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'Mi meta no ha sido crear nostalgia': Henry Fiol

Cerrará la primera jornada del Carnaval de las Artes, el jueves a las 7:00 p.m.

El amorío del salsero Henry Fiol (Nueva York, 1947) con Colombia continúa. Esta vez en el Carnaval Internacional de las Artes, de Barranquilla, donde el intérprete de La juma de ayer y Ahora me da pena tendrá un espacio, este jueves, día de apertura, a las 7 de la noche, en el teatro Amira de la Rosa.
Fiol recordará, en conversación con la periodista Érika Fontalvo, su historia musical de más de cuatro décadas como compositor, cantante, conguero y creador de un estilo propio dentro de la salsa.
Fundador de los grupos Saoco (en los 70) y Corazón (1983), Fiol ha grabado discos en Colombia y pasado largas temporadas en este país, al que le reconoce una deuda, pues lo considera uno de los bastiones de su carrera. Aquí se le quiere como en ninguna parte. Pero le hacía falta conocer el ambiente del carnaval barranquillero.
'El blanco que canta como negro' compartirá en este preámbulo del Carnaval de Barranquilla sus experiencias en torno a la creación artística.
¿Cómo nace una canción de Henry Fiol?
El proceso cambia, dependiendo de las circunstancias. Casi siempre comienzo con el coro, porque en la salsa la mayor parte de la canción consta del montuno o estribillo, la parte de la canción donde hay coro y soneo; las repeticiones del coro, con la voz líder cantando los pregones o inspiraciones, entre los coros.
Siempre trato de buscar alguna frase, dicho, refrán o piropo que sea pegajoso, que tenga ritmo y caiga bien en la clave. Después lo dejo cocinando a fuego bajito en mi mente -a veces por mucho tiempo-, cantando el coro y la melodía miles de veces en mi cabeza hasta que consiga las palabras y las rimas precisas para desarrollar el concepto. Es un proceso lento y largo. Requiere mucha disciplina, perseverancia y tenacidad, porque no me interesa la primera idea que me llegue a la mente, sino la mejor.
Así que no hay una canción suya que haya surgido de un proceso rápido...
Ninguna de mis canciones surgió rápidamente. Soy perfeccionista en buscar verdaderas rimas, rimas al 100 por ciento, y eso es un proceso largo. Por ejemplo, la palabra 'corazón' no rima con 'dolor', aunque los compositores la usen. El sonido de 'on' y 'or' se oye parecido (es una rima de 75 u 80 por ciento, pero no es una verdadera rima). 'Corazón' rima con 'pasión' o 'emoción', no con 'dolor'. 'Dolor' rima con 'calor' o 'sabor', no con 'corazón'. ¿Me explico?
Primero fue pintor, de hecho muchas carátulas de sus discos son pinturas suyas. ¿Qué puntos en común hay entre ambas disciplinas a la hora de crear?
Como en la música. Este proceso aprendido en el estudio de artes plásticas es una de las cosas que hacen que mi música suene diferente. No me interesa la espontaneidad. Creo que es muy fácil y es una ilusión.
¿Por qué se quedó con la música en vez de la pintura?
Siempre me gustó. Aprendí a tocar la flauta de oído, cuando era adolescente. Años después, aprendí a tocar la conga. Pero la decepción que me golpeó después de graduarme me llevó a la música. Estudié artes plásticas, y mi ambición era ser un gran pintor. Pero al conocer el ambiente del "negocio" (galerías, exposiciones, cocteles, gente rica que compra pinturas) me sentí como un pez fuera del agua. Me consideraba un tipo del vecindario, y no pude identificarme con la aristocracia. Me dije: '¿Vas a pasar el resto de tu vida besándole la mano a un rico para que te compre una obra?'.
También afectó el nacimiento de mi primer hijo, Orlando. Nació invidente, y la idea de dedicarme al arte y la pintura, algo que él nunca iba a poder conocer ni comprender, no tenía sentido para mí entonces.
¿Recuerda su primera composición?
No me acuerdo de la primera canción que compuse, pero la primera que grabé como cantante fue una medio jocosa titulada Cundy Macundy. La grabé con una charanga que se llamaba Mike Pérez y su Típica New York, en el 73, más o menos.
¿Cuál fue el papel de la investigación a la hora de forjar su estilo?
La salsa tiene su raíz en los ritmos cubanos. Invertí mucho tiempo estudiando esta raíz. A través de las grabaciones estudié los sextetos y septetos, conjuntos de los años 40 y 50 (el comienzo de la salsa), la música campesina y, como conguero, la música folclórica afrocubana (la rumba y los toques santeros). Este estudio me dio conocimiento de la estructura y cuando se entiende la estructura, las vigas del edificio están en su sitio y es la hora de crear. Uno puede comenzar a construir, porque la base es sólida.
Al principio solo quería re-crear el sonido cubano que tanto me gustaba. Después traté de desarrollar un estilo propio, y creo que estoy acercándome.
¿Cómo ha sido ese proceso?
Mi estilo se ha quedado cerca de la raíz del son y los ritmos afrocubanos. Mi meta nunca ha sido crear nostalgia. Experimentando, he tratado de seguir la tradición del son, pero con la intención de crear un son moderno o contemporáneo. Uso el saxofón tenor, por ejemplo, en mi grupo para añadir un toquecito de jazz, música brasileña, y un poco del sabor de Nueva York.
¿Cómo compara los sonidos que diferentes comunidades latinas le aportan a la salsa?
Hoy en día, la música cubana contemporánea consiste mayormente en el sonido de la timba. Aunque se usan elementos de timba en la salsa de Nueva York, Puerto Rico y Colombia, diría que las salsas en estos países es más típica: el ritmo es más sencillo. Pero, por encima de todo, son la continuación del estilo de la salsa romántica -especialmente en Puerto Rico, Nueva York y Colombia-. Últimamente tratan de ponerle un poquito más de sabor a la salsa romántica, añadiendo más cierres en la percusión o tratando de acelerar los tiempos para echarle un poco más de swing, pero ese estilo me sigue sonando como un huevo sin sal.
¿Cuándo le dijeron por primera vez el 'Blanco que canta como negro'?
En los 80. Un disquero de Bogotá unió dos LP en uno y lanzó el producto bajo el título de 'El blanco con voz de negro' o 'El blanco que canta como negro', o algo así. El apodo quedó, y todavía me dicen así en Colombia. Puede ser por el estilo y el fraseo o de pronto por la mala pronunciación mía -siempre me trago las 's' y las 'r', al estilo neoyorican".
¿En qué se distancia su trabajo inicial, con el grupo Saoco, del del resto de su carrera de solista?
Con Saoco me di a conocer como cantante y como compositor. Fui fundador del grupo, le di el nombre, y, junto con mi socio William Millán, era su codirector. Hubo un pleito legal con la casa disquera, sobre el dominio y el uso del nombre Saoco, y aunque tenía el nombre registrado, perdí el uso por una cláusula en el contrato. Después decidí usar mi propio nombre -que nadie me podía quitar- y seguí pa' lante. Tuve mucha suerte con el sello SAR y mis primeras grabaciones como solista, y comencé a buscar un sonido propio (con el saxofón y el toque más moderno en los arreglos), y he desarrollado un estilo y un sonido diferentes a los que tuve con Saoco.
¿Qué canción lo sorprendió más cuándo salió a la luz?
La juma de ayer. A mí no me gustó el tema mucho, y ni siquiera lo quise grabar. Pero el productor del sello SAR, Roberto Torres, me convenció, y, hasta que reventó Zúmbale, La juma de ayer fue el tema más conocido y popular de mi repertorio.
¿Y la canción incomprendida de su carrera?
Hay un montón. Las canciones que más me gustan como artista y compositor fueron ignoradas. Algunas que me vienen a la mente son: El secreto, Palo santo, Desilusión, Bonito amanecer, El corazón del jugador, Días mejores vendrán, Lágrimas, Profeta en su tierra... muchas.
¿Y la canción que más tiempo duró guardada?
Sin duda, Zúmbale. La grabé en el 91 o 92, más de 20 años atrás, y nadie le puso atención. Voló por debajo del radar hasta que un DJ, en una discoteca de Madrid, la comenzó a sonar hace cuatro años. El tema se regó por España y ciertas partes de Europa, después brincó a Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá. Fue algo "viral", ahora tiene más de dos millones de visitas en YouTube. Lo bonito fue que a través de Zúmbale he podido brincar por varias generaciones de seguidores. Tengo fans que son ancianos, personas de edad media, adultos de 30 y 20 años, pero hay adolescentes y niños. Ahora la esperanza mía es que estos jóvenes empiecen a investigar quién es este servidor, y que lleguen a mis grabaciones anteriores, y que visiten mi página web, www.henryfiol.com, para descargar y conocer mi música más reciente.
Liliana Martínez Polo
Cultura y entretenimiento
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