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Intento de linchamiento de ladrones en las calles, ¿por qué lo hacen?

Algunos creen que el escarnio público sí funciona, otros piensan que atrae más violencia.

BOGOTÁ
Él roba, los testigos lo atrapan y en segundos comienzan las agresiones físicas para someter a los presuntos delincuentes. La escena es cada vez más común, o al menos cada vez más divulgada en las redes sociales.
Es el síntoma, según expertos y concejales, de la desconfianza que tienen los ciudadanos en las autoridades, de la falta de efectividad de la justicia y penitenciaria (que devuelve reincidentes a las calles) y del retroceso de la cultura ciudadana.
En los últimos días han sido al menos 3 los casos ‘viralizados’ en internet en los que se ve cómo un grupo de ciudadanos intenta linchar a hombres que aparentemente habían robado en Bogotá.
Aunque no es la primera vez que sucede y además queda registrado en video, no hay cifras oficiales sobre el número de casos. Las autoridades han intervenido en varias oportunidades para evitar que a los indignados se les vaya la mano.
Cuando los uniformados llegan al sitio, sin importar si es norte, sur, oriente u occidente de la ciudad, la situación se repite: hombres que intentaban robar o atracar, según la versión de sus víctimas; incluso algunos lloran porque dicen que se trata de un malentendido, mientras son agredidos por un gentío que les reclama.
Aunque se oyen, son pocas las voces de personas que llaman en vano a la cordura, para que la situación no se salga de proporción o tenga consecuencias irreversibles.
Así, pareciera que buena parte de la ciudadanía aprueba el escarnio público e incluso considera que golpear les permite proteger a su ciudad y aleccionar a los bandidos.
Especialmente cuando los delincuentes salen a las calles armados, con cuchillos y revólveres, dispuestos a usarlos sin importar a quién van a robar.
No obstante, expertos en el tema precisan que esta conducta de algunos ciudadanos pone en riesgo el orden público y aumenta la violencia: solo en el 2014, un total de 113 personas murió cuando intentaban salvaguardar sus pertinencias o proteger a alguien de ser asaltado.
Hay una dualidad: aunque quienes perpetran estos hechos saben que así solo generan más violencia, siguen convencidos de que es la mejor manera de reprenderlos, en vista de que muchos delincuentes son liberados y reinciden.
La situación ha generado iniciativas y reacciones en el Concejo de Bogotá para ponerle freno a la violencia. María Victoria Vargas, concejal del Partido Liberal, mencionó el proyecto de su copartidario Miguel Uribe: propuso que el personal de la Policía no pague pasaje en TransMilenio, para que con su presencia se eviten delitos.
Aunque Vargas mencionó la importancia de que los ciudadanos denuncien, aseguró que “se debe considerar una reforma del sistema judicial, porque la Policía hace esfuerzos para capturar a los delincuentes, pero al otro día están sueltos. La ciudadanía ve eso y desconfía”, agregó.
Incultura y desconfianza
Dos son las raíces que alimentan este comportamientos, en los que los ciudadanos se toman la justicia por mano propia. En primer lugar, el cansancio generalizado por los continuos robos que se registran a diario y que, pese a acciones de las autoridades, siguen aumentando. Solo en el primer trimestre de este año, según el Centro de Estudio y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana (CEACSC), hubo 7.679 casos.
Esto conduce a lo segundo: cada vez más los ciudadanos se organizan en redes sociales y crean grupos y comunidades, para exhibir fotos de los ladrones o acosadores en diferentes partes de la ciudad.
Instan a la gente a protegerse, pero a la vez los mensajes están cargados de agresiones y amenazas. En esos espacios se elogia a los que atrapen ladrones y los agredan. Aplauden al agresor del agresor.
“Porquería, no lo queremos volver a ver por aquí. Por lo menos por este lado no se vuelve a aparecer”, le dijo un residente del barrio Cortijo, en el noroccidente de la capital, hace varias semanas a un hombre que minutos antes le rapó el celular a una joven. Fue golpeado por varias personas.
Si bien hay quienes reprueban la violencia para detener a los bandidos, EL TIEMPO comprobó a través de su cuenta en Twitter sobre temas de la ciudad, @BogotaET, que muchos celebran este tipo de violencia e incluso la promueven.
“No estoy de acuerdo con esos actos, pero nos cansamos de ver cómo los delincuentes, por robar, nos apuñalan. Es hora de tomar justicia”, escribió @Johucast.
Comentarios como este evidencian la desconfianza que muchos sienten especialmente hacia la efectividad de la justicia y, además, que se está multiplicando. “No lo apruebo pero desafortunadamente la justicia de este país es una grosería”, insistió @cayitap75.
Para el analista Jairo Libreros, estos hechos no se deben justificar y son “gravísimos”. “Es una crisis de seguridad por el descontento popular con la justicia (…) más que escarnio público es un acto de venganza ante la impotencia y la frustración por la inoperancia del sistema de justicia”.
El experto Hugo Acero agregó que es una conducta ilegal: “Debe ser rechazada por las autoridades nacionales y distritales, e investigada por la Policía y la Fiscalía. Si no, se acepta tácitamente esta práctica, igual que con el paramilitarismo, que nació como respuesta de los ciudadanos a la desprotección del Estado que los dejó a merced de la guerrilla. Se convirtieron en otro grupo criminal”.
Olga Victoria Rubio, concejal del partido Mira, expresó su preocupación: “Toman venganza y ya no es un delincuente sino un colectivo delinquiendo. Podrían causar la muerte de una persona”.
De hecho, es emblemático el caso del joven de 16 años que falleció en febrero en una URI de menores tras ser linchado en el barrio Quiroga (avenida Caracas con 36 sur) por vecinos que así creían castigarlo por robar.
Y es que si bien el ciudadano está en su derecho de capturar en flagrancia al delincuente, debe entregárselo a las autoridades inmediatamente, pues de agredirlo “puede ser imputado por lesiones personales, salvo que el agredido o el ciudadano a quien ayuda esté en peligro”, explica el Centro de Estudio y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana del Distrito.
Así se ‘movió’ el tema en Twitter
¿Está de acuerdo con estos comportamientos?
@nandomoreno8 : “No se aprueba pero el pueblo colombiano está cansado de que la "autoridad" haga poco o nada”
@camilodoes: “Obvio que lo apruebo, ya la inseguridad no tiene límites”
@vril1939: ¿Aprobar que la gente se defienda de sus agresores? ¿Hay que aprobar que una persona al ser violentada se defienda? ¡Falta más!
¿Qué se debería hacer para que la justicia no se tome por cuenta propia?
@gongand : “Tener una justicia que funcione y una Policía que actúe. No hay ninguna de las dos”
@Guason_81: “Que cambien la ley y la justicia condene fuertemente a los ladrones”
@PILARBUSTOS6: “Hacer leyes fuertes contra delincuencia (incluyendo menores de edad), sin rebaja de penas. No más "delitos menores", delito es delito”
Y usted, ¿aprueba este tipo de comportamientos?
Escríbanos a @alejandrapsg y a @BogotaET
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