"La cornada tiene buen aspecto, y no hay infección, que es lo importante, aunque no puede mover todavía la pierna", dijo el doctor Máximo García Padrós, que, como cirujano jefe de Las Ventas, se encarga de tratar las heridas del colombiano, quien se recupera de las lesiones en la Clínica de la Fraternidad.
Agregó que "le duele todo el cuerpo debido a la fuerte paliza que le propinó también el novillo. Este es un problema añadido, pues hay que recordar que después de que el novillo le hiriera en la pierna, la voltereta fue muy fuerte y cayó sobre el cuello".
Juan Viriato entraba a matar su primer novillo, Filibustero -de la ganadería de Javier Molina-, y no se cruzó lo suficiente; el animal lo cogió por el muslo derecho, lo levantó con el pitón y lo zarandeó durante varios segundos con el cuerno dentro de la pierna. Luego lo lanzó al suelo, donde lo golpeó y pisó. Llegó a engancharlo de nuevo por la chaquetilla.
La cuadrilla lo llevó rápidamente a la enfermería de Las Ventas, donde lo operaron.
El doctor García Padrós emitió después este parte médico: "Herida por asta de toro en tercio superior con orificio de entrada por cara interna del muslo derecho, con una trayectoria de 25 centímetros que contornea el fémur por la zona posterior, contusiona el nervio ciático y causa destrozos en los músculos isquiotibiales y tensor de la fascialata, con orificio de salida por la cara externa del muslo. Contusiones y erosiones múltiples. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Es intervenido bajo anestesia general en la enfermería de la plaza y se traslada a la Clínica La Fraternidad".
Tras una noche difícil, en la que lo aquejaban los dolores (en especial en el cuello, que le quemó el pitón), este lunes se encuentra un poco mejor. Debe permanecer hospitalizado unos días más y luego puede empezar la rehabilitación.
"El protocolo que solemos seguir con este tipo de cornadas es dejar al torero al menos tres o cuatro días ingresado en observación para ver que la cornada vaya cicatrizando bien y no surjan problemas añadidos por los golpes", dijo García Padrós a la prensa. Todavía no se puede calcular cuándo volverá a los ruedos.
"Lo normal sería que no torease en varias semanas, pero seguro que Viriato vuelve a la cara del toro mucho antes de lo que podamos pensar", agregó el médico. ¿La razón? Los toreros "están hechos de otra pasta".
Juan Viriato, que nació en San José de Cúcuta en enero de 1987, mantiene el buen ánimo y desea volver a torear lo más pronto posible.
Según comentó su apoderado, Gonzalo Rincón, a mundotoro, "lo importante es que la empresa nos ha dicho que le van a repetir".
Respecto al novillero, contó: "Me preguntó que cómo lo vi y yo le dije que sinceramente estuvo muy bien, muy firme. Le tocó el novillo más complicado de la tarde. Él mata muy bien, pero esta vez tuvo esa mala fortuna".
Problema de peso
Las críticas taurinas coinciden en que Filibustero era un ejemplar complicado. Iñigo Crespo, cronista y experto, lo calificó como "muy agresivo".
Se trataba del tercer ejemplar del segundo certamen de novilladas nocturnas. Ya se habían puesto frente al toro los compañeros de cartel de Viriato: Pascual Javier y Thomas Cerqueiro, que se presentaba también en Las Ventas por primera vez.
Crespo definió a los animales de la ganadería de Javier Molina como "muy serios, astifinos y cuajados, de juego dispar".
La corneada de que fue objeto Viriato ha vuelto a encender la polémica sobre el peso de los novillos, que para muchos es exagerado. Filibustero, el toro de Viriato, pesaba 488 kilos. El segundo que debía lidiar -y que no llegó a hacerlo- era Lengüeta, de 517 kilos.
"Los novilleros que vengan de Colombia, deben saber que se van a enfrentar a toros que no han visto en su vida", señaló a este periódico Carlos Ilián, experto taurino. "Los toreros españoles que van a Colombia no se enfrentan nunca a animales tan grandes", agregó.
En la Plaza de las Ventas se presentan, además, animales de mayor tamaño que en la mayoría de los ruedos de España.
La media del peso de los novillos de la corrida del domingo fue de 485 kilos.
"En el toro hay cogidas", asegura Ilián. "Pero en este caso había una situación exageradamente desigual".
JUANITA SAMPER OSPINA
Corresponsal EL TIEMPO
ESPAÑA