Colombia es un país cuyos ríos atraviesan las cinco regiones en las que está dividido. Es también una nación en donde el río es un medio de transporte y en las últimas décadas, un escenario que no ha salido ‘ileso’ del conflicto armado.
Esa es la temática principal de la exposición ‘Waterweavers: The River in Contemporary Colombian Visual and Material Culture’, que se ve en el Bard Graduate Center, en Nueva York (EE. UU) y que incluye instalaciones, videos, cerámicas, textiles y muebles, entre otras piezas.
La selección de las obras y de las piezas estuvo a cargo de José Ignacio Roca, curador adjunto Estrellita B. Brodsky para Latinoamérica, de la Tate Modern (Londres), y contó con la asistencia de Alejandro Martín, quien editó una publicación a propósito de esta muestra.
Cuenta Roca que todo comenzó cuando Nina Stritzler, directora de la galería de dicho centro, vio una exposición del arquitecto y diseñador de textiles Jorge Lizarazo, en donde había un texto suyo. “Se presentó la oportunidad y me contactaron. La idea original de ella era hacer una exposición de diseño latinoamericano, pero le propuse más bien concentrarnos en Colombia”.
Y fue así como se creció la muestra, que incluye trabajos de Mónika Bravo, Alberto Baraya, Clemencia Echeverri, Susana Mejía, Álvaro Catalán, Jorge Lizarazo, Olga de Amaral, David Consuegra y Ceci Arango, entre otros.
La exposición tiene una particularidad y es la forma como están dispuestas las piezas en el espacio. Al respecto, Roca señala que el propósito fue ‘tejer’ aquellas obras ya conocidas, como Treno o Weaving Time, con las piezas que tuvieran relación con los siete ríos a los cuales se hace referencia en esta exposición: Amazonas, Bogotá, Cahuinarí, Cauca, Magdalena, Putumayo y Ranchería.
Por ejemplo, Weaving Time, de la artista Mónika Bravo, una serie de videoinstalaciones en la que se reproducen los patrones tradicionales de los arhuacos y que están acompañadas de unos butacos realizados en materiales como fique y esparto y que fueron hechos por Ceci Arango, en conjunto con mujeres pertenecientes a la comunidad Guacamayas.
En el caso de Treno, de Clemencia Echeverri, los espectadores pueden sentarse en unas sillas hechas en bambú, para ver cómo el río, en este caso recibe a algunas de las víctimas que deja el conflicto armado.
Es así como, en vez de ofrecer información de contexto, como los textos informativos que suelen acompañar a las exposiciones, Roca y Martín quisieron que el espectador interpretara libremente lo que está observando.
“Decidimos dejar que fueran las obras las que contaran el contexto, a veces en forma tangencial y en otras de manera más poética”, concluye Roca.
¿Dónde y cuándo?
La exposición estará abierta al público hasta el 10 de agosto, en el Bard Graduate Center, en Nueva York.
REDACCIÓN CULTURA Y ENTRETENIMIENTO