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El sombrero aguadeño quiere ser internacional

Un proyecto de Artesanías de Colombia busca aprovechar la denominación de origen del producto.

REDACCIÓN MANIZALES
Esta historia empieza con el sombrero que en 1860 desbarató don Crisóstomo Flórez para ver cómo lo habían hecho. Ese es el producto elaborado con palma toquilla o de iraca, que él trajo de Ecuador a Aguadas (Caldas), y desde entonces se quedó en el municipio para crear una tradición propia.
La costumbre siguió con el cultivo de la planta en las veredas del municipio, a donde llegan los cultivadores cada fin de semana para vender su cosecha.
Esa es la materia prima de las artesanas, quienes llevan cientos de años tejiendo el sombrero y otros productos como bolsos, individuales de mesa, flores y accesorios.
“Yo le puedo contar desde que empezó todo esto. Yo hago el sombrero desde que tenía 10 años, y ya tengo 62”, cuenta Alicia Flórez, y asegura que aprendió viendo a su mamá.
Antes, Flórez se gastaba hasta un mes haciendo “los más finos”, que se reconocen por la apariencia compacta de la paja, y que se logra tras un proceso de varias semanas, dedicando los días enteros a enrollar y prensar la fibra, entrelazándola por finas tiras del mismo material. Cada sombrero lo vendía a 100 ó 150 mil pesos.
Ahora ella prefiere hacer varios “no tan buenos”, que le toman un par de días y vende a 20 mil pesos, cada uno. Pero luego de llegar a las manos del comerciante, quien lo forra y le da los acabados, ese sombrero saldrá al mercado por unos 150 mil pesos.
Flórez será una de las 750 artesanas que se beneficiará con el proyecto Colipri, que adelanta Artesanías de Colombia en conjunto con la Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico, y que busca consolidar la imagen, el trabajo de marketing y visibilización nacional e internacional del Sombrero Aguadeño, unas de las 11 denominaciones de origen del país.
La iniciativa también incluye a toda la cadena que hay alrededor del producto, desde los cultivadores hasta los comerciantes.
“El interés viene paralelo con los tratados de libre comercio, uno de ellos, con Suiza, y además porque Colombia se ha vuelto un país de interés para la cooperación económica”, aseguró Claire Philippoteaux, de la fundación suiza, y coordinadora de Colipri.
En dicho proceso también es necesario conformar el Consejo Regulador del Sombrero Aguadeño, con lineamientos para que más allá de explotarse, este tenga herramientas legales y se proteja.
David Pachón es voluntario del operador Gestando, para Artesanías de Colombia, y trabaja desde Aguadas en este proyecto. Su objetivo es ayudar a la comunidad para que conforme el consejo regulador, requisito de la Superintendencia de Industria y Comercio.
“En general, las artesanas entienden cuando se les habla de denominación de origen, son mujeres que viven en veredas, están acostumbradas al hogar, a estar con los hijos y a tejer su sombrero. Por eso en los talleres, en la introducción que hacemos al tema, tratamos de ser muy cuidadosos con el lenguaje y hacer llegar el mensaje de lo que necesitan para sacar adelante la marca del Sombrero”, dijo.
Por su parte, Luis Hernando Arias, asesor de procesos educativos, turísticos y culturales de la Alcaldía de Aguadas, dijo que el proyecto es urgente, pues "hay que procurar un comercio más justo para las artesanas", dijo.
La idea es que a través del Consejo ellas sean las únicas autorizadas para hacer el sombrero, y que además se protejan a los comerciantes de que en otras partes utilicen la marca, como ya han detectado en Nariño y el Valle.
Por su parte, el coordinador del Proyecto de Propiedad Intelectual de Artesanías de Colombia, Alexander Parra, añadió que “después de  Café de Colombia, esta sería la primera denominación de origen del país con un consejo regulador".
En noviembre habrá una capacitación en Bogotá con delegados de la Fundación, Artesanías y la Gobernación de Caldas para revisar el proyecto y hacer un plan de acción  futuro, lo cual incluye procesos de comercialización a nivel nacional e internacional.
“Yo estoy muy contenta con esto, ese proyecto sería un orgullo para los aguadeños, tener un sombrero de buena calidad, porque hay sombreritos que ni paga hacerlos”, aseguró Flórez acerca de Colipri.
Más proyectos en el Eje Cafetero
Además del plan para aprovechar la denominación de origen del Sombrero Aguadeño, en Caldas, Artesanías de Colombia tiene otro reto para gestionar el registro de carácter colectivo de la lana, en el municipio de Marulanda.
Por su parte, en el Quindío, está en trámite el trabajo con la guadua; y en Risaralda, con las artesanías Nabera Jua, de Pereira, y la seda, del municipio de Guática.
En Colombia suman 11 las comunidades en este trámite, y ya hay 32 marcas colectivas concebidas.
REDACCIÓN MANIZALES
REDACCIÓN MANIZALES
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