Misterios y secretos alberga el parque El Virrey, a lo largo de los cerca de 1,7 kilómetros que tiene de extensión.
El parque, ubicado entre la Autonorte y carrera 7.ª y las calles 88 y 87, está vivo y no solo gracias a la gente que lo habita y lo cuida, sino a la biodiversidad que alberga y que hasta hace un año se desconocía.
Juan Caicedo, ecólogo colomboestadounidense y miembro de la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO), vive desde el 2013 frente al parque, y por curiosidad empezó a identificar las especies que habitan el corredor verde, así como su potencial; esto, en compañía de su novia.
“Soy un vecino que por iniciativa propia decidió hacerlo. Cuando empezamos, en junio del 2014, no sabíamos qué íbamos a encontrar. Lo que nos alertó fue ver aves migratorias; eso nos indicó que el parque tenía una diversidad mucho más grande de la que pensábamos”, recordó.
Hoy ha registrado –a punta de observación, sin necesidad de trampas– en su investigación 71 especies de aves, de las cuales 32 son migratorias; 20 especies de moscas de flor que son polinizadoras, tal vez el grupo más diverso de insectos en la ciudad; 20 de mariposas, 2 de murciélagos, 10 de abejas, 40 de moscas, 4 de colibríes, 2 de búhos y 4 de libélulas, entre otras.
![]() InMosca de flor ('Toxomerus sp.'). De esta existen 20 especies. Archivo |
“Se sabe algo de árboles y aves, pero de insectos no, y de insectos urbanos se sabe muy poco; solo hablan de las especies de los humedales y cerros. Queremos empezar a documentar la biodiversidad urbana y proponer un manejo de jardines y especies para atraer más biodiversidad a los parques”, comentó.
A su iniciativa se han unido varios vecinos que aportan fotos, y se realizan caminatas por el parque; incluso vecinos de Fontibón y Usaquén han decidido emplear esta ciencia ciudadana y documentar el potencial de sus parques.
Instituciones como el Jardín Botánico, el Instituto Humboldt, la Secretaría de Ambiente y universidades, entre otras, están enteradas de la propuesta de Caicedo, y algunas han empezado a apoyar su labor.
Este ecólogo, quien además detectó la presencia del humedal Chicú –el único que tal vez existe en Chapinero, ubicado en la calle 93A con 9.ª–, asegura que la zona del Seminario Mayor, punto donde los cerros tocan la ciudad; el parque Chicó, humedal Chicú y parque El Virrey, entre otros sectores verdes –donde también adelanta su iniciativa–, podrían ser el punto de partida para conectar los cerros con el río Bogotá. Y para ello ha propuesto darles un manejo especial, que no existe en la ciudad, a los parques y jardines y lograr el aumento de la biodiversidad en las áreas urbanas, sin dejar de lado el uso social.
![]() Juan Caicedo. |
“Esa combinación de la conservación del medioambiente y los usos humanos es algo de lo que aquí existen pocos ejemplos. Esto podría convertirse en ejemplo para Colombia, e incluso para el mundo, si se logra”, dijo.
Contacto Caicedo: caicedoj@hotmail.com
Lucía Jiménez Riveros
Redacción EL TIEMPO ZONA