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Facha-DAS de Inteligen-CIA

Alpher Rojas C.
Ahora se ha venido a saber que la operación Andrómeda, la estratagema de inteligencia militar apoyada con recursos norteamericanos por la Office of Regional Affairs (nombre subrepticio de la CIA), tuvo origen en Medellín dentro de la estructura organizacional del ‘Partido Pirata de Colombia’.
El PPC es una organización casi clandestina, cuya plataforma política (un tanto acicalada con afeites pseudodemocráticos) guarda estrecha similitud con los “principios” del llamado Uribe Centro Democrático (UCD), nicho banderizo de extrema derecha que inscribió como cabeza de lista al Senado de la República al expresidente Álvaro Uribe Vélez. Y esto no deja de producir intranquilidad, por cuanto bajo su gobierno fue evidente la vigilancia ilícita y metódica a dirigentes de la oposición, periodistas, defensores de derechos humanos y sindicalistas. Ni siquiera la Corte Suprema de Justicia escapó al fisgoneo de la Casa de Nariño. Es mucho más grave cuando nos enteramos de que Uribe Vélez ha sido el beneficiario de información reservada relacionada con la seguridad nacional.
La construcción de la “fachada” con su inocente oferta de “corrientazos” fue un audaz cabezazo para montar la “zona gris” que les permitiría a los actores civiles y militares de Andrómeda quebrantar la ley sin pisar umbrales de ilegalidad. En esta maniobra, la identidad jurídica de los delitos quedaría sometida a interminables juegos hermenéuticos, al tiempo que los espacios de responsabilidad de quienes los vulneran quedarían proscritos.
Según la acreditada revista ‘Confidencial Colombia’, la fuente consultada para su informe asegura que Juan Carlos Mejía, al que la investigación actual ha presentado como un supuesto sargento del ejército capturado (por la Fiscalía) en el allanamiento realizado a Buggly en el sector de Galerías el pasado 25 de enero, “era uno de los dueños del negocio que funcionaba como fachada del centro de espionaje”. “Mejía–según la misma fuente de CC– decía ser de Santander pero tenía acento antioqueño, algo que me empezó a inquietar y que después se vino a sumar a sospechas sobre su negocio, ya que él tenía la tarea de adelantar la iniciativa del ‘Partido Pirata’ y, además, era socio de ese restaurante-centro de tecnología que no producía ganancias pero que nunca dejó de funcionar”.
De hecho, cuando el presidente Santos pidió establecer si había ruedas sueltas dentro del Ejército y clamó por que le dijeran “a quién le están pasando la información”, de inmediato los alzafuelles del uribismo, en una especie de fuga hacia adelante, saltaron a condenar la operación como “una atrocidad” y a exigirle responsabilidades al Jefe del Estado, como ocurrió con el exviceministro de Defensa y “asesor” del UCD Alejandro Arbeláez Arango (“Triple A”), quien decidió deslenguarse airadamente –con su cara de bulldog– contra el presidente Santos tratándolo de “tramposo” y, en la práctica, de cómplice omisivo. “¿Cómo no va a enterarse de semejante atropello el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas (sic)?”, preguntó en ‘Semana en vivo’, programa de TV dirigido por María Jimena Duzán, frente a la exsenadora Piedad Córdoba.
Un analista amigo, minucioso investigador de la información disponible sobre Andrómeda, advierte en esta compleja y costosísima estrategia, en la pertinencia de sus actores, en su pericia técnica y en la oportunidad en que se presenta que no se trata tan solo de simples “escuchas” a la delegación del proceso de paz en La Habana con pretensiones de sabotear los diálogos o de inocentes ‘hackers’ contratados para contaminar comunicaciones o capturar secretos de alcoba. Aquí está en marcha un siniestro proyecto contra la democracia, encaminado a garantizarle a la derecha la consolidación de nuevos espacios de poder político, como ya ocurrió en las elecciones presidenciales del 2002, con el fraude confesado a la Fiscalía por el exdirector de informática del DAS Rafael García.
No puede olvidarse que el sistema electoral colombiano es altamente vulnerable y la Registraduría Nacional del Estado Civil está situada a escasas 20 cuadras de la fachada Andrómeda.
LIBRO RECOMENDADO. ‘El rompecabezas de la paz’, del notable historiador y profesor emérito de la Universidad Nacional de Colombia Medófilo Medina, recoge textos que sirvieron de guía a participaciones del autor en eventos académicos. Comparten la característica de ser breves narrativas o conversaciones en torno a la salida política del conflicto interno armado colombiano. El lector tendrá la oportunidad de discutir conceptos tales como mentes cerradas, sentidos comunes, contrarrevolución cultural, pragmatismo amoral y muchedumbres políticas. Publicado por La Carreta Editores, 185 páginas.
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Alpher Rojas C.
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