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Martina La Peligrosa, la sensación de las redes sociales

La cantante costeña cuenta cómo se convirtió en la sensación de las redes sociales en Colombia.

Medio millón de seguidores en Instagram, clubes de fans en varias ciudades, un canal de Youtube con 57 videos que suman varios cientos de miles de reproducciones desde distintos países y 73.000 seguidores en Twitter. Ahora es jurado en un concurso musical que se transmite por televisión y está próxima a firmar un contrato con una importante casa disquera.
Con todas estas ‘credenciales’ encima, Marta Liliana López Llorente, conocida como Martina La Peligrosa, no se considera famosa. “Famoso el papa”, dice con desparpajo y con su espectacular sonrisa estampada en la cara, esa misma sonrisa con la que adorna sus fotos y videos en las redes sociales, en los que enseña, a través de su canal Ponte Linda, trucos de maquillaje a otras mujeres o da esas clases de cordobés que la llevaron a ser la portada digital de la prestigiosa cadena de noticias británica BBC durante un día.
Martina es un ejemplo perfecto de ese nuevo tipo de celebridad que ha ido construyendo su fama gracias al uso que hace de las redes sociales y cuya principal arma es la ya bien conocida palabra ‘viralidad’. No por nada la BBC dijo que gracias a sus ‘lecciones’ de cordobés puso a hablar “colombiano a los colombianos”.
Sin embargo, Martina es más que una simple ‘youtuber’. Con la música en las venas –pertenece a una familia de artistas y es hermana de la vallenatera y cantante de porros Adriana Lucía–, fue por cinco años la cantante de Gaira, el restaurante orientado a la música folclórica de los hermanos Guillermo y Carlos Vives, y se atrevió a incursionar en la champeta, un género musical gobernado por hombres, en el que lanzó sus dos primeros sencillos, acompañada por su esposo, Jairo, quien ha estado con ella por nueve años y toca la guitarra en sus canciones.
La cadena de noticias británica BBC tuvo a Martina como portada de sus portales digitales gracias a sus videos con las clases de cordobés. Foto: Camilo Villabona.
A los 28 años, esta mujer nacida en El Carito, un corregimiento del departamento de Córdoba, cuenta que sus mayores influencias han sido, precisamente, el cantante samario y su hermana, quien, dice, la ha alentado para emprender su camino como solista. La clave de su éxito, asegura en medio de risas, ha sido, ¿cómo no?, el peligro, que busca imprimir en su primer trabajo discográfico, que aspira a publicar próximamente.
Normalmente, la gente es famosa por una actividad que ha desempeñado por un tiempo, como la actuación o la música, y luego tiene impacto en redes sociales, pero su caso fue al contrario. ¿Cómo pasó?
Creo que he ido creciendo junto con las redes sociales, porque desde que comenzó su boom yo he estado metida en ellas. Sin embargo, lo primero que hice en mi vida y lo que he hecho siempre es la música. Esto de las redes es un plus para que la gente sepa que no soy alguien que apareció de la nada y que ahora canta, que aparece en televisión y hace de todo.
¿De dónde surge su interés por las redes sociales?
La primera red social que tuve fue Facebook y quise utilizarla como una herramienta para mostrar las cosas que me gustan o las habilidades que tengo, para que la gente decida si le gusta y si me sigue o no. Fue más algo personal que un negocio, que es en lo que se ha convertido, porque ahora a las marcas les interesa alguien que sea fuerte en redes. Luego llegaron Youtube e Instagram y a ambas di el salto. Ahí estoy porque me encanta hacer bulla.
¿Cuál ha sido la clave de la popularidad que ha logrado en ellas?
¡El peligro! –y suelta una carcajada–. Considero que aunque he alcanzado cierto éxito, quiero seguir creciendo y ser más exitosa cada día. Pienso que lo primordial ha sido la familiaridad que le produzco a la gente que me sigue, sobre todo entre las chicas, que me ven como su amiga y se sienten identificadas conmigo. Siempre trato de mostrarme lo más natural y fresca posible.
Las redes tienen sus truquitos. El primero es hacer contenidos que le gusten a la gente, bien sea porque uno se lo propone o porque es espontáneo. Luego está el ser constante: hay que hacer contenidos todo el tiempo. Por ejemplo, estudié para hacer y editar los videitos de Ponte Linda y las clases de cordobés yo misma. Otro punto importante es no subestimar a mis seguidores, porque ellos no comen cuento cuando las cosas no son reales. Hay que ser auténticos y sinceros con ellos.
Aparte de popular, ¿se considera famosa?
¡Famoso el papa! ¡Famosa Shakira! Yo creo que soy popular. Sin duda, ya hay mucha gente a la que el nombre Martina La Peligrosa le suena, por las canciones, el programa o las redes. Nunca le he apostado a la fama, porque creo que hoy en día uno puede ser famoso por cualquier cosa. Paris Hilton es famosa por ser Paris Hilton. Punto. Yo le apuesto más al éxito, a una carrera exitosa, a tocar y que el público cante mis canciones, a vender conciertos, a viajar y a conocer lugares; no a salir en televisión porque sí, por tener una cara bonita.
¿Cree que el éxito le llegó antes de tiempo, sin haber explotado todo tu potencial o sin estar preparada?
No, para nada. No tengo afán de demostrar las cosas. Siento que la gente se irá dando cuenta, poco a poco, de quién soy. Quienes están en el gremio de la música saben que no salí de la nada, de un momento a otro. Tengo la tranquilidad de que he estado toda la vida en la música y de que he pasado las verdes y las maduras. Tenía ocho años cuando empecé a subirme a los escenarios y he cantado con muchos artistas que me conocen y saben el trabajo que he hecho. Siento que todo este rollo de las redes sociales genera una sensación de inmediatez que hace que la gente crea que nací de ellas y no ven un poquito más allá. Mis seguidores saben que he hecho más y tengo la tranquilidad de que he sembrado cosas en la música toda la vida, y eso se verá reflejado más adelante.
Martina fue cantante del restaurante Gaira, de los hermanos Guillermo y Carlos Vives, por cinco años. Foto: Camilo Villabona.
¿El momento en el que está ahora lo buscó intencionalmente?
No sé exactamente dónde estoy ahora. Este es solo un escalón, y claro que lo he buscado, porque he trabajado para esto toda la vida. Creo que no está mal sentirse orgulloso o cómodo por algo bueno que le esté pasando a uno. Lo que estaría mal sería quedarse ahí, creyendo que ya lo logré todo. Hay que seguir trabajando y luchando por los propósitos que uno tiene en la vida.
Un medio tan importante como la BBC la tuvo todo un día abriendo sus portales en Internet. Eso no es cualquier cosa…
¡Qué locura! No me lo esperaba. Empecé con las clases de cordobés, que fue por lo que me llamaron, de la manera más inocente, como puro entretenimiento, tratando de hacer reír a la gente, que es uno de los placeres más grandes de mi vida. La gente empezó a pedirme más y más clases hasta que llegué a 35. De repente empiezan a llamarme de medios de mi tierra, de otros nacionales y ya me parecía una locura, porque hasta Julio Sánchez Cristo me dedicó toda una mañana en su programa radial. Después, cuando me llamaron de la BBC yo dije “¿qué es esto?”. En ese punto empecé a tomármelo muy en serio porque me di cuenta de que más allá de mostrar una forma de hablar particular, estaba mostrando la esencia pura de lo que somos, de lo que nos hace diferentes, unirnos como cordobeses. Allí les hallé la parte seria a las cosas. Para mí es un honor ser representante de mi tierra.
Hoy en día hay un boom de personas con gran impacto en redes sociales y usted, sin duda, está ahí. ¿Qué consejo les da a quienes quieren hacer lo mismo?
Lo más importante es ser uno mismo, y esto aplica a cualquier aspecto desde el que se quiera ser viral, porque no es lo mismo hacerlo como músico, comediante o youtuber. Lo más importante es ser real, porque en las redes sociales uno no puede retractarse. Lo que ya se dijo, ya quedó. También hay que trabajar con disciplina, porque ahora las redes, más que solo entretenimiento, son una herramienta de trabajo a la que se le puede sacar mucho provecho. Si se quiere estar metido en las redes y que la vida gire en torno a ellas, hay que meterles un poco de seriedad y comprometerse con el contenido y con los seguidores, con quienes también hay que estar en constante contacto, mostrándoles que se quiere hacer cosas cada vez mejores.
Andy Warhol dijo que en el futuro todos tendrían sus 15 minutos de fama. ¿Usted está en los suyos?
No; estoy en mis 15 segundos… de Instagram (eso duran los videos en esta plataforma). Si estos son mis 15 minutos, se me han hecho eternos entonces, y puede que él tenga razón, pero creo que eso no depende de las redes sociales sino del trabajo, por lo que uno no puede ponerse flojo. Hay que seguir luchando y cultivando los logros. El medio artístico es una montaña rusa en la que un día se está en la cima y al siguiente abajo, pero la constancia vence lo que la dicha no alcanza.
¿Cómo mantenerse entonces?
Con mucho trabajo duro. Porque antes de las redes sociales y de ser conocida era exactamente igual. Mi hermana me dijo un día que ahora uno saca una canción y a los quince minutos se puede saber si a la gente le gustó o no, mientras que antes tocaba pasar varios meses dando conciertos para hacerlo. Ahora con un ‘like’ o ‘dislike’ se puede saber la percepción que tienen de lo que uno hace. Algunas cosas, como esta, han cambiado, pero hay otras que se mantienen igual. Uno tiene que trabajar de verdad, con sinceridad y pasión, porque si se afloja, se pierde todo. 
NICOLÁS BUSTAMANTE HERNÁNDEZ
Producción: Juanita Ochoa
Maquillaje: Vanina di Salvo
Vestuario: The Backroom
Locación: Ocus Pocus
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