Antes que contenerla, la masacre de 20 niños el viernes de la semana pasada en una escuela de Newtown, Connecticut, al parecer ha disparado la venta de armas en EE.UU.
Aunque todavía no hay estadísticas concretas, decenas de tiendas al largo del país han comenzado reportar importantes e inusuales repuntes en sus ventas de todo tipo de armamento, especialmente rifles de asalto como el que utilizó Adam Lanza en la matanza de la semana pasada.
“El de ayer fue el mejor día que hemos tenido en 20 años y hoy probablemente será aún mejor”, decía Karl Durkheimer, dueño de una tienda de armas en el estado de Óregon.
Según el propietario, muchos de sus clientes creen que la tragedia provocará nuevas restricciones en la venta de armamento y por eso han decidido aprovisionarse antes de que eso suceda.
El domingo pasado la Senadora Dianne Feinstein anunció que presentará un proyecto de ley para prohibir la venta de armas de asalto y el presidente Barak Obama ya anunció que lo respaldará.
Escenas como la de Óregon se están viviendo en otros estados como Maine, California, Florida, Georgia y en la misma Connecticut.
Aunque el temor a las restricciones es uno de los factores que ha provocado el alza en las ventas, muchos compradores alegan que fue la tragedia en si la que los impulsó a comprar un arma.
“Son todas esas cosas que vemos en las noticias. La violencia, que le disparen a niños. Nosotros tenemos un hijo y es muy importante que podamos defender la familia”, le dijo Jessica McLaughlin a la cadena NBC.
Se calcula que en Estados Unidos ya existen al menos 300 millones de armas en manos de civiles, de lejos el país del mundo con la tasa más alta de armas por número de habitantes (90 por cada 100 ciudadanos).
De ellas, unos 4 millones son rifles de asalto como el que se uso en Newtown. Yemen, con 54 armas por cada 100 habitantes, es el distante segundo.
SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON