Aunque en los primeros meses y semanas no vas a tener muchos problemas para dormir, pues generalmente estarás somnolienta, tendrás momentos, cuando avance tu embarazo, que la cosa puede cambiar y afectar tu descanso y tú cotidianidad.
En el primer trimestre, las mujeres se sienten somnolientas, y esto se debe, tal y como lo explica el ginecobstetra Hernán Araméndiz, al aumento de la progesterona, que produce un efecto de sedación y te predispone a sentir sueño muy a menudo.
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Por su parte, el ginecobstetra Pablo Andrés Victoria explica que ?usualmente, hay cambios en el patrón y la duración del sueño, lo que ocasiona un descanso más largo, pero menos reparador, por eso es frecuente la queja de las futuras madres, de letargo y cansancio?.
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Ya cuando el vientre va creciendo, y con él, las molestias o el cansancio se tornan más evidentes, y es el momento en que debes tener en cuenta las recomendaciones de los especialistas.
Igualmente, hacia el tercer trimestre de la gestación, dice el doctor Victoria, ?esas alteraciones del sueño se deben al aumento de los movimientos fetales, por lo que conciliar el sueño y descansar realmente, será mucho más difícil?.

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Los expertos recomiendan que en la última etapa del embarazo, no duermas boca arriba, porque se puede dar el síndrome de hipotensión supina, en el que el peso del útero comprime la vena cava inferior, que lleva la sangre desde las extremidades inferiores a través del abdomen de regreso al corazón.
Esta posición ocasiona que el corazón reciba menos sangre y se presente elevación del ritmo cardiaco y disminución de la presión sanguínea. La mujer sentirá mareos, sudoración y palpitaciones; por eso, la mejor posición es recostarse sobre el lado izquierdo.
Finalmente, para aliviar las rutinas de sueño es recomendable acostarse dos horas después de comer, ir al baño, no tomar café, practicar ejercicios de relajación y mantenerse en el peso adecuado.