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¿Hasta cuándo durará la tendencia al alza del dólar?

Unos ven la divisa en $ 2.600 y luego bajando de nuevo. Exportadores sienten mejor flujo de caja.

ECONOMÍA
El dólar se negoció este martes en promedio a 2.500 pesos y alcanzó a tocar los 2.517 pesos durante la jornada, por lo que retomó una fuerte tendencia al alza vista desde julio del año pasado, pero que se había apaciguado desde mediados de diciembre.
En medio de estos incrementos, los exportadores sienten un efecto positivo en su flujo de caja, mientras que los importadores calculan cómo deberán subir sus precios de ventas.
Pero tanto los unos como los otros, al igual que los analistas del mercado, no se atreven a apostar en qué punto el dólar alcanzará un nuevo equilibrio y dejará de subir.
Especialmente, los analistas no se ‘casan’ con una cifra ante la fuerte volatilidad del momento, la cual se espera que llegue hasta la segunda parte del 2015, cuando el petróleo encuentre un precio más estable y se produzca el alza en las tasas del banco central de Estados Unidos (FED).
Juan Pablo Espinosa, gerente de Investigaciones Económicas de Bancolombia, dice que en esta coyuntura no será raro ver, en algún momento, la tasa de cambio arriba de 2.600 pesos, pero luego corregirá hacia un precio más equilibrado que se definirá a medida que lo haga también el petróleo. Esto permitirá un cierre de año sobre los 2.350 pesos y un promedio de 2.400 pesos.
Daniel Velandia, economista Jefe de Credicorp Capital, dice que con los precios del crudo de hoy estiman una tasa de cambio de equilibrio entre 2.350 y 2.400 pesos. En Alianza Valores ven como muy probable también que el dólar toque ese máximo de 2.600 pesos y que, a partir de allí, inicie su ajuste a la baja hasta situarse cerca de los 2.350, como sucedió en el 2006 y en el 2009. “Más que encontrar un precio de equilibrio, lo que se quiere es que disminuya la volatilidad, y esto sucederá.
Lo principal es tener en cuenta que la tendencia a largo plazo seguirá siendo al alza dado que estamos cerca del inicio de una política monetaria menos laxa en Estados Unidos”, dice Juan David Ballén, estratega de Renta Fija de Casa de Bolsa. Para Julián Cárdenas, analista de Portafolios Especiales de la AFP Protección, la devaluación actual tiene sentido, pero “este momento parece más una oportunidad de venta que un escenario catastrófico”. Sostiene que la volatilidad seguirá, pero cuando menos se piense la tasa volverá a los promedios acostumbrados.
La acelerada devaluación del peso ha llevado a que en los últimos 90 días acumule más del 16 por ciento, lo que para los exportadores colombianos ha representado una significativa mejoría en su flujo de caja, aunque no necesariamente implica que hayan aumentado el volumen de sus despachos.
El 24 de agosto del año pasado, por ejemplo, cada dólar valía 1.924,40 pesos; dos meses después había subido a 2.055 pesos y terminó el 2014 a 2.392 pesos, pero ayer el promedio ya era de 2.500 pesos.
Por ese comportamiento es que la aclaración es pertinente, porque si bien los empresarios que venden en el exterior están recibiendo más pesos por cada dólar que traen, el incremento de las exportaciones no es una reacción de un día para otro.
En esa apreciación, con algunos matices, coinciden los presidentes de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía; de Asopartes, Tulio Zuluaga; de Inexmoda (del sector textil-confección), Carlos Eduardo Botero, y de Analdex (gremio de los empresarios de comercio exterior), Javier Díaz.
Para Tulio Zuluaga, con el alza de la divisa, los exportadores han estado recuperando lo que, por una revaluación profunda del peso, venían perdiendo desde hace una década, y “ahora tienen esa gran oportunidad para exportar”.
El año pasado, las exportaciones de autopartes bajaron más de 60 millones de dólares, pero ahora se recuperan pese al freno que les puso Ecuador con la aplicación de aranceles, dijo el directivo, quien estima que en el primer trimestre las ventas externas del sector crecerán un 3 por ciento.
El movimiento de la tasa de cambio sí se está sintiendo en el sector agropecuario exportador, “al que le está yendo bien”, afirmó Mejía, quien hizo un llamado para que los problemas que genera la devaluación se transformen en oportunidades para Colombia.
Una devaluación alta en Colombia que exporta 4 millones de toneladas de productos agropecuarios, pero importa 10 millones, de los cuales seis corresponden a cereales, entre estos maíz, golpea la porcicultura, la avicultura, el sector lácteo y genera, o inflación de costos o disminución de rentabilidad, advirtió Mejía.
Igualmente, agregó: “Busquemos la oportunidad para producir esos bienes internamente porque vamos a ser mucho más competitivos. Podemos decirle al Gobierno que nos ayude y sembremos maíz, soya, entre otros productos”. Además, hay que buscar una mayor productividad para que los costos de lo importado no afecten el resultado final.
El textil-confección, cuyo instituto de investigación y moda preside Carlos Eduardo Botero, es uno de los sectores donde hay exportadores que han mejorado el flujo de caja, pero no porque todos los empresarios estén despachando más productos, sino porque están recibiendo más pesos.
En Analdex tienen la expectativa de que las exportaciones diferentes a las minero-energéticas van a crecer este año, pero, aclara Javier Díaz, esto no es automático, ya que hay un lapso entre el comportamiento de la tasa de cambio y que eso se traduzca en exportaciones, porque al abrirse nuevamente la posibilidad de competir los empresarios tienen que empezar nuevamente a golpear puertas afuera, a presentar cotizaciones y concretar ventas, y esto toma tiempo.
Algunos exportadores le han comentado a Díaz que además de beneficiarse de la devaluación están bajando los precios para ganar competitividad.
Aunque ninguno de los consultados apostó a un futuro precio, concuerdan en que los altos niveles se quedarán un buen tiempo.
Plásticos sebenefician, pero carros se impactan
El incremento del dólar no asusta a procesadores de plásticos, fibras y resinas, ya que lo compensarán con el crecimiento de las ventas en el mercado local y externo.
Por el contrario, los precios de los carros nuevos se impactarán de manera importante.
El presidente de Acoplásticos, Carlos Alberto Garay, afirma que a pesar de que tienen insumos importados incorporados en la canasta de costos, como los de origen petroquímico, hay unos costos que pagan en pesos, como la mano de obra, la energía eléctrica, el transporte y la logística. “El peligro de un dólar más alto es que al subir los precios se pueda contraer la demanda interna de plásticos”, añade. Tampoco considera que los fabricantes locales de polipropileno y resinas del país vayan a imponer precio de las materias primas porque la oferta mundial es amplia.
Durante el 2014, la producción del sector plástico no creció, precisamente por alta competencia de las importaciones y la revaluación.
El volumen de producción se mantuvo en un millón de toneladas procesadas en plásticos. Sin embargo, las ventas del sector subieron 1,7 por ciento y se ubicaron en cerca de 4.000 millones de dólares. No obstante, este año, en gran parte por la fortaleza del dólar, Acoplásticos prevé un aumento de 7 por ciento en la producción, es decir, a 1’070.000 toneladas.
El presidente de la empresa Enka de Colombia, Álvaro Hincapié Vélez, dice por su parte que les conviene el alto precio del dólar, aunque impacte la deuda en dólares.
Sin embargo, los inventarios que han importado ya los convirtieron a pesos y a una tasa de cambio inferior a 2.500 pesos, luego lo compensan.
“Si este año la tasa de cambio se estabilizara en 2.400 pesos favorecería la rentabilidad y la generación interna de caja de la compañía, y superararía con creces los efectos que tuvo en diciembre sobre la deuda en dólares”, agrega el empresario.
Entre tanto, el presidente del gremio Andemos, Oliverio Enrique García Basurto, dice que por el aumento del dólar se afectan tanto ensambladores locales como importadores de marcas extranjeras de carros, con la diferencia de que los unos los traen desarmados y los otros listos para la venta. Agrega que el aumento de precios de los vehículos por el comportamiento del dólar dependerá, entre otros, de los inventarios de cada distribuidor, de donde provengan y las coberturas cambiarias.
Pese a las alzas del dólar, cafeteros reciben menos
Mientras el precio de dólar logró ayer una de sus más altas cotizaciones desde abril del 2009, el precio interno de compra del café llegó a los 700.250 pesos por carga de 125 kilos, informó la Federación Nacional de Cafeteros.
Este último no se registraba desde el pasado 25 de septiembre, cuando estuvo por debajo de los 700.00 pesos y se pagó el subsidio PIC por última vez.
Ahora, teniendo en cuenta que el precio interno de compra de la carga depende del precio de la Bolsa de Nueva York (contrato C), la prima por la calidad y la tasa de cambio, se tiene con que el de la bolsa ha caído 10 por ciento, al pasar de US$ 1,61 (el 2 de enero) a US$ 1,45, al cierre de este martes.
Así las cosas, la devaluación del peso no ha hecho posible que los cafeteros reciban más, contrario a lo sucedido en el 2014 que, con dólar deprimido, los cafeteros tuvieron uno de sus mejores años, pues a sus bolsillos entraron no menos de 5,6 billones de pesos; este fue el valor de la cosecha cafetera colombiana.
Ahora, de caer más el precio interno, no hay posibilidad de pagar el Programa de Protección del Ingreso Cafetero (PIC), que funcionó hasta el 31 de diciembre del año pasado, fecha hasta la cual se pagaron solo 145.000 millones de pesos por este concepto, de un total ‘en caja’ de un billón de pesos que tenía disponible el Ministerio de Agricultura.
Los recursos que no se usaron –que estuvieron en una cuenta especial– volvieron a las arcas de la Nación y no será posible recuperarlos para solucionar la coyuntura que pueda presentarse, en caso de que el café baje del umbral de los $ 700.000.
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