Fueron cambuches y no viviendas, como se dijo en un principio, las pérdidas materiales que dejó una creciente súbita que el fin de semana afectó 15 veredas del municipio de Montecristo (Bolívar).
El propio gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín, entregó este miércoles detalles de la emergencia que dejó 895 familias, de mineros ilegales, damnificadas.
“Los fuertes aguaceros que se presentaron durante el fin de semana, sumado a la deforestación que ha taponado con pedazos de troncos las quebradas, produjeron lo que es conocido como creciente súbita, que no es otra cosa que una creciente que llega arrasa pero que no deja inundaciones”, informó.
Según el funcionario, el lugar de la emergencia está ubicado a 5 horas por carretera del casco urbano de Montecristo.
La Gobernación de Bolívar y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo invirtieron 500 millones de pesos para la atención de la tragedia, representados en medicamentos, atención médica y utensilios de primera necesidad. Por aire y vía fluvial, las autoridades llegaron hasta la zona de la emergencia.
“Inicialmente se había entregado un censo de 4 mil familias, pero gracias a que pudimos llegar hasta la zona fuimos testigos de que había muchos avivatos, gente inescrupulosa que no era damnificada”, agregó Gossaín.
El Gobernador denunció, de forma enérgica, como el alcalde de Montecristo, en medio de la emergencia, decreto fiesta cívica y mientras autoridades de emergencia trabajaban, el pueblo estaba de fiesta. “No era el momento de parranda. Y no hubo solidaridad de Montecristo con sus propios paisanos”, precisó Gossaín.