En medio de las críticas que se le han hecho al Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) por los atrasos en su implementación, el estado de los buses y el mismo sistema de contratación, Mauricio Osses, experto del sistema Transantiago –versión chilena del TransMilenio (TM) bogotano, cuyos inicios fueron traumáticos–, aseguró que Bogotá va rápido, tal vez demasiado, en este proceso.
Durante una visita a Bogotá, Osses habló con EL TIEMPO y elogió la infraestructura de TM, criticó la contaminación de los buses nuevos y viejos y habló de las perspectivas de las tecnologías limpias en la movilidad de Santiago de Chile.
¿Cómo ve la implementación del SITP en Bogotá?
Dieciocho meses son poco tiempo, pero entiendo las expectativas de los ciudadanos. Tal vez pasa lo mismo que en Chile y es que los gobiernos a veces quisieran cortar la cinta muy pronto.
¿Qué le gusta y qué no le gusta de TransMilenio?
Tienen una infraestructura que nosotros envidiamos, pero se han tardado mucho en poner en marcha el SITP. Con esto quiero decir que el proceso va rápido, pero la integración empezó demasiado tarde; TransMilenio existe hace casi 13 años. Creo que a eso apunta el malestar de la gente. Los ‘buses chimenea’ que echan humo negro también dejan una mala impresión, incluso los articulados de TransMilenio. Me pregunto cuál es el motivo, si tienen motores de buena calidad (Euro IV y Euro V). ¿Será que es combustible de mala calidad o usan uno adulterado para bajar costos?
¿Chile se volcará hacia tecnologías más limpias?
La postura es mantenerse en diésel, por ahora. Pasamos de vehículos con motores Euro III a Euro V y ahora incluiremos filtros de partículas. Y si los Euro VI –los más limpios– llegaran a tener esos filtros incluidos, instalaríamos uno adicional. Aún no trabajaremos con energía eléctrica porque los contratos con los operadores vencen en el 2019, y no vale la pena esforzarse para incorporar 1.000 buses más. En cambio, TransMilenio está en momento de hacerlo. Veremos cómo le va a Bogotá y aprenderemos de ustedes.
En Bogotá le piden al Distrito que subsidie los vehículos eléctricos...
Tiene que haber un aporte público, ya que los buses inciden en la calidad del aire y eso beneficia al Estado, no al operador, pues reduce los gastos en salud pública. También deben existir relaciones entre operadores y la banca, incluso la internacional, para que haya créditos blandos.
¿Cómo avanzará Chile en políticas de movilidad?
Lo primero es fortalecer políticas que desestimulen el uso del carro particular. Luego introduciremos flotas de buses y camiones más grandes para reducir el número de estos vehículos en las vías. Otro plan es aprovechar el potencial de Chile en la explotación de litio. Hay un interés político en trabajar con baterías de litio e, incluso, construir las nuestras para buses eléctricos e híbridos. Quisiéramos tener bicicletas eléctricas entregadas por el Estado para la Policía y los colegios.
¿Qué aprendieron de la crisis de Transantiago?
El año pasado se reformularon los contratos con los operadores privados de los buses: les dimos un rol más protagónico para que haya transparencia y así los usuarios sepan quiénes operan los buses, porque antes Transantiago era la única imagen. Es decir que ahora los operadores pueden proponer rutas nuevas y recibir comentarios de los usuarios para tomar correctivos necesarios.
NATALIA GÓMEZ CARVAJAL
Redactora de EL TIEMPO