los dirigentes presos y en huelga de hambre Leopoldo López y Daniel Ceballos o tratar de ser parte del público en sus audiencias de juicio. Que no se quedó para el portazo en la cara que sí recibieron los ex presidentes Andrés Pastrana y Jorge Quiroga, quienes trataron pero tampoco pudieron ver a los opositores.
Pero los análisis comienzan a anotarle a González y a la oposición puntos positivos al viaje que duró apenas 48 horas y cuyo final lo marcó la negativa del gobierno venezolano de permitirle visitar a López o a Ceballos en las cárceles donde están recluidos y que ingresara como público a la audiencia de López que se celebrará hoy. Al “no haber recibido autorización” decidió marcharse, confirmó el portavoz del ex presidente Joaquín Tagar a la agencia AFP.
Positivos porque el talante respetuoso de González contrastó con la arremetida propagandística conque lo recibió el gobierno venezolano y porque puso en manos de las autoridades el objetivo de su visita eludiendo cualquier tipo de confrontación que permitiera a las autoridades mantener el discurso de que se trataba de una “visita injerencista”.
“González es un hombre de Estado, que conoce las reglas, que no vino a faltarle el respeto al poder y al serle negado algo tan elemental como la visita a unos presos o ser parte del público en un juicio, expuso claramente la naturaleza de quienes dirigen la revolución bolivariana. Fue una visita de carácter simbólico que sí puso en la vitrina la manera cómo se va llevando a Venezuela a ser una sociedad cada vez más cerrada, con una democracia cada vez más limitada”, explica la analista política Argelia Ríos.
“Las visitas de los otros expresidentes también han sido muy importantes en ese proceso de exponer el talante del gobierno, pero siendo González uno de los artífices de la construcción de la democracia española, socialista por demás, sin duda hizo ganar una atención más minuciosa por parte del mundo hacia el caso venezolano”, precisó.
Además de esa exposición internacional, puertas adentro la visita de González logró la reunión de la dirigencia opositora y su liderazgo, señalado constantemente por perjudicar la agenda común con intereses personales. El encuentro con el español sirvió para reforzar la estrategia unitaria que por ahora coincide con el petitorio hecho por Leopoldo López desde la cárcel antes de iniciar la huelga de hambre: exigir fecha de elecciones parlamentarias, que en estas participe observación internacional calificada, el fin de la persecución y la liberación de los presos políticos.
La prensa española acreditada en Venezuela también destaca que González dedicó parte de su estadía a concertar con las familias de López y Ceballos la necesidad de que pongan fin a la huelga de hambre que sostienen, desde hace 16 y 18 días respectivamente. Sin embargo, hasta ahora no hay decisiones al respecto pero se estima que en el establecimiento de la fecha de las parlamentarias se encuentra la llave para el levantamiento del ayuno de los dirigentes opositores y otros 46 venezolanos que ya los acompañan en cárceles, universidades, una Iglesia en Caracas y dos en el Vaticano.
Ríos señala también que por primera vez en 15 años de “revolución bolivariana” se entiende el reclamo de la disidencia venezolana: “Durante años no se comprendió a la oposición, que cometió muchos errores. También los encantos de Chávez hicieron muy popular el ´modelo´ que quería implantar. Ahora con este acompañamiento de líderes, senadores y otros voceros es claro que se van entendiendo las limitaciones democráticas de ese modelo –que siempre existieron- y lo que son estos regímenes autoritarios modernos, que se sirven de las instituciones, de la renta nacional, para mantenerse en el poder a toda costa”.
VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas
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