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'Gabo marchaba al ritmo de su propio tambor': Bill Clinton

En diálogo con EL TIEMPO, el expresidente de los EE. UU. recordó su amistad con el nobel colombiano.

SERGIO GÓMEZ MASERI
Por aquellas cosas del destino, y quizá algo de realismo mágico, al presidente Clinton lo sorprendió la noticia de la muerte de Gabriel García Márquez al lado de otro colombiano.
Clinton estaba en Nueva York en la mitad de una reunión con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, cuando a éste le llegó un mensaje de texto en el que le anunciaban el deceso del nobel. Toda una coincidencia, pues fue Moreno, precisamente, el hombre que durante años les sirvió como puente en su relación.
“Era una persona a la que yo realmente apreciaba”, atinó a decir un Clinton visiblemente conmovido.
El expresidente estadounidense y Gabo se conocieron en 1994, cuando el primero ya ocupaba la Casa Blanca y había hecho pública su fascinación por el escritor colombiano.
Desde entonces fueron muchos los encuentros y varias las cartas que se cruzaron a lo largo de casi dos décadas de amistad.
En entrevista con EL TIEMPO, Clinton recuerda a su gran amigo, al que cataloga como uno de los mejores escritores que ha producido la humanidad.
Así mismo confiesa que para honrar su memoria ha comenzado a leer nuevamente 'Cien años de la soledad'.
Usted siempre ha dicho que García Márquez es uno de sus autores favoritos. ¿Cuándo entró por primera vez en contacto con su obra y cuál fue su impresión en ese momento?
Leí 'Cien años de soledad' en 1972, cuando era estudiante de Derecho en la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut. Estaba tan cautivado por ese libro que lo llevaba a una clase sobre impuestos que poco me interesaba. En lugar de escuchar la cátedra me dediqué a leer la novela. Marivin Chirlestein, mi profesor en esa clase, un día me preguntó qué era lo que estaba leyendo, pues era obvio que yo no le estaba prestando atención. Le mostré el libro y le dije que era la mejor novela escrita en cualquier lengua desde la muerte de William Faulkner. Siendo un joven criado en el sur de los Estados Unidos, fue el mayor elogio que pude haber expresado. Lo creía en ese momento y lo sigo creyendo hoy día.
¿Cómo comenzó su amistad con Gabo y en cuántas oportunidades se vieron?
Conocí a Gabo en 1994 durante unas vacaciones en Martha’s Vineyard, en Massachusetts. Hillary, Chelsea y yo habíamos sido invitados a una comida en casa del novelista estadounidense William Styron y Gabo era el huésped de honor junto al gran escritor mexicano Carlos Fuentes. Nunca olvidaré lo amable que fue Gabo con mi hija, que en ese entonces tenía 14 años y ya se había leído tres de sus libros. Él le preguntó a Chelsea, con algo de escepticismo, si los había entendido y tuvieron una larga conversación sobre sus libros y la literatura. Más adelante Gabo le envió a ella una compilación con todos sus libros. Cuando finalmente logramos conversar lo hicimos sobre política y nos enfrascamos en una discusión sobre el embargo a Cuba. Disfruté cada minuto de esa conversación. Un tiempo después su ahijada, Patricia Cepeda, le entregó los libros a Chelsea y una copia autografiada de la primera edición en inglés de 'Cien años de soledad' para mí. Desde entonces nos mantuvimos en contacto a lo largo de los años y desde que abandoné la Casa Blanca traté de verlo cada vez que coincidíamos en Colombia.
¿Cómo fue su relación política con Gabo? Él era también amigo cercano de Fidel Castro y siempre se ha dicho que trató de acercar a Cuba y a EE. UU. cuando usted era presidente.
A Gabo le encantaba bromear diciendo que era la única persona que era amiga de ambos. Gabo siempre expresó, de manera contundente, su opinión sobre la necesidad de levantar el embargo. Le expliqué que yo no podía levantar el embargo pero que respaldaba el Acto para la Democracia de Cuba, que le daba la autoridad al presidente de Estados Unidos para mejorar las relaciones con Cuba a cambio de movimientos hacia la democracia y la libertad en la isla. En esa época había un éxodo masivo de cubanos hacia Estados Unidos similar al incidente del Mariel en 1980. Yo le pedí a Gabo que le dijera a Castro que si seguía el influjo descontrolado de cubanos hacia costas estadounidenses mi respuesta sería muy diferente a la del presidente Jimmy Carter en 1980. No mucho después, EE. UU. y Cuba llegaron a un acuerdo en el que Castro se comprometió a frenar el éxodo y nosotros prometimos acoger a 20.000 cubanos cada año a través del proceso regular, un proceso que ambas partes honramos hasta el fin de mi presidencia.
Yo pensé que podría terminar con el embargo durante mi segunda presidencia. Había mucho interés en hacerlo, incluso entre la comunidad cubanoamericana de Miami, hasta que derribaron los aviones de Hermanos al Rescate en abierta violación de las leyes internacionales. En ese momento el Congreso aprobó una ley que incrementó las sanciones y eliminó el poder que hasta entonces tenía el presidente para levantar el embargo sin la autorización del Congreso.
Las cosas parecen estar moviéndose nuevamente hacia la reconciliación y creo que se podría avanzar aún más si Raúl Castro libera al estadounidense Alan Gross, encarcelado de manera equivocada.
¿Cuándo fue la última vez que vio al nobel colombiano?
Vi a Gabo y a Mercedes en su casa de Cartagena en mayo del año pasado, cuando estuve en Colombia con mi amigo y socio canadiense Frank Giustra, para ver el trabajo que hacemos en respaldo de pequeños agricultores, pescadores, empresarios y estudiantes en Bogotá y Cartagena. Lo visitamos un rato en su casa. Pude ver que los años ya le pesaban, pero estaba de buen ánimo y fue una gran visita.
¿Qué cree que significa Gabriel García Márquez para el mundo de la literatura?
Gabo escribió libros sabios y maravillosos. Introdujo a millones de personas al realismo mágico, empleando la magia de su imaginación para iluminar la realidad que compartimos: alegría y dolor, amor y pérdida, nobleza y bajos impulsos. Su trabajo incrementó el interés por la literatura latinoamericana alrededor del mundo, lo que ayudó a otros autores latinoamericanos a encontrar nuevas audiencias. Su importancia fue enorme en la creación de una cultura literaria global.
Para la audiencia de habla española Gabo fue un fenómeno. ¿Es visto igual por el público angloparlante?
Sí. Gabo era en esencia un contador de historias, uno de los mejores de todos los tiempos. Nos podía hacer llorar, reír a carcajadas, maldecir con rabia, y perder el aliento ante lo maravilloso. Impactó en personas de todo el planeta.
¿Cuáles son sus libros preferidos de García Márquez? ¿Se los ha leído todos?
'Cien años de soledad', 'El otoño del patriarca', 'El general en su laberinto', 'Del amor y otros demonios', 'Noticia de un secuestro' y 'Vivir para contarla'. Todavía me hacen falta unos tres, pero pronto llegaré a ellos. Para honrar su fallecimiento he comenzado a leer nuevamente 'Cien años de soledad'.
¿Por qué Gabo fue tan importante para usted?
Porque sus libros y amistad han constituido preciosos regalos en mi vida. Porque compartíamos el amor por la democracia y la libertad, el odio por el poder brutal y arbitrario y la preocupación por la vida y el bienestar de la gente del común. Porque Gabo marchaba al ritmo de su propio tambor y dedicó su vida a crear memorias que nos estremecerán para siempre.
García Márquez en la Feria
Lanzarán premio
El martes en la Feria del Libro, el Ministerio de Cultura lanzará a las 12:30 p. m. el Premio Hispanoamericano de Cuento ‘Gabriel García Márquez’. Las bases las dará a conocer el presidente Juan Manuel Santos, en compañía del nobel Mario Vargas Llosa.
Lectura de libros
El 9 de mayo se realizará una lectura de ‘Cien años de soledad’ con autores, periodistas y asistentes a la Feria. La actividad arrancará a las 6 p. m. y estará dedicada por completo a Gabo. Desde esa hora, el ingreso a la Feria será gratuito.
Mural de mensajes
La Cámara Colombiana del Libro, organizadora de la Feria, tendrá un espacio en la Plaza de Banderas de Corferias para que los visitantes dejen sus mensajes acerca de Gabo. El mural estará acompañado de una gran foto del autor de ‘Cien años de soledad’.
La hora del cuento
La organización de la Feria de Libro informó que ‘Las horas del cuento’, que se desarrollan con los estudiantes de colegios públicos y privados, estarán dedicadas a García Márquez en los pabellones Juvenil e Infantil.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON
SERGIO GÓMEZ MASERI
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