Si usted es de los que creen que puede beber alcohol y luego conducir, prepárese para arriesgar su vida, la de otros, ir a la cárcel o, en el mejor de los escenarios, vender el carro para pagar las multas millonarias que las autoridades empezaron a aplicar este fin de semana, contempladas en la nueva ley contra choferes ebrios.
Ahora se castiga duramente hasta el grado cero de alcohol. Si le hacen la prueba de alcoholemia y marca entre 20 y 39 miligramos de etanol por cada 100 mililitros de sangre –lo que equivale a una cerveza en el caso de los hombres y a media para las mujeres–, le suspenderán la licencia durante un año. Además, deberá pagar una multa de 1’768.500 pesos y cumplir 20 horas de trabajo comunitario. Todo esto, sin sumar el costo de la grúa y los patios.
En el caso más extremo, si lo sorprenden manejando con grado tres de alcoholemia (150 miligramos o más de etanol), prepárese para no conducir durante diez años y para pagar una multa de 14’148.000 pesos. A eso adiciónele 50 horas de trabajo comunitario. Y si en ese estado provoca un accidente con muertos o lesionados, se expone a penas de cárcel de entre 2,5 y 18 años.
Ante esta política de “tolerancia cero” con los que manejan ebrios –como la denominó el jueves el presidente Juan Manuel Santos, al sancionar la nueva ley–, los conductores son cada vez más precavidos. Según REDassist, la empresa más grande entre las que ofrecen conductores elegidos en el país –y a la que recurren la mayoría de las aseguradoras–, cada mes se prestan 37.000 servicios, en promedio, situación que evidencia una mayor conciencia de los peligros que representa manejar borracho. En diciembre, las solicitudes se incrementan un 50 por ciento.
Las horas pico, con mayor petición de servicios, son entre la 1 y las 3 a. m. Pero el 25 de diciembre y el primero de enero, la mayor demanda se registra entre las 5 y las 6 de la mañana.
Las ciudad donde este servicio es más solicitado es Bogotá, que concentra el 50 por ciento del mercado nacional; le sigue de cerca Medellín, con el 40 por ciento. El 10 por ciento restante se reparte en otras capitales.
La Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) afirma que de los casi 7 millones de vehículos que están en el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), más de 2 millones cuentan con un seguro voluntario, que incluye el servicio gratuito de conductor elegido. Por eso, “quienes insisten en tomar y manejar son vistos como dinosaurios, como especímenes en vías de extinción en una sociedad que progresa”, asegura la directora del Fondo de Prevención Vial, Alexandra Rojas, entidad que a principios de este mes lanzó, junto con Bavaria, una campaña que invita a rumbear con ‘inteligencia vial’ y que incluye conductores elegidos gratuitos, apoyo a los controles de alcoholemia y la imagen de la campaña en botellas y latas de cerveza.
Según Rojas, nuevas investigaciones del Fondo demuestran que hoy existe una prevalencia de menos del 1 por ciento de conductores que presentan algún grado de alcoholemia (el porcentaje es levemente superior entre los motociclistas). Esta prevalencia se reduce aún más en las zonas y momentos en que las personas perciben mayores controles. “Esta cifras nos muestran la necesidad de seguir perseverando en la construcción de una cultura inteligente de conducción y consumo responsable de alcohol”, señala.
Las muertes por ebrios aumentaron
El Instituto de Medicina Legal registró el año pasado 1.596 muertes en accidentes de tránsito en todo el país por aparente embriaguez de los involucrados, es decir 275 casos menos que en el 2011. Pero este año la cifra se disparó. Al 30 de noviembre, según la Policía Nacional, 1.880 personas fallecieron en accidentes de tránsito en los que la causa aparente fue la mezcla de licor y gasolina, es decir, 284 casos más que en el 2012. Bogotá y Nariño tienen este año la mayor cantidad de muertes en accidentes de tránsito por licor, con 42 casos cada uno.
Ya hay 166 sancionados
Horas después de la entrada en vigor de las nuevas sanciones, los efectos comenzaron a sentirse. El director de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional, general Carlos Ramiro Mena, informó ayer que 166 personas fueron sorprendidas en todo el país manejando con tragos durante la noche del viernes y la madrugada del sábado, 36 de ellas en Bogotá. La cifra supone una disminución del 45 por ciento respecto a las mismas fechas del año pasado. Durante esos dos días se realizaron 6.218 exámenes de alcoholemia. Mena calificó el balance de “positivo, pero preocupante”.
‘Tips’ de inteligencia vial para aplicar en tiempos de rumba
1. Llame un ‘ángel’
En Bogotá y otras grandes ciudades, aseguradoras, bares y empresas prestan el servicio de conductor elegido, un chofer que el usuario solicita con al menos tres horas de antelación y que se hace cargo del automóvil y lleva a su propietario hasta la casa. La mayoría de las aseguradoras lo incluyen en sus pólizas, por lo que no hay que pagar más por el servicio. Cuando no es gratuito, el costo ronda los 60.000 pesos.
2. Déjelo parqueado
Muchos parqueaderos –en ocasiones mediante convenios con los bares– han habilitado opciones para quienes han consumido alcohol y prefieren dejar quieto su vehículo toda la noche; por ejemplo, tarifas planas que rondan los 25.000 pesos. Y si la opción de recoger el carro al día siguiente le resulta incómoda, también le ofrecen un conductor que se lo lleva hasta su lugar de residencia.
3. Coja un taxi
Además de las ya populares apps como Tappsi, bares y restaurantes pueden ayudarle a conseguir un taxi seguro. La Red Amarilla, por ejemplo, es un sistema que permite pedir taxi a través de un datáfono en más de 200 locales de la capital del país. La máquina emite un recibo con una clave y la placa del vehículo, que es monitoreado por GPS.
4. Use el celular
Existen varias aplicaciones para smartphones que le ayudan a llegar sano y salvo a casa en caso de que haya bebido. Una de las más populares es Ángel Guardián, de la importadora de licores Diageo, que ofrece tres servicios: llamar a un conductor elegido, buscar un parqueadero para dejar el vehículo toda la noche o llamar un taxi seguro.
REDACCIÓN DOMINGO