Ya finalizaron las obras de reforzamiento del túnel de Guatiquía, programado dentro del primer trabajo para 2015 en los túneles del sistema Chingaza.
Así lo dio a conocer la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá este martes a través de un comunicado oficial.
“Estos trabajos forman parte de un programa de revestimiento de los túneles que la EAB viene realizando de manera escalonada y con los cuales se busca reducir la vulnerabilidad de todo el sistema, al blindar los 37 kilómetros de la conducción que transporta el agua desde el páramo de Chingaza hasta la planta de tratamiento Francisco Wiesner, en La Calera”, explicó Alberto Merlano, gerente del Acueducto de Bogotá.
El túnel de Guatiquía es la primera conducción por donde se transporta el agua del embalse de Chuza, ubicado a tres horas de la ciudad, y que conecta con los túneles de flujo libre y a presión, que permiten llevar el líquido hasta la planta Wiesner donde se trata el agua para entregarla potable a los capitalinos.
Con el mantenimiento de este año, se suman 29 kilómetros de túneles revestidos a la estructura existente, lo que garantiza el abastecimiento normal de agua para Bogotá.
Según le detalló el Acueducto a EL TIEMPO, cuando comenzaron las obras en enero del año pasado, los recubrimientos se necesitan para que no haya filtraciones de agua y no causen los derrumbes que provocaron el grave racionamiento del servicio que tuvo Bogotá en 1997.
Este tipo de obras, que arrancaron en el 2014, no se hacían en la ciudad desde el 2011.
Estas actividades se realizan sin generar impacto en la ciudad, ya que para su ejecución no fue necesario suspender el suministro de agua debido a la interconexión que tiene la capital del país para su abastecimiento.
Dentro del plan de la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá para este año, se continuará en julio con la segunda etapa de obras preventivas en los túneles, que tendrán una inversión de 25.000 millones de pesos.
“Estamos blindando la principal infraestructura de conducción de agua de los bogotanos contra fallas que puedan generarse por derrumbes o impactos ante movimientos sísmicos, de esta forma los bogotanos tienen garantizado su suministro de agua”, aseguró Merlano, gerente del Acueducto de Bogotá.
De acuerdo con cifras conocidas en el 2014, en 15 años el Acueducto ha invertido 110.328 millones de pesos en el recubrimiento de túneles.
El primer derrumbe en los túneles de Chingaza, registrado en 1984, impidió poner en operación el sistema. Esto llevó a ingenieros nacionales y extranjeros a determinar que las paredes de esos conductos subterráneos requerían un recubrimiento con concreto reforzado, definitivo, para prevenir un nuevo desastre. El sistema finalmente pudo comenzar a funcionar en 1985, y se fijó un cronograma año tras año para recubrir los tramos de túnel.
BOGOTÁ