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La tortura de ser una víctima de suplantación

Este año se han registrado en la Fiscalía 6.479 casos. Delincuentes usan cédulas perdidas.

Haber perdido los documentos de identidad durante un viaje de trabajo en Santa Marta le significó a Sofía* aparecer en repetidas ocasiones reportada en las centrales de riesgo. No sirvió de nada poner la denuncia recién sucedido el incidente.
La razón, un delincuente ha utilizado sus documentos desde el 2004 para sacar a su nombre toda clase de bienes y servicios, que van desde telefonía celular hasta televisión por cable. "He perdido la posibilidad de acceder a créditos y servicios por culpa de esta situación".
La respuesta siempre es la misma: "Usted tiene un saldo pendiente con nosotros. Debe pagar o presentar una carta adjuntando la denuncia a la Fiscalía por suplantación de identidad".
La denuncia es otro trámite engorroso. "Para colmo, la persona que me atendió me dijo que tengo que hacer el mismo trámite cada vez que el delincuente que tiene mi cédula decida comprar algo a mi nombre. Es decir, puedo durar toda mi vida en eso", dijo Sofía.
Las mismas empresas que se niegan a ofrecer sus servicios cuando aparece una deuda pendiente son las mismas que, sin ningún grado de verificación, cierran negocios con los suplantadores de identidad. "Eso me ha pasado con Movistar, Telmex, entre otras, y tengo que esperar siempre a que ellos hagan la investigación durante el tiempo que quieran. Mientras tanto, la afectada soy yo", agregó.
En este caso, por ejemplo, la Fiscalía no ha dado nunca respuesta o resultado de la investigación. "No sé quién está usando mi documento y pienso qué pasará si un día encuentran a esta persona atracando un banco o matando a alguien portando mi cédula".
Pero este no es el único caso. Miguel Quinche perdió su documento de identidad y tuvo que responder por diez cuentas de celular prepago con la empresa Comcel. "Tuve problemas hasta con la Fiscalía. La experiencia fue horrible", aseveró.
La mayoría de víctimas dicen que las empresas que admiten estas transacciones nunca responden con rapidez a la queja ni les importa que sus clientes pierdan negocios u oportunidades.
Desde que Doris León perdió su bolso en Bogotá no ha salido del reporte en las centrales de riesgo. "Me enteré cuando fui a sacar un servicio en Telefónica Telecom. No me quisieron instalar internet porque estaba reportada", cuenta.
"Cuando fui a Datacrédito me enteré que alguien había sacado a mi nombre mucho dinero en mercancías por catálogo de empresas como Oriflame o Fuller. Lo que hice después fue colocar una denuncia en la Fiscalía. Allá me dijeron que como el mío había miles de casos y que no fuera a averiguar tanto porque eso se demoraba", aseguró la mujer.
Entonces, gravemente perjudicada, a Doris le tocó contratar un abogado. "Él investigó y descubrió que hay grandes bandas que negocian con cédulas y se las ofrecen a personas con fisonomía parecida para hacer negocios ilícitos".
Todos esos hallazgos Doris se los pasó a la Fiscalía, pero hasta este momento "no ha pasado nada. Sigo en el mismo problema. Nadie hace nada por uno".
Fuentes de la Fiscalía General de la Nación señalaron que quienes suplantan la identidad de una persona cometen una falta penal y pueden ser investigados por el delito de suplantación, pero no respondieron a la falta de diligencia en estos casos.
ELTIEMPO.COM intentó conocer los procedimientos internos de algunas empresas de bienes y servicios en estos casos, pero no fue posible encontrar un vocero en ninguna de ellas.
¿Un problema sin solución?
Solo en el 2011 hubo 13.733 casos registrados por falsedad personal ante la Fiscalía, y este año ya van 6.479. Pero la alerta se debe realmente a que en el 2011 solo hubo veinte actuaciones de sentencia y este año no se ha reportado ninguna. Esto quiere decir que el resto de las víctimas están todavía a la espera de alguna solución.
Según las autoridades, la única salida es seguir las recomendaciones de la Policía en caso de extravío de documentos, pero este trámite no les ha servido de nada a las víctimas. "Los suplantadores siguen utilizando el documento para delinquir".
Según la Fiscalía, cuando hay una denuncia por pérdida se empiezan las labores propias de la investigación para determinar el sujeto activo, se elabora el programa metodológico y se da cumplimiento a lo que establece la ley en el código de procedimiento penal, pero a víctimas como Sofía nunca se les ha notificado ningún avance luego de haber tramitado la denuncia.
CAROL MALAVER
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