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Polémica adjudicación de hospital en Soacha

Licitación duró abierta una semana, con condiciones muy restrictivas.

LAURA BETANCUR
Con reservas y sospechas han recibido algunas firmas constructoras la adjudicación del nuevo hospital de Soacha, la obra más importante y urgente para este municipio, que hoy –según las mismas autoridades– está en crisis en sus servicios de salud.
Las preocupaciones no son menores: la licitación pública para la nueva sede del Mario Gaitán Yanguas, por un valor de 47.738 millones de pesos, estuvo abierta solo durante cinco días hábiles, entre el 15 y el 22 de diciembre del 2014.
Ocho días después, el 31 de diciembre, en plenas fiestas de fin de año, se le adjudicó el millonario contrato al único proponente que se presentó: el consorcio CB 2014, conformado por las empresas Cabar Construcciones S.A.S, con un 80 por ciento de participación, y Construcciones Benavides Ltda., con un 20 por ciento.
Fuentes expertas en licitación pública consultadas por EL TIEMPO llamaron la atención por el reducido tiempo en que estuvo abierta la licitación, teniendo en cuenta la cuantía del proyecto, la importancia de un hospital público y la pluralidad de firmas constructoras que podrían haber mostrado interés por la obra.
En respuesta, la Oficina Jurídica de la Alcaldía de Soacha explicó que los prepliegos de esta licitación estuvieron disponibles para la consulta de los interesados desde el 16 de octubre del 2014, tiempo que esta entidad consideró “suficiente” para que las empresas se prepararan para el proyecto.
Además, la Oficina Jurídica explicó que legalmente las normas colombianas no estipulan un tiempo determinado para mantener una licitación abierta.
Sin embargo, tal como lo señaló un directivo de una de las firmas que presentó observaciones a los prepliegos, “aunque se publicó desde octubre la convocatoria, se abrió en mitad de diciembre de manera sorpresiva y estuvo solo una semana abierta. Por eso no nos presentamos”.
Además, como confirmaron expertos en licitación pública consultados por este medio, regularmente por el monto a asignarse, estos periodos de apertura alcanzan hasta un mes, con el fin de asegurar transparencia.
Pero para las firmas, las ‘anomalías’ de esta licitación no solo tienen que ver con los tiempos. Durante el periodo en que estuvieron disponibles los prepliegos, once firmas hicieron observaciones sobre los detalles que exigía la Alcaldía.
Muchas de ellas coincidieron en solicitarle a la administración local que cambiara los términos en que se debía certificar la experiencia en construcción.
Según lo requerido por la Alcaldía de Soacha, la empresa, unión temporal o consorcio que se presentara debía tener en un solo contrato experiencia en diseños y construcciones hospitalarias iguales o superiores a los 16.000 metros cuadrados.
“Es una medida muy particular. Normalmente estas licitaciones permiten que uno pueda presentar esa experiencia en varios contratos y que uno de ellos sea específicamente de construcción hospitalaria”, explicó otra de las empresas interesadas en el proyecto que tampoco se presentó en la licitación por sus condiciones restrictivas.
Las empresas solicitaron en sus observaciones, registradas en el Sistema Electrónico de Contratación Pública, que en aras de la “pluralidad de proponentes” se tuvieran en cuenta estas alternativas.
Sin embargo, en la respuesta a estas observaciones, la Alcaldía se sostuvo en el criterio de tener un solo contrato con los 16.000 metros cuadrados, e ignoró las advertencias de las demás firmas interesadas.
La Secretaría de Infraestructura de Soacha explicó que fueron así de exigentes por las implicaciones de una obra pública en salud, y basados en un estudio técnico, que arrojó la necesidad de que esta obra fuera ágil y contara con una garantía de experiencia plena por parte del contratista.
Jorge Castellanos, representante legal de Cabar S.A.S., la firma con mayor participación en el consorcio al que le fue adjudicada la obra, reconoció que la licitación era realmente “muy específica”, por lo que como otras compañías hicieron múltiples observaciones, pero también se prepararon para cumplir las condiciones. “Creo que no hubo otros proponentes por la falta de experiencia”.
La empresa Cabar S.A.S tiene tres años de constituida, según su matrícula de registro. EL TIEMPO le solicitó información sobre cómo certificaron su experiencia. Se limitaron a señalar que han sido constructores del hospital de Zipaquirá y otros en Santander y Arauca.
Según la Personería de Soacha no se ha presentado una queja formal frente al proceso de licitación, pero sí le comunicó al Personero delegado en Vigilancia Administrativa que revise el caso y de ser necesario abra una indagación preliminar.
La Contraloría de Soacha, por su parte, aseguró que solo tendrá injerencia en investigar este contrato cuando se empiece a ejecutar, pero que “ a grosso modo en la revisión de los documentos cumple con todas las normas legales que exige la ley de contratación”, dijo Evelia Cubillos, la contralora municipal.
Así será el nuevo hospital
La expectativa de la Alcaldía de Soacha es que en dos años este municipio, que alberga cerca de 800.000 habitantes, cuente con su primer hospital público de tercer nivel. Hoy, la sede del Mario Gaitán Yanguas presta solo servicios de nivel 1 y 2, y tanto para la comunidad como para los trabajadores, esto ya no da abasto por la alta demanda.
Se espera que la obra comience a mediados de este año, en un lote entregado por el municipio sobre el costado sur de la autopista Sur y el costado norte de la avenida Terreros. El hospital ampliará todas sus unidades de atención y contará con 168 camas, hoy solo atiende con 40. Solo a la Unidad de Emergencias le llegan, en promedio, 130 personas al día.
Juan Carlos Nemocón, alcalde del municipio, asegura que esta obra ayudará a atender las críticas situaciones de la población desplazada.
El proyecto que tiene un costo total de cerca de 75.000 millones de pesos, será financiada en 53.000 millones por el municipio y tendrá un apoyo de 9.000 millones de la Gobernación y 10.000 millones del Ministerio de Salud.
LAURA BETANCUR
LAURA BETANCUR
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