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La difícil vida después de ganar una medalla olímpica

Cuatro deportistas que le dieron medallas a Colombia dicen su experiencia tras alcanzar la gloria.

Colombia vive la emoción de tener ocho medallistas olímpicos en los pasados juegos, desarrollados en Londres. (Vea también: Las 5 razones del éxito colombiano en los Juegos Olímpicos)
Con el regreso al país de estos jóvenes deportistas, la pregunta que queda es sobre qué les espera en sus vidas. Un espejo de la realidad es la experiencia que vivieron los deportistas olímpicos que ganaron antes de Londres, cuya gloria fue tan emocionante como, en la mayoría de los casos, efímera.
Ellos, los primeros deportistas olímpicos de Colombia, cuentan que después de la euforia les tocó vivir pruebas más difíciles que las que enfrentaron en las justas deportivas.
Según cuentan, debieron nuevamente buscar apoyos económicos para prepararse a nuevos encuentros deportivos, respaldar con sus bolsillos las lesiones sufridas durante los entrenamientos y realizar otro tipo de actividades para poder brindarles a su familia un bienestar económico digno.
Por lo anterior, EL TIEMPO.COM indagó sobre la vida actual de María Isabel Urrutia, Diego Salazar, Clemente Rojas y Mábel Mosquera, quienes coinciden en hablar de que el futuro no está asegurado tras ganar una medalla olímpica. (Vea las glorias olìmpicas del deporte colombiano).
No obstante, los cuatro deportistas señalan que a la nueva generación de deportistas olímpicos les esperan mayores beneficios que con los que contaron en su momento las viejas figuras.
Hoy en día, los cuatro dicen que trabajan promoviendo el apoyo al deporte para que a las nuevas generaciones no tengan que pasar las dificultades con las que tuvieron que enfrentarse tras pasar su época de gloria.
'Quiero prepararme para dirigir Coldeportes': Mosquera
Mábel Mosquera se retiró de la halterofilia. La decisión la tomó tras sufrir lesiones en sus extremidades luego de que ganó la medalla de bronce en los 53 kilos en Atenas-2004. Desde ese entonces ha tenido que librar dificultades y abrirse camino por su cuenta, para poder brindarle bienestar a sus dos hijos, uno de ellos a punto de ingresar a la universidad.
"El Gobernador de Santander me dio 20 millones de pesos. De allí no hubo nada más. En ese entonces (cuando ganó la medalla) el Gobierno nacional estaba dando como 42 millones de pesos. Pero, uno como deportista, y para el entrenamiento de unos juegos olímpicos que es durante cuatro años, se hace muchísima inversión.
Hay tiempo, sacrificio de por medio y muchas cosas que uno deja a un lado para poder hacer deporte. Tuve muchas lesiones. Creo que faltó mucho más apoyo porque, la última cirugía me tocó ya de mi bolsillo", agrega.
Desde ese entonces, estudió Cultura Física, Deporte y Recreación y actualmente cursa una especialización y trabaja en el Indersantander.
"Ha sido difícil. Por eso me he dedicado a estudiar y a prepararme para enfrentar las cosas del deporte de manera más especializada.
Tengo un objetivo claro y es ser directora de Coldeportes o, de alguna manera dirigir el deporte, no solo en Santander sino en todo el país. Estoy trabajando para eso y poder llegar allá y poder luchar para que lo que tuve que pasar, no le pase a los que vienen", dice.
Mosquera reitera que, en su caso, deberá esperar a cuando cumpla los 50 años para poder contar con una pensión. "Me ha tocado rebuscarla; trabajar muy fuerte. Cuando uno se retira, los sueldos a veces no son los mejores por eso a uno le toca a uno lucharla mucho.
El deporte está por debajo de muchas cosas. Me ha tocado trabajar por otros lados, para mis hijos, ya que soy madre cabeza de familia y pagar mi universidad", señala.
'En el anonimato', el boxeador que entrena a jóvenes promesas
Clemente Rojas fue uno de los dos primeros colombianos en conseguir una medalla olímpica. Ocurrió hace cuarenta años, en Munich, cuando se quedó con la primera medalla de bronce en boxeo para un colombiano. Hoy, a sus 59 años de edad, el deportista sueña con radicarse en los próximos meses en Colombia, tras pasar varios años entrenando a jóvenes promesas en Estados Unidos.
Devis Rojas, la primera hija de los cuatro que tuvo, relata que su padre, luego de hacerse la medalla en los Juegos Olímpicos, se retiró del boxeo y se dedicó a entrenar jóvenes boxeadores en Barranquilla y en Estados Unidos.
"Él se fue y comenzó a entrenar. Pero le tocó seguir, casi en el anonimato. Logró hacerse su casita, la más bonita de todas en el barrio El Bosque, en Barranquilla y le dio estudio a sus hijos. Pero le tocó duro seguir y buscar", relata.
Familiares del hombre señalan que, a pesar de la atención que recibió tras ganar la medalla olímpica, con el paso del tiempo su nombre fue quedando en el olvido.
"Creemos que faltó mayor apoyo. Consiguió sus cosas, pero hubo promesas que no se cumplieron. Y solo, hasta que tuvo 50 años logró ganarse una pensión por deportista destacado. Sí creemos que faltó mayor atención. Aún así, mi papá es muy inquieto y siempre se ha mantenido activo y ahorita tiene muchos planes por cumplir", señala.
Según le ha manifestado el deportista a sus familiares, espera pronto regresar a Colombia y crear algún negocio. "No lo tiene muy claro, pero ya nos dijo que quería quedarse del todo en Colombia y montar algún negocio", agrega. 
Entretanto, cada cuatro años, cuando se realizan los Juegos Olímpicos, Clemente Rojas se emociona con los colombianos que salen de su país en búsqueda de una medalla.
"Siempre le da alegría. Se emociona mucho porque últimamente ve mucha gente joven dedicada al deporte y lejos de los vicios. Yo creo que es por algo que ellos nunca olvidan. Cada vez que hay juegos, él dice que siente una emoción muy grande... indescriptible. Porque ve que cada vez hay más gente y se siente un mayor apoyo", relata la mujer.
'La vida le cambia a uno': Salazar
En el caso de Diego Salazar, tras ganar la medalla olímpica en levantamiento de pesas en Pekín-2008, hizo una pausa. "Había que dejar que el cuerpo descansara y poco a poco ir retomando el entrenamiento. Ahorita busco llegar a Río", señala.
El deportista colombiano continúa con sus entrenamientos en el Valle del Cauca, preparándose para lograr un cupo para los olímpicos que se desarrollarán en cuatro años en Brasil.
"Tuve una lesión que me impidió llegar a Londres. Pienso que faltó más apoyo y confianza, pero sigo trabajando para llegar a los próximos Juegos".
Salazar sostiene que ganar una medalla olímpica abre las posibilidades de crecimiento deportivo, tras conseguir mayores ofertas de apoyo.
"Como se sabe, hacemos deporte y no tenemos recursos para hacerlo. Por eso, ganar le cambia a uno muchísimo la vida. Todo mejora, no tanto como uno quisiera, pero sí hay una mejora. Por el momento, el apoyo se ha mantenido, aunque a veces es difícil que sigan creyendo en uno", relata.
'El panorama es diferente al que me tocó': Urrutia
María Isabel Urrutia ganó la primera medalla de oro para Colombia en unos juegos olímpicos. Lo hizo en la categoría +75 kilos en el levantamiento de pesas, en Sydney-2000. Tras la victoria, se retiró del deporte e inició su carrera política, la cual terminó en la elección para integrar la Cámara de Representantes.
Durante su participación en el Congreso, promovió una reforma que beneficia a deportistas destacados con un incentivo deportivo de por vida.
"Anteriormente, en la Ley 181 de 1995 había unos incentivos. Era una pensión vitalicia pero que solo se podía dar a los 50 años de edad. Cuando llega la reforma, de que ya no pueden haber regímenes especiales en Colombia, aprovecho y cambio el régimen pensional por incentivo deportivo de por vida. Entonces, a partir del 2011 que el presidente Santos sancionó la Ley 1389 de 2010,  todo aquel que, a partir de esa fecha, sea campeón del ciclo olímpico -que es Bolivarianos, Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos- pueden tener ese incentivo de por vida", señala.
Dicha iniciativa cubre, entonces, a los ocho medallistas colombianos de Londres-2012. Sin embargo, para los otros once deportistas que se destacaron en anteriores Juegos Olímpicos, o para los demás que han dejado el nombre de Colombia en alto en otros eventos deportivos, deberán esperar hasta que cumplan cincuenta años para poder gozar de una pensión.
"A mí no me cubrió. Todo lo que vienen a disfrutar mis compañeros fue lo que yo y mucha gente no pudo tener. Pero me da mucha alegría que las cosas estén cambiando", dice Urrutia, quien agrega que "hace 12 años todo era muy diferente.
Yo me preparé por mi cuenta. A mí no me ayudó el Estado. Pero a raíz de todo ese tema, se ha podido ayudar a cambiar el panorama".
Por el momento, la vallecaucana dice que no regresará al mundo del deporte por su edad y señala que su objetivo ahora es llegar al Senado de la República para promover acciones a favor de los deportistas del país.
"Aún sigo esperando a cumplir los 50 años para tener mi pensión, porque todavía estoy muy joven. Me falta poquito: tres años", señala.
JULIÁN ESPINOSA ROJAS
Redactor EL TIEMPO.COM
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