Ante la mirada atónita de los miles de fieles que acudieron a la plaza de San Pedro a presenciar la ceremonia, el papa Francisco recetó una “medicina espiritual”, la “Misericordina”.
“Os quiero aconsejar a todos una medicina. Algunos pensarán ‘¿ahora el papa es farmacéutico?’ ”, dijo el pontífice, para después precisar, mediante un juego de palabras, que se trataba de una “medicina espiritual llamada ‘Misericordina’ ”.
Así, el pontífice explicó, ante la sorpresa de los asistentes, que para concretar los frutos del Año de la Fe, que está llegando a su fin, un grupo de voluntarios iba a repartir entre los presentes una pequeña caja con este ‘fármaco’, cuyos beneficios son “proporcionar ayuda espiritual para el alma y para difundir el amor, el perdón y la fraternidad”.
La distribución se hizo mientras los fieles, que se mostraron muy agradecidos ante el peculiar gesto del pontífice, abandonaban la plaza. El estuche reproduce a la perfección el de los fármacos tradicionales y en él se puede ver la ilustración de un miocardio con los vasos sanguíneos, una breve explicación de la posología y la indicación de que contiene 59 gránulos para el corazón.
Sobre su uso, precisa que puede aplicarse “cuando se desea la conversión de los pecadores, se siente necesidad de ayuda, falta la fuerza para combatir las tentaciones, no se consigue perdonar a alguien, se desea la misericordia para un moribundo y se quiere adorar a Dios por todos los dones recibidos”.
“No tiene efectos secundarios ni contraindicaciones”, recalcó su santidad.
Según informó Radio Vaticana, se han elaborado varios miles de ejemplares de “Misericordina”, que contienen las instrucciones en diferentes idiomas, entre ellas italiano, español, inglés y polaco. La iniciativa ha sido promovida por el limosnero pontificio, el polaco Konrad Krajevski, quien fue nombrado para este cargo por el papa Francisco el pasado 3 de agosto.
En su mensaje, el pontífice pidió además rezar por los cristianos que sufren persecuciones a causa de su fe y expresó su “admiración por su coraje y su testimonio”, en una parte improvisada de su discurso.
Roma
(Efe).