Nada mejor que encontrar una vía para desahogarse cuando uno enfrenta algún problema... Eso puede ser con un grito, un ¡ayayay!, golpeando una pared o, como en este caso, las redes sociales.
No hay duda que eso alivia, pero no basta. Así que tenga en cuenta:
Ubíquese. Una cosa es sentir una molestia esporádica y otra es experimentar un síntoma permanente. Si el dolor o el síntoma que tiene lleva más de tres días consulte, sin importar qué parte del cuerpo está afectada.
Cualifique. Si el síntoma le genera la necesidad de expresarlo, también trate de caracterizarlo: en qué parte del cuerpo se presenta, a qué horas, cómo es, qué lo aumenta o qué lo atenúa. Mejor dicho: es como hacer su propia historia clínica. Téngala lista para mostrársela al médico.
No pase por encima. Hay síntomas que no aguantan ni un trino y ameritan ir a urgencias. Por ejemplo, el dolor de cabeza acompañado de pérdida de movimiento y la sensibilidad, visión borrosa o confusión. También el dolor abdominal con fiebre, náuseas o vómito; la fiebre que no cede y los cambios en la orina o en la deposición.
Por último. Trine todo lo que quiera, pero no se automedique.