Solo con sus más cercanos, Jutha habla de lo que le sucedió cuando era un niño y perdió el oído derecho. En público no lo hace. Es más, en el medio artístico muchos desconocían este hecho hasta que se filtró y lo contaron en TV. Sin embargo, por primera vez el cantante habla del tema que aún le revuelve los sentimientos.
Conteniendo el llanto, el artista se devuelve en el tiempo y recuerda que "estaba haciendo tareas cuando sentí que el oído se me absorbió y percibía un sonido como el del mar. No le puse cuidado, pero a la semana empezaron a darme unos mareos y me hice miles de exámenes. Llegué a un especialista que me preguntó por el oído y le conté lo sucedido. Me dijo que era una pérdida súbita de la audición, pero no le creí y consulté a otro doctor. Ha sido muy traumático porque eso es algo para siempre y soy un apasionado por la música".
Tanto en la producción como en tarima este sentido es fundamental, y lo que en un principio pareció una limitación, terminó dándole una lección de vida que lo hizo "valorar mi otro oído y desarrollarlo. Agradezco a Dios porque puedo seguir haciendo mi arte. Eso me frustraba y afectaba mi parte emocional, pero puse en una balanza mis facultades y seguí adelante".
Hoy en día es uno de los los reguetoneros colombianos más reconocidos, y con su álbum como solista, titulado Ahora o nunca, pretende marcar la diferencia, buscar su identidad y su sonido. "Recapacité por la gran pasión que siento por la música, que es como mi alma, es la forma en que puedo volar y soportar este tipo de situaciones, que son difíciles y comparto con todos los que como yo tienen limitaciones".
Ejemplo para muchos, está en pie como intérprete y da conciertos enfrentando el riesgo de que ocurran situaciones difíciles en medio del show. Como si fuera poco, hace mezclas y está detrás de los sonidos perfectos de varios discos. "Siempre pido monitoreo de piso y lo tengo muy presente, pues el no tener la audición afecta la afinación. Ensayo mucho para luchar contra esa situación y hago esfuerzos sobrehumanos; he aprendido a batallar con esto.
"Muchas veces cuando uno graba, hay que manejar los estéreos de los dos parlantes, entonces lo que hago es voltear la cabeza para poder escuchar y hacer las mezclas. Lo que más genera impotencia es que no se ha encontrado una explicación a este hecho, ni la cura; por eso se dice que es una enfermedad súbita. El oído es mi instrumento, mi arma, mi medio para transmitir lo que quiero, mi arte, es todo".
CRISTINA ESTUPIÑÁN CH.