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Orlando Duque, un histórico oro en natación

El colombiano logró el primer título en un Mundial de Natación en salto de altura.

Este perfil hace parte de una serie de historias sobre los deportistas que se destacaron este año en diferentes disciplinas. Al final, EL TIEMPO definirá cuál será el deportista del año.
Orlando Duque rompió la historia de la natación colombiana. Se convirtió en el primer practicante de esta disciplina en ganar una medalla en un Mundial, pero no fue cualquier presea: ¡Fue la de oro! Con 590,20 puntos, este vallecaucano superó al británico Gary Hunt, quien se quedó con la de plata con 589,30 unidades, y al mexicano Jonathan paredes, bronce con 578,35 puntos, en la primera ocasión en que la prueba de salto de altura hacía parte del Mundial. Barcelona vio ganador a Duque, lo aplaudió, se emocionó con sus saltos y el país celebró el oro que logró lanzándose de la plataforma de 27 metros.
La curiosidad, ese deseo de saber o averiguar, fue lo que llevó a Orlando Duque a compenetrarse con el agua, y con esa medalla de oro.
Primero probó con el judo, luego como receptor, lo intentó en el béisbol y terminó donde la mayoría de los niños quieren estar: detrás de una pelota de fútbol. Pero había algo más en él. Con siete años, pensaba emular a Pelé, a Maradona, eso sí, vistiendo orgullosamente la camiseta de su amado Deportivo Cali. Aunque su sueño desaparecía en un abrir y cerrar de ojos cuando su mirada se centraba en esos señores de pantaloneta que a diario se zambullían desde unas plataformas en una piscina, cercana al barrio Guayaquil (donde creció), de su calurosa Cali.
Seducido por el azul del agua, Orlando sabía que eso de vivir dentro de ella y de tirarse de donde muchos (cientos, miles) no son capaces, era lo suyo. Después de pasar horas, días y semanas observándolos, eso sí, luego del infaltable fútbol, una invitación de los entrenadores fue la puerta de entrada. Algunas pruebas de flexibilidad y de fuerza para determinar sus condiciones fueron suficientes. Ese primer contacto con el agua le encantó, así haya sido desde las orillas de la pileta aprendiendo las técnicas.
Fueron muchos entrenamientos bajo el sol, hasta que entró a ser parte, primero, de la Selección del Valle del Cauca (con la que fue campeón nacional de 1 y 3 metros, así como de plataforma), y en ese mismo trampolín saltó hasta el equipo colombiano, con el que logró la medalla de bronce, inicialmente en un torneo suramericano y luego en un centroamericano.
Su paso por el ejército fue productivo, pero fugaz. Obvio, hizo el proceso de formación, en el que no faltó el mítico polígono (disparo a un blanco). Después de estar en el Batallón de Apoyo y Servicio, donde duró dos meses, se internó en la Escuela Marco Fidel Suárez, también en Cali, con el equipo de natación de las Fuerzas Armadas; dos oros y una plata en clavados en los Juegos Nacionales de 1996, en Santander, fueron su aporte en 12 meses de milicia.
Adaptado de nuevo a la sociedad civil, intentó terminar sus estudios de ingeniería electrónica en la U. del Valle, pero los reiterados brotes de violencia que vivía el claustro hicieron claudicar su ánimo estudiantil.
Una repentina llamada de un amigo australiano lo llevó a Viena (Austria). Orlando dejó rápidamente los libros por las exhibiciones en un parque safari. Allí hacía el acto central: se clavaba desde una grúa de 25 metros en una piscina de 3 de fondo y 7 de diámetro. Con eso, y tomando fotografías en un bar, calmaba el hambre en Europa durante el proceso estacional. Por tres años hizo lo mismo.
En 1998, motivado por otro amigo, asistió a su primer Mundial de Clavados, en Suiza. Para sorpresa de muchos, el colombiano terminó de segundo. El año siguiente, corriendo con los riesgos de la actividad, que son muchos, decidió dedicarse de lleno a este deporte, que en la actualidad hace parte del programa oficial de la natación.
“Cuando estoy ahí arriba pienso en lo complicado y peligroso del salto. Tengo miedo. Y en el primer momento que dejo de pensar en eso, ¡zas!, salto”, dijo en una entrevista al diario español El País, en los días previos a lograr el oro.
Y han pasado más de 15 años de actividad, con algunas interrupciones por una fractura de coxis, un par de costillas maltrechas y la ruptura del tobillo izquierdo después de un salto, pero en paracaídas. Sin embargo, nada ha detenido al colombiano de 38 años, quien ostenta los récords Guinness en puntuación perfecta (10) y en mayor número de títulos en el Mundial de Saltos de gran altura (10 en total).
Europa y, durante siete años, Hawái (donde se residenció tras su matrimonio con la local Lee Ann, de quien ya se separó) marcaron su destino. A Cali retornó hace uno, para reencontrarse con esas raíces (que un día abandonó por una curiosidad del pasado) que lo consagran como el primer campeón mundial de natación de saltos de altura del presente.
Duque se lanzará este domingo desde un globo en Praga (R. Checa), algo que le hacía falta a su historial, que incluye cuevas, puentes, acantilados y helicópteros.
REDACCIÓN DEPORTES
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