Atenas y la eurozona siguieron negociando el fin de semana en Bruselas qué ajustes acepta Grecia a cambio de los 7.200 millones de euros que quedan del segundo rescate.
Se trata de evitar que Atenas corra el riesgo de un 'default' a finales de la próxima semana, cuando empieza una cascada de vencimientos de deuda que, entre el 5 de junio y finales de julio, suman 7.846 millones de euros. Grecia ha devuelto desde agosto del 2014 17.500 millones de euros sin recibir ni un euro de préstamos europeos.
El diario heleno 'Kathimerini' publicó este domingo que las negociaciones habrían avanzado tanto que ya se estaría preparando un borrador del acuerdo. Según esa información, Atenas y la eurozona tendrían un trato sobre la reforma del IVA, las jubilaciones anticipadas y la unificación de los fondos de pensiones.
Este domiengo, Tsipras habló por teléfono con la canciller de Alemania, Ángela Merkel, y el presidente de Francia, François Hollande, en una charla en la que los líderes coincidieron en la necesidad de alcanzar un acuerdo rápido, dijo un funcionario griego.
Este lunes se reúnen en Berlín Merkel y Hollande con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, encuentro al que Tsipras habría pedido acudir. Una fuente de la Comisión Europea aseguró a EL TIEMPO que a pesar de “ciertos avances en los últimos días, las posiciones están lejos en varios puntos claves, como las pensiones y la reforma laboral”.
El gran enfrentamiento en las conversaciones sigue siendo que Grecia se resiste a tragarse la medicina de otro recorte de pensiones y salarios públicos que exigen los acreedores –la CE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI)–.
Tsipras afirmó, en una dura columna en el diario francés 'Le Monde', que si todavía no hay acuerdo no se debe a su “intransigencia”, sino a que los acreedores tienen sobre la mesa “propuestas absurdas”.
El premier griego lleva meses asegurando que está dispuesto a reformar la economía helena, que por décadas ha sido un ejemplo de mala gestión y corrupción. Pero se niega a aprobar más ajustes como los de los últimos años porque considera que solo servirán para ahondar en la recesión –el país perdió en poco más de seis años el 25 por ciento de su PIB, el desempleo supera el 25 por ciento y un tercio de la población está en la pobreza, un salto atrás de 30 años–.
El FMI sería ahora mismo el acreedor más duro en las negociaciones porque no aceptaría un acuerdo que solo sirviera para ganar más tiempo si considerara que la deuda helena, que ya superó el 175 por ciento del PBI, sigue siendo insostenible.
Grecia podría ganar unos días con un enjuague contable. Tiene cuatro pagos al FMI entre el 5 y el 19 de junio, que suman 1.600 millones de euros. Atenas podría pedir pagarlos todos juntos antes del 19 de junio. En ese caso no habría riesgo de default y el Gobierno griego ganaría dos semanas para seguir negociando.
IDAFE MARTÍN PÉREZ
Para EL TIEMPO
BRUSELAS