Hay algo de teatralidad en la forma de hablar de la escritora e investigadora santandereana Marina Lamus. Cuando relata sus anécdotas, gesticula dependiendo del nivel dramático de la historia, enfatiza con la mirada, insinúa con su tono de voz. A fin de cuentas, esta escritora ha estado ligada al teatro por casi 40 años, investigando y analizando los sucesos más importantes de esta corriente artística en Colombia.
Con una de esas investigaciones –que indaga sobre el Coliseo Ramírez, el primer teatro bogotano–, acaba de ganar el Premio Nacional de Investigación Teatral, que otorga el Ministerio de Cultura y que prevé una bolsa de 40 millones de pesos y la publicación del proyecto.
Aunque la idea de escribir sobre este ‘edificio teatral’ le surgió hace ocho años, solo en el 2010 Lamus se dedicó por completo a esta investigación, y escudriñó durante cerca de 18 meses en los documentos del Archivo General de la Nación.
Así fue como descubrió que en el terreno donde hoy está ubicado el emblemático Teatro Colón de Bogotá antes estaba el Coliseo Ramírez. “Fue construido a finales del siglo XVIII y se llamaba ‘coliseo’ porque así se le decía en ese momento a los edificios teatrales, que tenían una gran influencia italiana.
El que dio la plata y lo construyó fue José Tomás Ramírez y en 1871 lo compró el señor Bruno Maldonado, quien le hizo algunas reformas, especialmente en la fachada, y ahí empezó a tener un nombre más moderno, Teatro Maldonado”, relata Lamus sobre este escenario.
La escritora da una muestra de su amplio conocimiento teatral, enfatizando en que esta sala cambió su nombre a Teatro Nacional cuando fue expropiada por el presidente Rafael Núñez, y que finalmente fue demolida y allí, en el corazón de la capital colombiana, se edificó el Colón.
Durante estas casi cuatro décadas que ha dedicado a profundizar en el teatro colombiano, Lamus ha descubierto que, en su mayoría, la historia de esta disciplina, específicamente la del siglo XIX, está construida por leyendas, por una tradición oral que, según ella, se ha encargado de modificar los hechos reales.
“La historia que heredamos de esa época del teatro es muy interesante, pero no es realmente lo que ocurrió, es solo un reflejo. Cuando comencé a investigar, empecé a ver una serie de documentos y de fechas que no me coincidían con la historiografía tradicional y así me puse a buscar documentos que no habían sido muy explorados hasta el momento”, dice Lamus.
Fue un trabajo detectivesco, como armar un rompecabezas analizando documentos notariales, promesas de compraventa y recortes de periódicos. De esta manera, la historiadora pudo construir el relato sobre el Coliseo Ramírez y, además, derrumbar otros mitos, como que en el siglo XIX no hubo teatro colombiano.
“Para la mentalidad colombiana del siglo XIX nunca se consideró profesional el teatro nacional, por la comparación que siempre se hizo con las compañías que venían”, relata Lamus.
Un teatro diverso y regional
Para Lamus, es muy difícil decir que hay un teatro colombiano y ello se debe a que cada grupo tiene
diferentes estéticas y abordajes distintos. También depende de la zona del país y de los estudios hechos por cada artista.
Figuras del teatro actual
Lamus no solo se ha centrado en en la historia lejana del arte escénico –de la que ha publicado libros como ‘Teatro en Colombia: 1831-1886. Práctica teatral y sociedad’ y ‘Teatro siglo XIX. Compañías nacionales y viajeras’–; también ha hecho publicaciones sobre figuras contemporáneas como Santiago García, director y fundador del Teatro La Candelaria; Cristóbal Peláez, director del Teatro Matacandelas, y Carolina Vivas, del grupo Umbral Teatro, entre otros.
Yhonatan Loaiza Grisales
Cultura y Entretenimiento