Con la expedición de un decreto, que declaró la alerta amarilla, la Alcaldía de Bogotá anticipó el plan de recolección -en manos de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado-.
El secretario privado del Distrito, Jorge Rojas, explicó que se adoptó esta decisión teniendo en cuenta que existen 640 puntos críticos que no han sido atendidos por los actuales operadores privados de aseo.
Por esa razón, este viernes, desde las 3:00 p.m., la Administración dio la instrucción de que 25 volquetas y 75 trabajadores de Aguas Bogotá, la filial de Acueducto que asumirá la operación, salieran a recoger basuras y escombros.
En concreto, los empleados se concentraron en Engativá, en el occidente de Bogotá -afectada por escombros- y en una amplia zona del centro, con presencia de basuras en las calles. Se trató del polígono comprendido entre la avenida Circunvalar y la carrera 30, entre las calles 1 sur y calle 45.
Frente a la presencia de volquetas en la recolección, el secretario privado ha dicho que se están acondicionando de tal manera que no permitan la salida de los lixiviados (líquidos contaminantes de las basuras). No obstante, algunas personas han expresado preocupación por el riesgo que esto puede llegar a representar para la salubridad, en caso de que las medidas de contingencia con las volquetas no sean efectivas.
Hoy, el plan contempla la salida de 600 trabajadores, acompañados de 100 volquetas, para seguir en las labores.
Por otra parte, la Superservicios expresó este viernes, en un comunicado, que "abre un compás de espera" frente al nuevo esquema de aseo en la ciudad.
"Equipos de supervisión harán recorridos especiales en la ciudad a partir del 18 de diciembre para hacer seguimiento a la prestación del servicio", sostuvo la entidad.
Además, el superintendente César González Muñoz, a diferencia de lo expresado en los últimos días por la Administración Distrital, sostuvo que "la ciudad se encuentra bajo un régimen de libre competencia en el tema de aseo. La ley es la ley".
REDACCIÓN BOGOTÁ