Hace 50 años, en el quinto piso del naciente Hospital 'Evaristo García' y con cinco camas, se hizo realidad en Cali el sueño de las Damas Hebreas de la B'Nai B'rith, desveladas por la suerte de pequeños sin recursos y sin la posibilidad de recibir atención médica.
Así nació la Sala 'Ana Frank', un homenaje a la pequeña niña mártir de los campos de concentración nazi, que inspiró a la comunidad judía residente en la capital del Valle, con apoyo de los médicos de entonces, para atender a pacientes de apartadas regiones.
"En un comienzo la idea fue conseguir ayudas pequeñas para los niños, como pañales, medicamentos, frazadas e incluso alimentos, porque se trataba de familias muy pobres", recuerda Ruthy Klahr, presidenta de las Damas Hebreas, quien precisa que esta condición ha caracterizado a los pacientes de la Sala a lo largo de todos estos años.
Los niños seguían llegando y las necesidades aumentaban, pero las donaciones, que aún continúan, permitieron que a la par la sala creciera y se modernizara.
En 1992 se construyó la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (Cipaf), que consolidó a la 'Ana Frank', como una de salas pediátricas más grandes y de mayor desarrollo tecnológico en Colombia.
"Fue una labor muy ardua, de mucho trabajo entre nosotras y los médicos. Lo que parecía un sueño, gracias a las ayudas de las entidades públicas y privadas, de la comunidad judía y la comunidad en general, se convirtió en una realidad, en esta moderna unidad tecnológica", relata Patricia Picciotto, expresidenta del grupo de voluntarias.
El pediatra Raúl Astudillo, jefe del departamento de Cirugía Pediátrica de la Universidad del Valle, dice que a esta sala no solo se le debe la atención de niños de escasos recursos sino la preparación de las nuevas generaciones de médicos, pediatras, cirujanos y en diferentes especialidades.
Cada año en esta sala son atendidos 4.000 niños afectados por graves enfermedades, traumas y víctimas de la violencia. En Cipaf son unos 800 niños en condiciones muy críticas, que tienen acceso a la más alta tecnología de cuidados intensivos.
Actualmente la Sala 'Ana Frank' cuenta con 39 camas, de las cuales 11 son de cuidados intensivos.
"Este es un gran momento para la comunidad vallecaucana, la Sala es un patrimonio de la región y esperamos que el proyecto del Hospital y la Universidad del Valle se concrete para darle vida a la sala de cuidados intermedios que es necesaria. También esperamos el apoyo para podernos mantener al día en tecnología, es por nuestros niños", dice Astudillo.
Se necesita medicina
Por su parte las Damas Hebreas, en busca de mejorar el bienestar de los chiquillos emprenderán ahora una nueva campaña esta vez para tocar las puertas de los laboratorios farmacéuticos en busca de medicinas que les permita a los niños continuar con los tratamientos."Esperamos contar con un buen número de medicinas que se formulan a los niños, pero que superan las posibilidades económicas de los padres. Esperamos que al igual que en todos estos años podamos conseguir el apoyo", dice Ruthy Klahr.
REDACCIÓN CALI