La cita era a la 1:30 de la tarde, en un día soleado, pero frío, en la natal Tunja del ciclista colombiano Nairo Alexánder Quintana Rojas, un hombre que encima de su bicicleta en este 2014 paralizó al país con el histórico título que consiguió en el Giro de Italia, hazaña que obligó al país a vestirse de color rosado y que nunca se olvidará.
Llegó una hora tarde, con un saco verde, camisa azul, jean y zapatos negros. “Perdón, es que el día estuvo duro, el entrenamiento por estos días es bien fuerte”, dijo, mientras extendía la mano derecha para saludar. (Lea también: Ibargüen, otro salto triple gigante en la Liga de Diamante).
Y no es para menos, a pesar de sus 24 años sabe que no se puede dormir, que debe prepararse a conciencia, concentrado, siguiendo paso a paso las indicaciones de sus preparadores del equipo Movistar, pues el 2014 ya se acabó para él con excelentes resultados, tanto en lo deportivo, como en lo personal. “Hombre, es que ganar el Giro y que mi hija Mariana hubiera nacido, pues eso hace de este 2014 una temporada sensacional”, advirtió. (Lea también: Rigoberto Urán reeditó el subtítulo en el Giro en este 2014).
El primer semestre fue excelente. Ganó el Giro, se impuso en dos etapas y fue el mejor joven. Reeditó el título de la Vuelta a Burgos, ganó el Tour de San Luis, fue subcampeón de la Tirreno Adriático, quinto en la Vuelta a Cataluña, 23 en la Vuelta a Murcia, 47 en la Clásica de Almería y 57 en Roma Máxima, pero la segunda parte del año no lo dejó satisfecho.
Terminó la temporada en el quirófano, en el que fue operado del arrancamiento de la apófisis coracoides que sufrió, tras la caída en la etapa 11 de la Vuelta a España, un día después del totazo en la contrarreloj individual, cuando forrado en la camiseta roja defendía el liderato. Todo, en 61 días de competencia y 9.423 kilómetros en sus piernas.
Nairo dejó atrás el 2014, se centra en el 2015 y de reojo mira el 2016. Sus metas están claras y por eso trabaja duro. Ya fue segundo del Tour de Francia-2013 y ahora le apunta a ganar la carrera más importante del mundo. EL TIEMPO habló con él.
¿Le faltó algo que hacer en este 2014?
A mí me gustó el año. Fue satisfactorio, aunque queda el detalle de la Vuelta a España, pero de resto, hice una buena temporada y no me puedo quejar.
Le quedó esa espina clavada...
Sí, pero me da tranquilidad de que no me retiré por cualquier cosa. Logré llegar casi a la mitad de la carrera, fui líder y me sacó una caída, una fractura.
¿Ya está recuperado?
No, aún no estoy bien. Claro, ya entreno en la bicicleta y he intensificado mi trabajo en el gimnasio para ir superando todo.
¿Qué enseñanza le dejó la Vuelta a España?
Aprendí mucho, pero me quedó un mensaje claro: que aunque tenga la preparación, las capacidades para estar adelante, para pelear un título, las circunstancias ocurren y eso da al traste con cualquier cosa.
¿De qué se dio cuenta?
De muchas cosas, por ejemplo, de quienes están verdaderamente con uno en las buenas y en las malas. Mucha gente me dio la espalda cuando estuve en la mala.
¿Quién le dio la espalda?
Lo sentí. Me olvidaron, me dejaron atrás, pero eso ya pasó, lo he olvidado y es mejor dejar todo así y concentrarme en otras cosas.
¿Le molestaron las críticas?
El año pasado por esta época la gente se escandalizó. Me preguntaban que por qué iba al Giro y no al Tour y la respuesta fue el título en Italia. Le apuntamos a eso, la preparación la hicimos para esa carrera y mire cómo nos fue.
Fue quinto en Vuelta a Cataluña, cerca al Giro, ¿le preocupó ese momento?
Estaba muy tranquilo porque venía de ser segundo en Tirreno Adriático, reconocimos unas etapas del Giro, la que gané y en la que me puse de líder. Llegué con mucho viaje a Cataluña, pero allí no tenía mucha responsabilidad.
Pero lo asustó la primera semana del Giro...
Claro, y bastante. No estaba en el nivel que necesitaba para estar en esa carrera. La gripa, la caída, eso me afectó. Fue un momento muy complicado. Me asusté mucho cuando el médico me dijo que tenía otitis.
¿Qué piensa ahora de ese día memorable cuando ganó el Giro?
A veces rememoro eso y me parece increíble lo que hice. Ese día final es un momento que jamás olvidaré, pues es como la culminación de un sueño hecho realidad. Puse a vibrar a un país y que mi familia se sintiera orgullosa de mí.
Nairo Quintana, durante el Giro de Italia-2014. AFP |
¿Se sorprendió con el apoyo de la gente en el Giro?
Ahí uno se da cuenta lo que la gente lo quiere a uno. Leía los mensajes y eso me ayudaba a comprometerme mucho más con hacer bien las cosas. Es una forma de comunicarme con el público que me respalda, con los seguidores del ciclismo.
¿Tuvo errores?
No hablo de errores. Bueno, tanto así, no, pero sí me toca afinarme un poco más. Por ejemplo, que porque el Tour del 2015 solo tiene 14 kilómetros de contrarreloj individual no puedo dejar de mejorar. Hay otras carreras que serán importantes al reloj.
¿Este año puso de moda el color rosado al ganar el Giro, el 2015 quiere poner de moda el amarillo al ganar el Tour?
Vamos a ver si se puede lograr, ya vimos las circunstancias que me acompañaron este año, las buenas en el Giro, las malas en la Vuelta a España, pero sí, la idea es poner de moda el color amarillo.
¿Está listo para ese reto?
Sí, hemos visto que puedo. He sido segundo del Tour, gané el Giro y eso en dos años, eso quiere decir que puedo ir por el podio. He estado cerca de ganar otras carreras y eso me dice que tengo con qué optar por pelear el título del Tour.
¿Estudia sus rivales o eso lo tiene sin cuidado?
Analizo los contrincantes, hay que mirarlos, de todas maneras son los que le pelearán a uno. Tengo claro que en el Tour hay que ver lo que hace Alberto Contador, Chris Froome, Vincenzo Nibali, el mismo Fabio Aru y otro que salga, el que uno nunca se imagina.
¿Con cuántos kilómetros y días de carrera llegará al Tour?
No sé con cuántos kilómetros, no lo hemos mirado, pero llegaré con unos 35 días de competencia. Este año llegué al Giro con menos días.
¿Qué se puede esperar de usted?
Lo que he venido dando. Por ahora, espero seguir mejorando en todos los sentidos, deportiva, mentalmente. El cuerpo también tiene que llegar a esa maduración.
¿Cuál será su ruta antes del Tour?
Correré San Luis, Andalucía, Tirreno Adriático, País Vasco y algunas clásicas.
¿Y la Vuelta a España?
Aún no sé si iré. Ya lo hemos hablado, pero eso depende mucho de lo que pase en el Tour.
Parece que ya tiene la edad madura de un ciclista ganador, pero no es así, le falta.
Soy joven, eso lo digo todos los años, y es cierto, tengo 24 años y ya he conseguido muchas cosas que ni me había soñado. La verdad, llegaré con 25 años al Tour y ya es una edad buena y me siento capacitado para pelearlo.
¿Cómo percibe el respeto del lote?
Es evidente el respeto que nos tienen a los colombianos. En las carreras le dejan a uno el sitio que le corresponde, tenemos el saludo del pelotón, los europeos nos ayudan y eso no pasaba antes.
¿Ya se arma el equipo en torno a usted?
Es la idea. Me gustaría tener a mi hermano Dáyer a mi lado, pero aún no está capacitado, debe madurar más. De pronto estará en la Vuelta conmigo, si voy. Igual que Wínner Anacona, son dos grandes apoyos.
La ruta olímpica del 2016 en Río tiene montaña, ¿la tiene en la mira?
No he visto detalladamente el recorrido. Sé que tiene montaña y me gustaría ir por una medalla. Es un compromiso a futuro. Estamos trabajando lentamente y nos iremos preparando para el 2016.
LISANDRO RENGIFO
Redactor EL TIEMPO