Durante los tres días que durará el foro, se discutirán y plantearán soluciones para la sustitución de cultivos ilícitos, el problema creciente del consumo en el país y la producción y comercialización de narcóticos.
Este encuentro nacional, que se realiza en Bogotá hasta el jueves, y en San José del Guaviare, entre el primero y el 3 de octubre, hace parte de una solicitud realizada por las delegaciones del Gobierno y las Farc hecha a la Oficina de las Naciones Unidas en Colombia y al Centro de Pensamiento para la Paz de la Universidad Nacional, para que organicen un foro sobre la solución para el problema de las drogas ilícitas, que corresponde al punto número cuatro del acuerdo general para la terminación del conflicto.
Como ocurrió en los dos foros anteriores, sobre temas agrarios y de participación política, el objetivo es ofrecer un espacio de diálogo entre la sociedad y organizaciones de diversa índole para que hagan propuestas sobre la solución al problema de las drogas ilícitas, las cuales puedan ser llevadas a la mesa de La Habana.
En cuanto al primer eje, sobre sustitución de cultivos ilícitos, se plantearán planes integrales de desarrollo que permitan reemplazar la dependencia económica a estos cultivos en algunas zonas del país y su ejecución, así como mecanismos de recuperación medioambiental para las zonas devastadas por estos y por las fumigaciones del del Estado.
Los participantes coincidieron en que se requieren nuevas políticas distintas a la actual de erradicación de cultivos. Sobre los programas de prevención del consumo y salud pública, Fabrizio Hochschild, coordinador residente y humanitario de la ONU, aseguró que es una preocupación creciente el consumo de drogas en el país, que actualmente se encuentra como primero en la región andina en consumo de cocaína y está por encima del promedio mundial.
Los presente señalaron que en el país "hay una enorme disponibilidad de drogas". Sin embargo aseguraron que para solucionar el problema se requieren menos políticas represivas y más sanitarias, "esto ayuda a reducir la demanda y favorece un clima de atención para quienes sufren este problema", concluyó Monseñor Fabio Henao, secretario nacional de Pastoral Socia.
El tercer punto, sobre la producción y comercialización de narcóticos, reviste también grandes retos pues para los cultivadores salir de la actividad les puede costar la vida, debido a las redes del narcotráfico que controlan el negocio.
En el inicio del foro, hay consenso en que La crisis del sector rural, falta de crédito y acceso a la tierra y a la tecnología, son motivos históricos de la expansión de este problema, así como la falta de presencia del Estado en las regiones donde existe el cultivo de la hoja de coca.
Los participantes señalaron la necesidad imperativa de la creación de nuevas políticas para el agro, que estimulen la inserción de los campesinos en la cadena productiva.
Entre tanto, el representante de la ONU, Fabrizio Hochschild, re saltó la ausencia de los sectores económicos. "Nos hubiera gustado tener más participación de los gremios, la industria y el sector privado", en el foro.
En la instalación del foro participaron: Ignacio Mantilla, rector de la Universidad Nacional; Fabrizio Hochschild, coordinador residente y humanitario de la ONU; Monseñor Fabio Henao, secretario nacional de Pastoral Social, y Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento de los Diálogos de Paz de la U. Nacional.
REDACCIÓN POLÍTICA