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Medio Ambiente

‘Si cada mujer tiene solamente un hijo, el planeta será sostenible’

El biólogo Camilo Mora.

El biólogo Camilo Mora.

Foto:Juan Pablo Rueda - Archivo / EL TIEMPO

Camilo Mora habla sobre cómo el crecimiento de la población sigue amenazando el futuro del planeta.

A sus publicaciones en las principales revistas científicas, el colombiano Camilo Mora –reconocido biólogo que logró calcular el número de especies en el mundo– sumó esta semana el artículo de apertura de la edición especial de ‘Science’, la prestigiosa revista académica.
El artículo ‘The interaction of human population, food production, and biodiversity protection’, que trabajó en conjunto con Eileen Crist, del Virginia Tech, y Robert Engelman, del Worldwatch Institute, reabre la discusión de una idea polémica: ¿se debe controlar el tamaño de la población para evitar el colapso ecológico de la Tierra?
Con base en la evidencia científica de varios años, se estima que si el crecimiento actual de la población se mantiene, se alcanzarían los 11.200 millones de personas para finales del siglo y la producción de alimentos tendría que incrementarse en un 70 por ciento en los próximos años.
¿Es posible proveer esa cantidad de recursos sin perder más biodiversidad? Para los autores, la tecnología agrícola no da soluciones suficientes. En consecuencia, regular la población –especialmente mediante la educación de las mujeres– es una alternativa que tiene que ponerse en el centro del debate político y científico.

Queríamos demostrar que lo que está causando este deterioro ambiental tan tremendo es que el planeta se nos quedó pequeño

Su texto, que encabezó la edición especial de la revista ‘Science’ sobre el Día de la Tierra, se destacó por el polémico tema del control de la población. ¿Cuál era su objetivo al escribirlo?
Tenía varios. El primero, hacer notar que estamos destruyendo el planeta. Es una realidad lastimosa: deforestamos entre seis y diez millones de hectáreas por año, extinguimos alrededor de unas 20.000 especies anuales, nos comimos casi que a todos los depredadores de los océanos, en la superficie del planeta casi no queda un gran mamífero.
También queríamos demostrar que lo que está causando este deterioro ambiental tan tremendo es que el planeta se nos quedó pequeño. Hoy hay mil millones de personas que están aguantando hambre. ¿Por qué no tienen acceso a los alimentos? Porque los lugares donde viven no son capaces de suministrar lo que ellos necesitan.
¿Por qué el estudio concluye que incluso las políticas de agricultura sostenible no alcanzan a evitar que se siga perdiendo la biodiversidad del planeta?
Tendría uno que ser un mago para poder alimentar a todas esas personas con las mejores tecnologías de hoy. Lo lastimoso es que muchas de esas tecnologías están bajo una cobertura de propiedad intelectual.
No podemos esperar que un mago se invente una semilla que nos dé de comer. Ya se la han inventado, pero el problema es que están protegidas por compañías que quieren dinero por ellas.
En el artículo queríamos explicar que, desde el punto de vista matemático, al planeta no le podemos sacar más jugo para alimentar a tanta gente.
Controlar la natalidad es un tema recurrente en las discusiones sobre la sostenibilidad, pero en las últimas décadas no ha estado en el centro del debate. ¿Por qué?
Ha habido varias razones. La primera es que hay un temor de hablar al respecto. Cuando se dice control poblacional, la gente automáticamente empieza a crearse ideas de lo que uno dice. Otros prefieren no involucrarse porque son debates complejos.
Nuestro artículo quería plantear que no tenemos que llegar a esas discusiones enfermizas de cómo controlar la población. De hecho, hay formas de hacerlo que son muy buenas, incluso para la misma sociedad. Por ejemplo, garantizar el empoderamiento de las mujeres en el sentido de que eso es una inversión beneficiosa en todos los niveles. Solo con educarlas se reduce el tamaño de la población, porque las mujeres que tienen acceso a una educación y a tomar decisiones propias sobre su vida normalmente se orientan a tener menos hijos.
¿Conoce de estudios donde se haya probado la relación positiva entre derechos igualitarios para las mujeres y mayor bienestar ecológico en las sociedades?
Sí, se ha probado. El tercer autor de nuestro artículo, Robert Engelman, ha trabajado en eso en África. En algunos países de ese continente encontró que las mujeres que no van al colegio tienen de cinco a siete hijos; las que logran la primaria, un promedio de 4,3 hijos; las que llegan a secundaria, tres hijos, y las que van a la universidad, solo dos.
Y esta no es la única solución. También hay que garantizar acceso a la planificación familiar. Un condón puede parecer barato en Estados Unidos o en Colombia, pero en África cuesta un día de trabajo. Otra de las tesis es que 80 millones de personas nacen (cada año) como resultado de que hay cerca de 200 millones de mujeres que quieren tener acceso a planificación familiar y no lo logran.
¿Cómo lograr un equilibrio entre la natalidad y el bienestar del planeta en medio de esta crisis ecológica?
Hice los análisis estadísticos al respecto y la conclusión fue: un niño por mujer para lograr la sostenibilidad del planeta. Actualmente, la Tierra tiene cerca de 12.000 millones de hectáreas que se pueden explotar de manera sostenible, asegurándonos de que cada persona tenga tres hectáreas (para cubrir las necesidades de una calidad de vida promedio). Ese cálculo te da a entender que en el planeta solamente pueden existir de 3.000 millones a 4.000 millones de personas. Nos triplicamos en los años 80 y sobrepasamos la capacidad del planeta, pero podemos volver a bajar a ese momento de sostenibilidad si tenemos de a un niño por mujer. Eso reduciría la natalidad para el 2050 y volveríamos a un equilibrio.
¿Qué modelos de agricultura le están haciendo más daño al planeta?
Casi que cualquier expansión de la agricultura tiene un efecto negativo. Pero hay unas especialmente lamentables, como la de la palma de aceite, porque tiene que ser cultivada en regiones tropicales como Colombia. Somos ignorantes.
En las negociaciones sobre el cambio climático, donde participa la mayoría de líderes globales, ¿qué tanto se le está dando la cara al problema del crecimiento de la población?
Critico mucho a los del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). De hecho, los acusé de que eran unas gallinas, porque en una presentación que hice en Brasil demostré que, aunque ellos mismos concluyen que las emisiones de carbono son el resultado del exceso de consumo y del tamaño poblacional, proponen muchas soluciones para reducir el consumo, pero ni una sola para el tema de la población.
Con la naturaleza no se negocia: ella tiene sus reglas, y somos nosotros los que tenemos que cambiar.
LAURA BETANCUR ALARCÓN
Redactora de EL TIEMPO
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