El estadounidense Phil Mickelson, a los 43 años, logró ganar el Abierto Británico después de 20 incursiones. El zurdo, que no había ganado ni el US Open ni este torneo, necesitaba una victoria en uno ellos para ratificarse como uno de los mejores de todos los tiempos.
Tenía cuatro títulos grandes en su carrera: tres Masters (2004, 2006 y 2010) y un PGA Championship (2005). A pesar de la edad, el hombre de San Diego aún tiene mucha tela de donde cortar y se ubica a las puertas de ser el sexto hombre en conseguir los cuatro títulos del grand slam. Solo le falta el Abierto estadounidense, donde, curiosamente, ha quedado seis veces en el segundo lugar.
Mickelson jugó una vuelta final de ensueño, con seis birdies (hoyos 5, 9, 13, 14, 17 y 18) y un solo bogey (en el 10), para ser al final el único que pudo dominar el arisco campo de Muirfield, al terminar con 281 golpes, tres bajo par, y tres de ventaja sobre el sueco Henrik Stenson, quien volvió a aparecer después de cuatro años sin estar en los planos mayores.
El inglés Lee Westwood, quien partió como líder el último día, volvió a ser el jugador que no es capaz de manejar la presión en el cierre de un Major. El número uno del mundo, Tiger Woods, volvió a estar cerca, pero sumó un fracaso más en un torneo grande , lo cual se le está volviendo una carga difícil de romper desde el 2008, cuando ganó su último Major, el US Open.
El mejor latinoamericano, el argentino Ángel Cabrera, terminó en el puesto 11 y por momentos anduvo rondando la victoria. El australiano Adam Scott fue líder en los primeros nueve hoyos y, al igual que el año pasado, se volvió a derrumbar en el final.
Por su parte, el colombiano Camilo Villegas se fue temprano del torneo, con una segunda vuelta desastrosa, especialmente un hoyo final en el que perdió toda la concentración: solo necesitaba un bogey para pasar el corte. La presión le está haciendo daño al antioqueño, que este fin de semana estará en el Abierto de Canadá.
GERMÁN CALLE
PARA EL TIEMPO